La actriz Marisa Paredes falleció a los 78 años, según informó la Academia de Cine, de la que fue presidenta.
Según informan medios españoles, el fallecimiento de Paredes fue repentino y la actriz se encontraba en perfecto estado hasta al menos el pasado domingo, cuando acudió al Teatro Español a ver la representación de ‘Luces de Bohemia’ en la que participaba su hija la también actriz María Isasi.
Nacida en Madrid en 1946, su pasión por la interpretación la llevó a iniciarse muy joven en el mundo del espectáculo, con papeles en cine y teatro que pronto evidenciaron su extraordinario talento. Durante más de seis décadas, Marisa fue una figura constante en la gran pantalla, trabajando con algunos de los directores más importantes del cine español e internacional. Paredes fue galardonada con el Goya de Honor en 2018.
Entre otros reconocimientos, Paredes fue Premio Nacional de Cinematografía (1996) y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007).
Una de las grandes divas del cine español, a lo largo de su carrera trabajó con directores como Pedro Almodóvar, Jaime Chávarri o Agustí Villaronga. También participó en películas como ‘El espinazo del diablo’ (2001), del mexicano Guillermo del Toro, y ‘La vida es bella’ (1997) del italiano Roberto Benigni.
Trayectoria
Marisa Paredes pisó un escenario por primera vez con la compañía de Conchita Montes en ‘Esta noche tampoco’ (1961) y posteriormente en el Grupo de Teatro Universitario. A esa primera obra siguieron ‘Ocho mujeres’ y ‘Rebelde’, esta última junto a Vicente Parra.
Dos décadas después, llevó a escena obras como ‘Orquídeas a la luz de la luna’ (1988) y, con el director Lluís Pasqual, la lorquiana ‘Comedia sin título’ (1990) y ‘Beckettiana’ (1991).
La actriz era un rostro ligado a la figura del cineasta Pedro Almódovar, cuya relación marcó un punto de inflexión en su carrera. Junto a él, protagonizó obras fundamentales como Tacones lejanos (1991), La flor de mi secreto (1995) o Todo sobre mi madre (1999), en las que Marisa desplegó una intensidad emocional y una sofisticación inigualables.
Gracias a esos papeles, su imagen quedó vinculada al auge del cine español en los años 90, contribuyendo a la renovación y reconocimiento mundial de nuestra cinematografía.