Columna de Rodrigo González / La Habitación de al Lado: Llore con Ella
La primera película en inglés de Pedro Almodóvar está lejos de ser perfecta, pero de alguna manera el realizador manchego impone su punto de vista. Sólo los grandes pueden enfrentar la muerte y reírse de vez en cuando en las fauces del león. Protagonizada por Tilda Swinton y Julianne Moore, ya está en cines chilenos.
Esta película ganó el último Festival de Venecia, el más antiguo y uno de los más prestigiosos del mundo. Es el mayor premio que alguna vez ha recibido su director Pedro Almodóvar, pero difícilmente ésta es su mejor película. Lo que el jurado presidido por la actriz Isabelle Huppert hizo en septiembre pasado fue básicamente dar un veredicto de “justicia poética” para un cineasta que hace 20 años llegó a su cénit con filmes como Todo Sobre Mi Madre (1999) y Hable con Ella (2002). Por el primero le deberían haber dado la Palma de Oro de Cannes, donde compitió. Por el segundo, tal vez se merecía el Oscar a Mejor director, para el que fue nominado.
Pero ya se sabe que los premios sólo aciertan a medias y a estas alturas nadie pone en tela el juicio a uno de los cineastas más influyentes del último medio siglo. Él mismo es un gran citador y en La Habitación de al Lado (2024) llama la atención su cantidad de referencias, casi atosigantes. Van desde Persona (1966) de Ingmar Bergman a los cuadros de Edward Hopper, de los dramas con enfermos y desdichados de Douglas Sirk (Magnífica Obsesión, 1954) hasta, muy gráficamente, Los Muertos (1987), la última y elegíaca película de John Huston.
La última referencia es bastante entendible en una historia que trata sobre el rápido paso del tiempo, las decisiones, los amores a medias y, antes que nada, la muerte. Mejor dicho, de la elección de cuándo y cómo debe ser la muerte.
La Habitación de al Lado (2024), de una forma aún más evidente que en Dolor y Gloria (1999) indaga en el otoño de la vida, en los residuos de lo que fuimos y en la dignidad posible en una sociedad donde la pacatería valórica dicta el código individual. Parece una declaración de principios y lo es.
Por eso el peligro del discurso vacío acecha en cada esquina de este drama protagonizado por una enferma terminal y su mejor amiga. Hay momentos en que Pedro Almodóvar estuviera a punto de caer en un pantano y no queda más que sorprenderse que su estética, su sello de fábrica y su humor impensado lo salven de lo peor.
También lo salvan (y lo redimen) las actuaciones de Tilda Swinton como la enferma Martha y Julianne Moore en el papel de Ingrid, la única que se atreve a asistirla en su decisión de morir antes que el cáncer tenga la oportunidad cómo y cuándo cruelmente hacerlo. Hay un tercer personaje, Damian (John Turturro), especie de voz de la conciencia de la película y también del propio Almodóvar. Acostumbra a quejarse del penoso estado de las cosas en el orden mundial y de nuestro irrevocable descenso hacia la catástrofe climática.
De la misma manera que lo hacen Swinton y Moore, pero con más humor aún, Turturro es capaz de pronunciar todas sus graves sentencias con tal desparpajo y facilidad, que no queda más que reírse de la tragedia. Es todo un detalle y todo un logro, sobre todo si se considera que éste es el primer largomeraje en inglés del cineasta de 75 años.
Hay que tener mucho talento y honestidad para que un filme sobre la eutanasia no ahogue, deprima o simplemente fastidie al espectador. Almodóvar tiene ambas virtudes. Lo ayudan dos actrices impecables, una partitura de su colaborador habitual Alberto Iglesias aquí en modo Elmer Bernstein y una ambientación neoyorquina que logra salir airosa de la tentación tipo Instagram o tipo postal, para usar un término de la época analógica.
La Habitación de al Lado está lejos de ser una película perfecta (los flashbacks del comienzo auguran lo peor en sus primeros minutos), pero de alguna manera el realizador manchego impone su punto de vista. Sólo los grandes pueden enfrentar la muerte y reírse de vez en cuando en las fauces del león.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.