Bryan Ferry, el gran dandy del pop inglés: “Mi carrera ha sido una aventura”

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Bryan Ferry, el gran dandy del pop inglés: “Mi carrera ha sido una aventura”

El ex líder de los esenciales Roxy Music y uno de los artistas más relevantes en la historia del rock inglés, eterno sinónimo de elegancia y sofisticación, habla con Culto del reciente compilado que recoge sus cinco décadas de trayectoria solista, de sus días junto a su innovadora banda, de sus mundos compartidos con David Bowie o Marc Bolan y de cómo su propia historia artística en algún momento pudo ser distinta.


La metáfora es precisa. Cuando Bryan Ferry (79) descifra su última composición, Star -su primer tema en una década, interpretado junto a la artista plástica y escritora Amelia Barratt, y con la música del premiado compositor Atticus Ross y el líder de Nine Inch Nails Trent Reznor-, recurre a una imagen que parece esculpida a su figura histórica: “Es bueno colaborar con personas excelentes. Es como cuando juegas tenis con buenos jugadores. Siempre va a mejorar tu juego”.

Bryan Ferry se ha perpetuado durante décadas como un cantautor que asoció su música a huellas propias de otras disciplinas y expresiones, como la moda, el glamour y el cine del viejo Hollywood, consolidándose como una suerte de dandy o James Bond que vestía esmoquin, fumaba cigarrillos de boquilla larga, se acompañaba de modelos deslumbrantes, se fotografiaba en jardines amplios con piscina o jugaba tenis con sus camaradas.

“Hasta el día de hoy disfruto de lo visual en la música”, reafirma en este diálogo vía Zoom con Culto, situado en su casa en Londres, con una amplia biblioteca a sus espaldas y luciendo camisa casual. En paralelo a ese estilo que alguna vez lo llevó a conquistar el cetro según la revista GQ de “maestro de la moda masculina”, Ferry desarrolló una de las carreras más singulares en la historia del rock británico.

Bryan Ferry

Hacia principios de los 70, iniciado como líder, compositor y cantante de los esenciales Roxy Music, fue capaz de desarrollar una obra tan original como inclasificable, tan exitosa como experimental, direccionada hacia el futuro pero con rastros de un mundo pretérito. Aunque encasillados en el movimiento glam junto a coetáneos como David Bowie o Marc Bolan, su música audaz y desafiante no parecía comulgar con el pop comercial que por esos días hegemonizaba los gustos juveniles en la Inglaterra post Beatles.

“Rock de fines de los años 50 cruzado con Viaje a las estrellas”, reseñaba a modo de introducción la prensa de esos años, mientras que el propio conjunto en sus entrevistas se encargaba de aclarar que lo suyo era un punto aparte, un catálogo inquieto secundado por una estética única: “La bandas de los 70 están decididas a destruir habitaciones de hotel. A Roxy Music le interesa decorarlas”.

Mientras se encumbraba con su agrupación, Ferry decidió inaugurar casi al instante una carrera en solitario que parecía en las antípodas, como si hubiera querido encontrar una tregua ante tanta vanguardia y sofisticación. These foolish things se llamó su álbum debut, estrenado a fines de 1973, cuando Roxy Music apenas acumulaba dos discos, en un trabajo donde opta por la carta segura de los covers de gigantes como Bob Dylan, The Beatles, The Rolling Stones, Elvis Presley o los Four Tops.

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A partir de ahí, se aferró a un destino solista caracterizado por su estampa de crooner de voz elegante aunque a veces nerviosa, influencia evidente para la new wave de los años 80, además de intérpretes de gargantas más eléctricas y neuróticas, como Gary Numan o Mark Mothersbaugh de Devo. A la par, imponía hits como Slave to love o Don’t stop the dance, hasta hoy de alta resonancia en las estaciones FM de todo el mundo.

Quizás por lo mismo, en 2024 le llegó el minuto de ejercer el primer gran gesto revisionista de su trayectoria en solitario con el lanzamiento de Retrospective: Selected Recordings 1973/2023, un compilado de nada menos que 81 canciones, el que recoge casi todas sus eras -incluyendo su nuevo single Star- y que ya está disponible en plataformas digitales. En el mundo físico, ese que Ferry prefiere por lejos (“me gusta sentirme físicamente involucrado con la música”, dice en esta conversación), el título se divide en cinco CDs acompañado de un libro de 100 páginas llenas de fotografías.

