*Una precuela de El Mago de Oz
La forma más sencilla de introducir a Wicked es como una precuela de El Mago de Oz cuyo origen está en el teatro hace dos décadas. Con música de Stephen Schwartz y texto de Winnie Holzman, el musical estrenado en 2003 presentó la historia de Elphaba (Idina Menzel) y Galinda (Kristin Chenoweth), las versiones jóvenes de la Malvada Bruja del Oeste y Glinda la Buena. Su favorable recepción llevó al montaje a Broadway, donde, debido a su éxito de público, hoy se posiciona en la cuarta posición entre los shows con un recorrido más extenso en el circuito de Nueva York.
La adaptación cinematográfica del director Jon M. Chu (Locamente millonarios, En el barrio) les da los roles principales a Cynthia Erivo y Ariana Grande. La primera parte (que llega a los cines nacionales este jueves 21 y abarca el primer acto) se entretiene mostrando la disparidad de sus orígenes y personalidades: mientras Elphaba Thropp es retraída –debido a que nació con la piel verde y ha lidiado con el rechazo durante toda su vida–, Galinda Upland es egocéntrica y popular. Ambas se conocen en la Universidad de Shiz y, tras un inicio accidentado, cultivan una amistad que las definirá para siempre.
*La solidez de sus protagonistas
El casting de los dos personajes principales tenía una doble dificultad: cada una debía calzar en sus respectivos roles y, además, juntas debían producir una química que volviera plausible el vínculo que nace entre ambas. Cynthia Erivo y Ariana Grande cumplen su tarea con honores, transmitiendo la poderosa complicidad que florece entre Elphaba y Galinda y sugiriendo las diferencias que a la larga las separarán.
Cantante y actrices ambas (en el orden que se prefiera), Erivo y Grande terminan de probar su valía en los números musicales. Escenas en que canciones como Popular y Defying gravity son interpretadas con un nivel de carisma, emoción y humor que seguramente dejará satisfechos a los fans de la versión teatral y provocará que unos cuantos salgan tarareando las melodías.
*Una receta variada
Wicked debe calibrar diversos ingredientes en sus 160 minutos. Tiene una envoltura satírica (a través de Galinda), posee una dimensión dramática (mediante Elphaba), cuenta con una capa romántica (con la aparición del personaje de Jonathan Bailey) y también juega con elementos de acción que ponen a prueba a Jon M. Chu como director de secuencias trepidantes. Además, se entusiasma lanzando apuntes sobre la opresión y la intolerancia (rasgo que ya estaba presente en su versión original).
Si la cinta mantiene consistencia es gran parte porque el realizador rara vez pierde de vista que el foco está en la relación entre sus dos protagonistas, un dúo tan complicado como entrañable.
*A la espera de la segunda parte
Fue el propio Jon M. Chu el encargado de anunciarle al mundo que su adaptación de Wicked se dividiría en dos largometrajes (imitando la estrategia de Andy Muschietti con It y de Denis Villeneuve con Dune). ¿El motivo? Durante el proceso creativo intentó eliminar canciones o personajes y concluyó que “sería imposible plasmar la historia de Wicked en un solo filme sin causarle un daño real”, aseguró en 2022.
Lo curioso es que, incluyendo un intermedio de 15 minutos, el montaje original se extiende por dos horas y 45 minutos, casi la misma duración de la primera película (dos horas y 40 minutos). La segunda parte –que se centraría en el segundo acto– debutará en los cines en noviembre de 2025.
*Firme hacia los Oscar
Las proyecciones realizadas a la prensa y miembros de la industria han catapultado a Wicked a la carrera por los Oscar. The Hollywood Reporter indicó que su primera función con miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas terminó con una ovación. “La reacción de consenso, con la que estoy de acuerdo, es que el filme es muy bueno”, señaló.
En su última actualización, ese medio predice su candidatura a Mejor película, Mejor actriz de reparto (Ariana Grande), Mejor montaje, Mejor diseño de producción, Mejor diseño de vestuario, Mejor sonido, y Mejor maquillaje y peinado. El último musical que ganó la categoría principal fue Chicago (2002), que se impuso a El pianista y El señor de los anillos: Las dos torres, y terminó la ceremonia con seis estatuillas.