Entre pifias, rutinas de 7 minutos y gaviotas: la gloria y el calvario de los humoristas extranjeros en Viña

Entre pifias, rutinas de 7 minutos y gaviotas: el historial  de humoristas extranjeros en el Festival de Viña
Entre pifias, rutinas de 7 minutos y gaviotas: la gloria y el calvario de los humoristas extranjeros en Viña

La incorporación del comediante venezolano George Harris a la parrilla del Festival de Viña ha suscitado dudas, especialmente por el tono de su humor político. Los humoristas extranjeros han formado parte del certamen desde los 70, cimentando un camino que han seguido personajes más y menos aplaudidos como los argentinos Jorge Alís y Laila Roth, la colombiana Alejandra Azcárate o el cubano Bonco Quiñongo.


Corría 1977 y el humorista uruguayo Juan Verdaguer se subía al escenario con la esperanza de hacer reír al Monstruo. El público de la Quinta Vergara ya era conocido como tal, debido a las arrolladoras pifias que brindaron los años anteriores a artistas como Gloria Simonetti o la sudafricana Miriam Makeba.

En los inicios del certamen, los artistas solían presentarse más de una noche. Si bien la primera presentación del uruguayo fue positiva, en su segunda puesta en escena no tuvo la misma suerte y, tras los abucheos del público, tuvo que abandonar rápidamente el escenario.

Una situación similar se vivió tres años después, con el comediante brasileño José Vasconcelos. Sus chistes sonaron demasiado repetidos para el exigente Monstruo, quien lo despachó entre abucheos.

En la próxima edición del Festival de Viña del Mar, Mega y Bizarro, organizadores del evento, apostaron por el humor del venezolano George Harris, cuyo enfoque de sus rutinas han despertado halagos o la animadversión de usuarios en redes sociales.

George Harris wsp

Como fuere, el historial de humoristas extranjeros en el show viñamarino es acotado, en comparación con el paso de comediantes nacionales. No obstante, hay casos emblemáticos de éxitos y fracasos que dan cuenta de cómo el humor internacional interactúa con el humor del Monstruo chileno.

Los debutantes

Siete minutos duró la rutina del argentino Luis María Pescetti en 1993. “Es un hombre joven, que comenzó haciendo terapia musical con niños y con gente enferma, allí descubrió su veta humorística, porque siempre es bueno sonreír en la vida. Ha trabajado en diferentes escenarios de América, se caracteriza por su humor blanco, por su chiste corto y sus rápidas canciones”, dijo Antonio Vodanovic para presentar al comediante argentino, quien hizo ingreso a escenario con una guitarra y hablando muy rápido.

Las pifias comenzaron al primer minuto, después de la primera canción. Si bien el público colaboró cantando un tema, a los cuatro minutos la situación fue insostenible. “A lo mejor todos ustedes tienen ganas de hacer un juego. ¿Quieren hacer un juego?”, intentó Pescetti. La dinámica fue un arma de doble filo. “Cuando yo digo hola, nosotros decimos chao”, dijo el argentino y la respuesta fue contundente: “chao, chao, chao”, coreó la Quinta.

“Muy bien, creo que ya entendí”, dijo Pescetti antes de retirarse del escenario.

Una situación similar vivió la española Sarah Sanders, quien se presentó después de Marco Antonio Solís. Entró al escenario en medio de pifias, y logró salir del paso con algunos chistes cortos que desataron aplausos, pero el Monstruo continuó con lo suyo. “Les voy a contar el último...”, intentó la europea, pero fue imposible ante los abucheos.

Dos años después, en el 2000, el humorista boliviano Alejandro Hangano Cassab, conocido como Sandy, se presentó exitosamente en el Festival de Viña del Mar, recibiendo la Gaviota de Plata. Cuatro años más tarde, regresó al anfiteatro y se llevó una Antorcha de plata. ¿Sus caballitos de batalla? Aquellos cuentos acerca de la “jañaña” o en torno a los gangosos. Hoy quizás su resultado no sería el mismo.

Las últimas décadas

Antes, los comediantes se presentaban solo algunas noches del Festival de Viña del Mar. Sin embargo, con el paso de los años, el humor se ganó un espacio permanente en las jornadas, convirtiéndose en un número esperado entre las presentaciones musicales.

