A diferencia de muchos de sus contemporáneos, System of a Down nunca fue una banda fácil de encasillar. Los inicios de la banda se remontan a 1998, año en el que lanzaron su primer álbum de estudio, System of a Down. Entre comentarios políticos y los potentes gritos nasales de Serj Tankian, la banda conformada por los armenios Daron Malakian (guitarras), Serj Tankian (voz y teclados), Shavo Odadjian (bajo) y John Dolmayan (batería) logró hacerse un espacio dentro de la escena, abriendo conciertos para bandas como Slayer, Metallica y Korn e insertándose en un mercado que buscaba con ansias escuchar algo nuevo.

“Me dejaron atónito. No se parecían a ninguna banda de hard rock o metal que hubiera visto antes”, dijo el destacado productor Rick Rubin -quien luego firmaría un contrato discográfico con la banda- en una ocasión, refiriéndose a la primera vez que vio al grupo tocar.

Sin embargo, si System of a Down fue el disco que los introdujo a la industria, Toxicity fue sin duda el que los consolidó como la destacada banda que son hoy día. Después de casi tres años girando con su disco homónimo, la banda decidió que era tiempo de explorar nuevos sonidos. Así fue como a principios de los 2000, los integrantes volvieron a The Alley, una sala de ensayo ubicada en North Hollywood donde comenzaron a trabajar en lo que se convertiría en su obra maestra.

Para esos días, su creciente ejército de fans estaba ansioso por escuchar lo que se venía para la banda. . “La presión estaba alta”, admitió Shavo para Louder Sound, “pero Daron (Malakian), tenía muchas canciones escritas y yo tenía algunas canciones. Estábamos listos para entrar y hacer otro disco”. Durante aquellos meses, la banda escribió más de 30 canciones, la mayoría de las cuales grabaron durante la primavera de 2001 en Cello Studios de Hollywood.

Fieles a su sonido único, la banda llevó al estudio una serie de instrumentos, desde un sitar y un banjo hasta un piano, teclados y un oud armenio. Además, quisieron aventurar musicalmente en otros aspectos, específicamente Serj, quien estaba decidido por cantar más. “(Serj) quería hacer todo eso, pero sin perder la pesadez de la banda y supongo que el aspecto hard, punk, metal”, expresó Malakian a Louwire en 2005. Decidido a por explorar su voz, el vocalista incluso llegó a grabar algunas líneas de cabeza. “Rick tenía uno de esos aparatos para hacer ejercicio”, reveló Shavo para Louder Sound, “así que colgaron a Serj boca abajo y él hizo algunas pistas”.

Después de meses en el estudio, había llegado el momento de elegir las canciones que formarían parte del álbum. “Sentimos que mucho del material de la época de Toxicity era bueno, pero no queríamos hacer un álbum doble para nuestro segundo álbum. Así que cada uno escribió su propia lista de las canciones que pensaba que deberían estar en el disco y así fue como las elegimos”, expresó Malakian para Variety.

El grupo finalmente redujo el álbum a 15 canciones, entre ellas clásicos como Toxicity, Deer Dance, ATWA y Chop Suey!, una de las canciones más populares de la banda. “Siempre puedo sentir cuando escribo algo bueno y siempre puedo decir cuando escribo algo que necesita un poco de trabajo. Pensé que esto era algo realmente bueno, pero jamás pensé que iba a convertirse en esta gran canción que saldría en MTV y se convertiría en un gran éxito para System of a Down. No sabía que sería nuestro primer hit. Jamás imaginé que iba a ser tan grande”, aseguró Daron Malakian para Loudwire.

La banda System of a Down

Algo grande se avecina

Incluso antes del lanzamiento oficial de Toxicity el 4 de septiembre de 2001, los indicios de que se convertiría en uno de los álbumes de metal más populares de principios del siglo XXI ya estaban ahí. Una vez finalizado el disco, la banda organizó un concierto promocional gratuito en el estacionamiento del bulevar Schrader de Hollywood.

Era 3 de septiembre de 2001, un día antes del lanzamiento oficial, y llegaron alrededor de 15.000 fanáticos a un espacio que estaba destinado para un máximo de 5.000 personas. El caos era tal que el show fue cancelado por la brigada de bomberos y la banda nunca alcanzó a subir al escenario. Como era de esperarse, una serie de disturbios se apoderaron del lugar. “Recuerdo que estaba en la parte de atrás con mi familia”, aseguró Shavo para Louder Sound, “Los niños se volvieron locos, empezaron a destruir nuestro equipo y material, y tuvimos que conseguir una escolta policial para salir de allí”.

Mientras la banda escapaba a las habitaciones del hotel, pudieron ver cómo se desarrollaban los acontecimientos a través de CNN. “Mi manager me dijo: ‘Se avecina algo grande’”, expresó Daron Malakian para The Ringer, y tenía razón. Una vez lanzado, Toxicity vendió 220.000 copias en su primera semana, situándolo en el número uno de la lista Billboard 200.

En cuestión de días, las radios empezaron a hacer sonar la canción Chop Suey! Sin embargo, nadie pudo avecinar lo que se vendría aquel 11 de septiembre de 2001, cuando las torres gemelas cayeron a causa de un ataque terrorista. “Dijeron que todo el álbum estaba relacionado con el 11 de septiembre”, dijo Shavo para el medio mencionado, “Todos comenzaron a fijarse en nosotros y, como pensaban que Armenia era de Oriente Medio, decían: ‘¡Dios mío! ¡Son uno de ellos!’”.

Sin embargo, tanto la atención negativa como positiva creó la tormenta perfecta para llevar a la banda al éxito total. Hoy, más de veinte años más tarde, el álbum ha mantenido su estatus como la obra maestra de System of a Down, resultando en un disco imprescindible para escuchar de cara al regreso de la banda a Chile el próximo 30 de abril de 2025 en el Parque del Estadio Nacional.

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