Gary Oldman parece estar disfrutando como un niño con un juguete nuevo. Dueño de una carrera plagada de grandes roles, nunca había tenido la oportunidad de protagonizar una serie que se extendiera por varias temporadas. Jackson Lamb no sólo es su primera experiencia de ese tipo, sino que un personaje que probablemente se inscribirá entre los papeles más destacados de su trayectoria.
Una de las gracias del protagonista de Caballos lentos (o Slow horses, su título original) es que, independiente de los sucesos que lo rodeen, difícilmente cambia o evoluciona. Ciclo a ciclo, Lamb sigue siendo un hombre con malos hábitos y humor negro que conserva intactas sus habilidades de espía. Es la principal cabeza de Slough House (o el Refugio), una especie de purgatorio para los agentes del servicio de inteligencia que han sido apartados de sus funciones, y la principal razón para consumir compulsivamente la ficción de Apple TV+.
“Me encanta el hecho de que no tiene filtro. Me encanta su franqueza. Y que también la utiliza como un arte del espionaje. Él puede ser directo, sólo para insultarte por pura diversión, y luego de alguna manera te toma por sorpresa, con la guardia baja, con un comentario o un insulto”, explica a Culto.
Lo curioso es que esa figura estuvo cerca de tener una relevancia mucho menor en las exitosas novelas del escritor Mick Herron en las que se basa la serie. “Él me dijo que escribió una escena en la que aparecía Lamb y le encantó. Disfrutó tanto escribiendo el personaje que pensó: bueno, podríamos ver más de él, podríamos ver más de él. Y así es realmente cómo nació Lamb. Originalmente iba a ser un personaje que estaría en el edificio, al que el resto se referiría”.
En la cuarta temporada –ya disponible completa en la plataforma de streaming– el espectador por primera vez tiene acceso a la casa del protagonista, en una escena en que se levanta con resaca y en penumbras a atender una llamada de emergencia. La estrella de Las horas más oscuras (2017) revela que dedicaron largo tiempo a debatir sobre cuánto y cómo mostrar el espacio más íntimo de un hombre que se siente particularmente cómodo en su oficina.
“Eso fue divertido. Aunque está oscuro y lo ves durante, no sé, un minuto y medio, hubo discusiones sobre si él tendría carteles en su pared, si es fanático de alguna banda en particular, qué tipo de libros podría haber, qué tipo de televisor podría tener, qué tipo de sofá. Quiero decir, todas esas son cosas que discutimos en gran detalle. Porque en cada temporada se pelan nuevas capas de la cebolla y obtienes un vistazo a una idea más completa de quién podría ser Lamb”.
Oldman no abandonará el personaje en el corto plazo: el quinto ciclo acaba de terminar sus filmaciones, el sexto ya está confirmado y Herron está escribiendo el noveno libro.
¿Qué ocurrirá cuando termine su tarea? “Tengo muchos otros intereses. Soy algo así como un fotógrafo entusiasta. Quiero decir, supongo que me tomaré un descanso y luego buscaré otro trabajo”, indica mientras estalla en una carcajada.
“Esa es la vida del actor. Eso es lo que hacemos: terminas algo, estás desempleado por un tiempo, ojalá sólo por un tiempo, y luego te vas y pasas a otra cosa. No soy lo suficientemente rico para retirarme. No puedo todavía”.
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