Al otro lado de la pantalla, Ferry toma el box set, lo abre arriba de una mesa y al mirar las imágenes no camufla su orgullo por el curso del calendario.

Bryan Ferry

“Estoy feliz con los resultados. Esto se ve realmente genial. Pasamos mucho tiempo trabajando en ello, a través de muchas risas eufóricas y muchos recuerdos de grabar en diferentes estudios, con diferentes músicos en mi carrera solista. Fui afortunado de tener una carrera con mi banda, Roxy Music, y tener a su vez este otro mundo donde puedo trabajar con muchas personas distintas de diferentes géneros de música, o distintas áreas de música. He sido un tipo muy afortunado”.

-Este box set parece una sorpresa. Usted siempre fue un artista que en general miró más hacia el futuro que hacia el pasado. ¿Por qué sintió la necesidad de compilar toda su carrera en solitario?

Fue simplemente para celebrar los 50 años desde que empecé a grabar como solista, eso es todo. Hace dos años hicimos la celebración de los 50 años de Roxy Music y ahora mis 50 años en solitario merecían ser celebrados de alguna manera. Nunca había hecho una colección tan grande como esta y creo que es muy bueno, porque también resalta algunas canciones poco conocidas. El disco uno, por ejemplo, son las canciones más famosas. El disco dos son mis composiciones. El tres son las versiones que he realizado de otros temas. El cuatro son distintas pistas de jazz que grabé. Y el cinco es el resto, versiones inéditas de algunas composiciones. Star, por ejemplo, es completamente nueva y la incluimos para mostrar que aún estamos trabajando. Aún trabajo mucho en el estudio aquí en el piso de abajo. De hecho, justo vengo de allí. Estamos haciendo un video para una canción que saldrá el próximo año y que es otra colaboración con mi amiga Amelia Barratt.

-A propósito de revisar su carrera, ¿piensa a menudo en su legado como artista? ¿Está preocupado sobre lo que le gente escribirá u opinará de usted en el futuro?

No tanto. Solía pensar en eso cuando era bastante vulnerable en los primeros días de mi carrera, porque era sensible y algo tímido, pero ahora tengo un poco más de confianza sobre lo que hago. También, siempre estoy pensando sobre el ahora, sobre el mañana, las nuevas cosas, que me funciona muy bien por el momento. Amo lo que estamos haciendo ahora.

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-¿Y tiene usted alguna opinión sobre su propio legado? Más bien, cuando ve 50 años de música, ¿qué observa?

Veo una exploración de muchos estilos distintos y muchos géneros de música. Me gusta ser un aventurero y probar cosas distintas y creo que eso se demuestra en este proyecto. Desde una edad muy temprana me ha gustado el blues, el jazz, el rock, luego el R&B, la música de Motown, los artistas increíbles que tocaban en Memphis, aunque música europea también. Mi carera ha sido una aventura. Inicialmente partí con muchos covers, esas versiones para temas de Bob Dylan, por ejemplo.

-¿Cómo se lleva con el concepto de nostalgia? ¿Se siente un artista nostálgico en este punto de su vida?

Es bueno mirar hacia atrás, tener buenos recuerdos sobre las personas con quienes he trabajado. Viendo estas fotografías viejas del archivo, me trajo tantos recuerdos de lugares, distinto estudios, distintos músicos, distintos discos, distintas sesiones, distintos tiempos. Así que estoy feliz con ello. Quizás no hay que mirar tanto hacia atrás, pero sí hay que hacerlo ocasionalmente para saber dónde te encuentras.

-En ese sentido, ¿tiene algún interés por la música pop actual?

No, no la escucho mucho. Siempre escucho mucho jazz antiguo, ciertas cosas como Charlie Parker, un poco de Miles Davis, me gusta mucho Coleman Hawkins también. Sigo intentando educarme con cosas del pasado. Estoy seguro que pueden haber algunos buenos artistas jóvenes actualmente, pero realmente no los busco mucho. Es divertido, si estás haciendo música a veces no tienes mucho tiempo para escuchar a otros también.

