Crítica de discos: U2 aburre, pero Father John Misty y Kendrick Lamar estallan
El cuarteto irlandés reedita su último gran disco: pese a que sigue siendo un buen título, la inclusión de extras lo hace algo largo y tedioso. En tanto, Kendrick Lamar y Father John Misty demuestran por qué están entre los mejores de su generación.
*U2 - How to dismantle an atomic bomb (re-assemble edition)
Hacia 2004 U2 enfrentaba un escenario de competencia por parte de bandas más jóvenes como Coldplay y The Killers, inspiradas no sólo en el sonido y la rúbrica épica, sino en la grandilocuencia diseñada para estadios enmarcada en letras sobre sentimientos universales y altruistas, colindantes con el lenguaje publicitario. En ese contexto, How to dismantle an atomic bomb fue un esfuerzo por marcar territorio y delimitar a maestros de estudiantes, tal como años más tarde Madonna lo haría de Lady Gaga.
El onceavo título de su discografía es el último gran álbum de los irlandeses, aunque lejos de la consistencia formidable de The Unforgettable fire (1984), The Joshua tree (1987) y Achtung baby (1991). Se mantiene firme toda la primera mitad con algunas de sus mejores canciones en este siglo, contando City of blinding lights y Vertigo, para luego descender en su calidad sin que la caída sea estrepitosa. Esta versión reensamblada, agrega una decena de temas encontrados por The Edge sometidos a mínimas actualizaciones -Bono dobló voces para All because of you 2-, excluidas del corte final. El nuevo empaque es una enésima demostración del valor de la función del productor -en este caso, un viejo conocido como Steve Lillywhite-, para definir la calidad y coherencia del material. El disco no mejora precisamente por contar con más canciones. Solo se hace más largo y aburrido.
*Father John Misty - Mahashmashana
Todos los caminos de Josh Tillman (43) llevan a Father John Misty y viceversa. El cantautor indie convertido en figura desde que decidió adoptar ese nombre escénico de resonancias litúrgicas, convierte en epopeya este sexto álbum donde confluyen los aprendizajes discográficos, en función de un imaginario donde se sincera visceralmente con poética pluma. Mahashmashana abre con el corte homónimo en uno de los arranques más espectaculares del año: nueve minutos y 20 segundos de lo que semeja a un título finalista compuesto y producido por Phil Spector, en un gran festival de la canción de los 70 que nunca sucedió; los pases de una batería apañada, el suave rasgueo de una guitarra acústica, luego la voz melancólica de vieja escuela de Father John Misty -melódico a ultranza-, hasta los violines in crescendo.
A la magnificencia inicial le sigue el garbo rockero de She cleans up, para luego encajar un ambiente de jazz sombrío en Josh Tillman and the accidental dose, con vívidas escenas de experiencia narcótica. Mental health es una belleza absoluta, un crooner en un taburete que cigarrillo en mano canta sobre si en una extraña mezcla de glamour y sinceridad, mientras Screamland abandona la Tierra y se eleva sideral. Mahashmashana reitera a Father John Misty como uno de los mejores cantautores estadounidenses del siglo, un consagrado con aire a secreto muy bien guardado.
*Kendrick Lamar - GNX
El sexto álbum del galardonado astro del hip hop propone una capacidad de síntesis que se agradece, luego de la autoindulgencia de Mr. Morale & The big steppers (2022), una entrega doble consistente pero que no justificaba en lo absoluto el exceso de minutaje, uno de los flancos reiterados en un género donde la edición escasea. A partir del título -GNX alude a un modelo de automóvil Buick de 1987 de su padre-, ingresamos nuevamente a la zona de confort del artista de Compton ganador del Pulitzer: su biografía.
Limitado a una docena de canciones en 44 minutos con numerosos artistas invitados incluyendo a SZA, y una larga nómina de productores donde figura el demandado Jack Antonoff (Taylor Swift, Lorde), Lamar vuelve en forma y rápido, con ese manejo del tiempo, el acento y la cadencia que marcha por un carril distinto, y a la vez perfectamente complementario con la base musical. En Reincarnated despacha un relato kilométrico de varios personajes musicales, hasta llegar a su figura describiendo la filosofía de trabajo y éxito. “El único factor que respeté -frasea hábil- fue subir el listón, mis instintos enviaron material directo a las listas”. La composición que acompaña los distintos episodios de GNX mantiene la mejor tradición del collage, mientras Kendrick Lamar se despliega entre labia y melodía, a la altura del título que retiene: el mejor de su generación.
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