El 6 de septiembre de 1970 y sin saberlo, Jimi Hendrix protagonizaría lo que se convertiría en su último concierto, en el Festival Love and Peace en Fernham, Alemania, donde ofreció su última muestra como cantante y guitarrista legendario.

En ese entonces, el histórico guitarrista había entrado en una suerte de rutina en sus conciertos, interpretando una y otra vez las mismas canciones con las que triunfó en un comienzo. Con el pasar de los años, aquella realidad se convirtió en una desilusión para el artista, algo que confirmó en una entrevista con The Times publicada tan solo un día antes del concierto. “Ahora mismo he vuelto al punto de partida. Lo he dado todo a esta era de la música. Sigo sonando igual, mi música sigue siendo la misma, y no se me ocurre nada nuevo que añadir en su estado actual”, expresó.

“Cuando terminó la última gira en América a principios de este año, solo quería irme un rato y olvidarme de todo. Solo quería grabar y ver si podía escribir algo. Entonces comencé a pensar. Pensar en el futuro. Pensar que esta era de la música, iniciada por Los Beatles, había llegado a su fin”, agregó. Aun así, el artista no solía rechazar invitaciones para tocar en vivo, por lo que ese 6 de septiembre se coronaba como uno de los grandes números de aquel festival.

La presentación fue caótica desde un principio, comenzando por el hecho de que el público estaba lleno de motoqueros. Así lo recordaba el tramoyista David Butcher en el libro Los últimos días de Jimi Hendrix: “Los Hell’s Angels estaban causando muchos problemas: saqueaban la oficina y daban entradas gratis a todo el mundo. No estaban a cargo de la seguridad, pero básicamente, se hicieron cargo, y hubo muchos problemas, incluyendo disparos. Disparos de ametralladora. Durante un tiempo, me pregunté si lo habíamos imaginado. Pero fue real”.

Las condiciones meteorológicas tampoco habían estado a su favor. “Estaba lloviendo, y él estaba allí de pie, arriesgándose a ser electrocutado. No se movió de la parte delantera del escenario, simplemente siguió adelante. Fue bastante sorprendente, realmente”, recordó Butcher.

Aún así, Hendrix se subió al escenario mientras el público le abucheaba pidiéndole que “se perdiera”. “Me importa un carajo que abucheen, mientras abucheen en sintonía”, expresó el músico, que interpretó temas como Killing Floor de Howlin’ Wolf, Spanish Castle Magic y el clásico All Along The Watchtower.

“Estaba a la mitad de All Along The Watchtower cuando me miró. Él está haciendo este gran solo y luego hace esa cosa increíble en la que deja de tocar con su mano izquierda – simplemente tiene su mano derecha en los trastes y él solo continúa mágicamente, ya sabes – y estoy como hipnotizado por esto. Cuando me doy cuenta que me está mirando. Él camina hacia mí y dice: “Más tambores, hombre”. Así que ahí estoy, tratando de encontrar el fader correcto... Fue un momento maravilloso porque realmente encontré las palancas correctas y las moví un poco hacia arriba y él sonrió y me guiñó un ojo, así que obviamente hice lo correcto...” expresó el baterista Mitch Mitchell en el mismo texto, recordando aquel concierto.

Finalmente, Hendrix terminó con la icónica Voodoo Child (Slight Return), cuya letra coincidía irónicamente con lo que se avecinaba: “Si no te veo más en este mundo, te conoceré en el próximo y no llegues tarde, no llegues tarde”.

“Desde mi posición en el escenario pude ver las peleas que estallaban a medida que Jimi se acercaba al final de su presentación”, recordaba Butcher. “Estoy seguro de que Jimi también los vio, pero no pudo hacer nada al respecto”.

Cuando Hendrix abandonó el escenario, una banda de rock anarquista alemana llamada Ton Steine Scherben subió al escenario, algo que generó que el público se volviera loco y el escenario se prendiera en llamas. Para algunos en la audiencia, parecía que Ton Steine Scherben había encendido la cerilla, dándoles aún más credibilidad clandestina.

Por su parte, Hendrix pasaría a vivir lo que serían sus últimos días, muriendo finalmente el 18 de septiembre de 1970 a los 27 años de edad debido a una sobredosis de barbitúricos.

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