-¿Por qué decidió partir su carrera en solitario realizando covers?

Claro, la primera canción que hicimos fue A hard rain’s a-gonna fall, de Bob Dylan, que fue un éxito en ese momento. Fue un poco distinto a lo que estaba haciendo con Roxy Music, que era donde yo componía canciones; pero aquí intenté algo distinto, romper con lo que estaba tocando. Fue un álbum muy especial para mí. Lo grabamos de manera muy rápida y veloz, en los estudios AIR en Londres, en la cale Oxford. Un estudio increíble, encantador, con ingenieros muy bien vestidos. George Martin fue quien creó ese estudio, el hombre que produjo a Los Beatles.

-Su debut These foolish things aparece en 1973 en pleno período de fama con Roxy Music. ¿Por qué decidió emprender una vida como solista justo cuando su banda había logrado la consolidación?

Fue sólo un experimento, no me di cuenta que iba a ser un éxito. Lo que creo que logró fue que abrió las puertas a problemas más grandes en cuanto a mi trabajo con Roxy Music. Las primeras canciones que seleccioné para mi disco eran muy accesibles. Sólo pensé: con Roxy estoy haciendo cosas algo extrañas, que eran increíbles y me gustaban, pero quería intentar algo más común para alcanzar una mayor cantidad de personas. Y creo que lo logré. Es bueno tener diversidad en tu carrera y no ser tan estrecho en tu visión. Me gusta observar a todos lados. Hubiera sido un error sólo concentrarme en Roxy Music.

Los años de Roxy Music

These foolish things no sólo fue un acierto en el pop de los 70, sino que también una medición de fuerzas. Apareció el 5 de octubre de 1973, justo cuando el otro gran faro de esos años, David Bowie, también lanzaba su propio compendio de covers, Pin ups: dos creadores vinculados de forma casi umbilical con la innovación levantaban el espejo retrovisor y despachaban uno de los primeros grandes gestos de nostalgia y revisionismo en la historia del rock hasta esa fecha. Eso sí, al menos al nivel de rankings, Bowie ganó la partida.

Hoy, Ferry tiene sólo palabras de buena crianza para el Duque Blanco: “Sé que él tuvo una carrera brillante. Me gusta mucho esa canción Ashes to ashes. Es excelente”.

Bryan Ferry

-¿Cuál fue su relación con otras estrellas glam de esa época, como Marc Bolan o el propio Bowie? ¿Se sentía usted parte de esa escena?

Realmente, no. Había similitudes porque estábamos allí en el mismo tiempo, pero no. Me reuní con David Bowie pocas veces, era un tipo muy agradable. De hecho, conocí a Marc Bolan cuando estaba grabando mi primer álbum como solista, en los AIR Studios, donde él también trabajaba. Hice algunas palmas para uno de sus discos. Fue muy divertido. Fueron grandes años, había grandes artistas. Marc Bolan era un personaje muy divertido, con excelentes discos. Me gustaba su voz. La de Bowie también. Ambos eran geniales. Me gustaba Lou Reed también, que llegó alrededor del mismo tiempo. Era muy bueno. Me gusta mucho Velvet Underground.

-¿Cómo Roxy Music se convirtió en una banda tan distintiva? ¿Qué los hizo concebir esa obra?

Bueno, mi interés por la música, como un aficionado de la música, ha sido bastante amplio desde siempre. Comencé alrededor de los 9 años a ir a mi primer concierto, con un tío, él me llevó. Luego vi a The Platters, cuando aparecieron cantando Smoke gets in your eyes me volví loco, es un gran éxito. Fue la primera banda americana que vi. Luego vi a algunos grandes músicos de jazz en mi pueblo natal, Newcastle. Coleman Hawkins, Modern Jazz Quartet, la escena en Canterbury, muchas bandas exitosas. Luego, me involucré más en música de rock y vi a Jimi Hendrix cuando fui estudiante. También a Otis Redding. Cuando empecé a estudiar en la escuela de arte me interesé más en la música experimental, John Cage y todo aquello. Hay tanta música en el mundo y es bueno mantener una mente abierta sobre distintas cosas. Creo que eso se refleja en el trabajo que hice con Roxy Music y con mi trabajo como solista también. Con Roxy fui afortunado de conocer a algunos personajes muy únicos: Brian Eno, Andy Mackay, Phil Manzanera, Paul Thompson, fue una gran banda. Una gran mezcla.