En 2014 fue el debut del argentino Jorge Alís, quien en ese momento era un desconocido para el público chileno. Se presentó después de Laura Pausini y Culto describió así su paso por la Quinta. “Si bien la presión era alta, su talento habló por sí solo, dedicando sus primeros minutos al clásico estereotipo del argentino pedante. Tras llegar caracterizado como el papa, Alís dio paso a una serie de historias que conectaban a los países latinoamericanos desde la mirada del trasandino. El histrionismo del humorista se vio potenciado con sus gritos e imitaciones del chileno”.

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Jorge Alís en el Festival de Viña del Mar de 2014.

Su éxito se evidenció en los cuatro premios que recibió y su consolidación como un comediante en Chile. Además, se presentó nuevamente en 2019 en el certamen viñamarino.

También fue fructífero el paso del colombiano Carlos ‘El Mono’ Sánchez, quien se presentó en 2017 en la Quinta Vergara. “Tengo que estar a la altura de Isabel Pantoja”, dijo el humorista cuando arribó al escenario posterior a la cantante española.

“No voy a ser grosero porque no es mi estilo. No me gusta vulgarizar un escenario”, cuando inició su rutina en la Quinta Vergara. Su show se extendió cerca de una hora, en la que logró ganarse al Monstruo que, finalmente, le regaló las dos gaviotas. El colombiano dedicó estos premios a Don Francisco, a quien conocía desde los 90, y a Leonardo Núñez Guerrero, quien durante 30 años personificó al Chacal de la Trompeta.

Carlos el mono sánchez

Quien también pudo celebrar una victoria fue su compatriota Alejandra Azcárate, quien hizo reír al Monstruo sin garabatos, con mucho sarcasmo y experiencias personales. Logró llevarse las dos gaviotas, pero aseguró a Culto al año siguiente que nunca volvería a Viña. “Esa barbaridad solo se hace una vez. Salí con dos Gaviotas en las manos y frente a la ovación de un público de semejante magnitud, aplaudiendo de pie, así que prefiero guardar para siempre en mi corazón ese maravilloso recuerdo”, dijo.

Alejandra Azcárate
Quinta noche del Festival de Viña del Mar 2018

Gaviotas tardías

Una curiosa situación vivió el cubano Bonco Quiñongo en 2019. Partió bastante bien, con chistes sobre discriminación racial, migración y las diferencias entre hombres y mujeres. Si bien el termómetro de redes sociales arrojaba un fracaso para el comediante, el público en la Quinta Vergara fue paciente.

Quienes no aguardaron mucho más fueron los animadores. María Luisa Godoy y Martín Cárcamo despidieron al comediante, quien se fue sin gaviotas a pesar de los aplausos del público.

“Cuando terminó su presentación, el humorista se despidió del público y salió de escena sin recibir galardones. Tras ello la transmisión se fue a comerciales, y fue en ese lapso cuando el respetable exigió el reconocimiento para el cubano, el que se le entregó minutos después cuando se le pidió volver al escenario”, escribió Culto.

bonco quiñongo

Las pifias siguieron durante la transmisión del backstage y la solución llegó a los minutos. “Ha sucedido algo inusual, algo maravilloso, en realidad —dijo Cárcamo al regresar al escenario—. Mientras fuimos a comerciales, este público se ha expresado en la Quinta Vergara. Es lo más lindo que ha pasado en la noche, durante comerciales, pidieron algo especial. Terminó la presentación de Bonco y el público no paró de pedir una cosa”.

“Ustedes son nuestros verdaderos jefes. Queremos pedir un aplauso para el tremendo comediante que han ovacionado. Bonco Quiñongo, venga para acá”, agregó María Luisa Godoy. Así, el comediante regresó al escenario y recibió ambas gaviotas.

La argentina Laila Roth, en 2023, logró hacerse con una sola gaviota tras una compleja presentación. Partió en lo alto, con chistes llenos con referencias locales, e incluso un beso con Gonzalo Valenzuela y Yamila Reina.

Fue el chiste del inodoro el que hundió la rutina. Las pifias se hicieron notar y la standupera reconoció el rechazo del público. “Perdón si no les gustó”, se disculpó antes de abandonar el escenario.

Laila Roth

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