“Teníamos sonidos muy interesantes en cada lugar. Andy tocaba el trombón, que era muy inusual en una banda de rock. Eno hacía canciones espectaculares. Phil Manzanera siempre experimentando con su guitarra, su madre venía de Colombia, así que tenía raíces sudamericanas también. Era una banda muy diversa”.

Roxy Music
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-En su momento, en los años 70, ¿se veían como un proyecto anticomercial?

Creo que nos mirábamos más como una banda de Escuela de Arte. Era más un nicho, más underground. Ocasionalmente tuvimos éxito al llegar al gran público, como con Virginia plain, que fue un gran hit en Europa. Luego Love is a drug o More than this. Tuvimos uno que otro éxito, pero generalmente fuimos una banda más underground.

-¿Incluso se sentían así con su disco Avalon (1982), el más exitoso en la historia del grupo y que vendió millones en Estados Unidos?

Avalon fue clasificado como, bueno, el disco más popular. Fue diez años después de nuestro primer disco, así que naturalmente estábamos más sofisticados en nuestro enfoque de grabación. Tenía algunas atmósferas muy buenas que a la gente le gustó. Les gustaba el estado de ánimo del disco. Trabajamos muy duro en ese álbum, fue muy exitoso para nosotros.

-Usted también jugó un rol muy importante como director de arte de Roxy Music. ¿Cómo surgió la idea de poner fotografías de modelos glamorosas en las portadas de los discos? Eso es casi parte del ADN de Roxy Music.

Bueno, pensé que eso sería más hermoso que tener fotos de la banda, de nosotros mismos. Creo que, al igual que el resto de la banda, me gustaba estar detrás de la cámara en lugar de frente a ella. Así que pensé que sería interesante tener a una mujer hermosa en la portada del primer álbum de Roxy Music y resultó muy bien. Hice las fotografías con algunos amigos. Uno era un fotógrafo americano, Carl Stoker, y Antony Price fue el diseñador. Él diseño trajes para la chica. La chica era una amiga de él, una de sus modelos. Creamos este tipo de fotografía de la chica recostándose con el disco de oro. La imagen funcionó muy bien con la música, entonces hicimos una serie de portadas con mujeres hermosas en distintas situaciones, como escenas de películas o algo por el estilo.

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“Aún me parece genial la portada de nuestro primer álbum. Recuerdo que una noche la vi en la ventana de una tienda en King’s Road en Chelsea, en 1972. Y me llamó mucho la atención. Hicimos algo para que alcanzara al público en la calle. En la tienda de discos. Fue muy genial”.

-Pero esta historia pudo ser otra: ¿es cierto que a principios de los 70 usted audicionó para convertirse en el vocalista de King Crimson?

Sí. Mientras formaba Roxy Music, creí que eso ayudaría, porque no teníamos dinero. Entonces, se me ocurrió que podía cantar con King Crimson. Ellos querían a un tipo que tocara el bajo y cantara también. No tocaba el bajo, lamentablemente, pero creo que realmente les gustó mi voz. Luego me presentaron a sus representantes, que después contrataron y trabajaron con Roxy Music. Entonces, fue muy bueno. Conocí a Robert Fripp y Peter Sinfield, ambos integrantes de King Crimson, y fueron muy solidarios. Fripp es un excelente músico. Amo a ese tipo.

-¿Cómo es su relación actual con los miembros de Roxy Music? ¿Con Brian Eno, por ejemplo?

Muy buena, él es un tipo genial.

-El grupo se reunió en 2022 para festejar 50 años. ¿Hay opciones de una nueva reunión? Quizás podría venir a Chile. O usted con sus nuevas canciones. Nunca ha tocado en Santiago.

No hay planes para ello, pero si alguna vez lo hacemos, me encantaría ir a Santiago. Chile es un lugar interesante porque es tan largo. Toda esa zona es increíble. Pero a su vez es muy lejos, lamentablemente. Me gustaría aventurarme por allí algún día. Quién sabe.

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