Una nueva versión de Nosferatu (2024) trajo regreso a los vampiros a la pantalla grande. En esta oportunidad, la película es protagonizada por Bill Skarsgård, Willem Dafoe, Lily Rose-Depp y Nicholas Hoult; y cuenta con la dirección del estadounidense afán del terror, Robert Eggers (La bruja).

La historia sigue a Hutter (Nicholas Hoult), un hombre que necesita vender un castillo cuyo propietario es el conde Graf Orlok (Skarsgård), quien en realidad es un vampiro que tiene una obsesión con Ellen (Depp), la esposa de Hutter.

Nosferatu (2024)

Este estreno —llegó a cines chilenos el 2 de enero — constituye un remake del filme original de 1922, Nosferatu: una sinfonía del horror, dirigido por Friedrich Wilhelm Murnau y con el protagónico de Max Schreck. Esta película muda se transformó en la obra maestra del terror expresionista alemán y hoy es recordada como un icónico clásico del cine. De hecho, ya contaba con un remake, en 1979, titulada Nosferatu, el vampiro.

Como es habitual, este relato encuentra sus raíces en la literatura. Drácula (1897), del irlandés Bram Stoker, fue la fuente de inspiración para Murnau, quien en 1921, junto a Albin Grau, abrió su propio estudio cinematográfico, llamado Prana Film.

Al año siguiente, se puso manos a la obra para dar ‘vida’ al conde Orlok.

Florence contra Murnau

El director alemán—de nombre original Friedrich Wilhelm Plumpe—había hecho solo una película antes de rodar Nosferatu. Henrik Galeen, el guionista, recibió la orden de los productores de Prana Film para escribir un librero inspirado en la obra de Stoker, a pesar de que no habían conseguido los derechos del libro, o la autorización de la viuda del autor, Florence Balcombe.

De ahí el cambio del nombre del protagonista y de otros detalles de la trama: el vampiro pasó de llamarse Drácula a Conde Orlok, y la historia fue trasladada a Alemania desde Inglaterra. Asimismo, hay diferencias en las personalidades de los protagonistas. Mientras Drácula es un personaje seductor, Orlok es repulsivo, inhumano, tiene garras y es incapaz de existir bajo la luz solar.

En 16 días, en diversas locaciones de Europa, incluyendo el castillo de Orava en Eslovaquia para las escenas en el castillo de Orlok, Murnau concretó la grabación del filme, en medio del clima impredecible, equipos aparatosos y largas jornadas de trabajo.

Aunque la exitosa difusión de la película se paralizó por una demanda. Florence Balcombe, esposa de Bram Stoker, denunció a Prana Film por infracción de derechos de autor. Se dice que la mujer fue advertida por un espectador anónimo, quien argumentaba que la cinta era una copia del libro de su marido.

El caso se resolvió con una orden judicial en junio de 1925, que obligaba al estudio de cine a pagar una gran suma de dinero a Balcombe. Sin embargo, la productora se declaró en bancarrota para evitar pagar.

La sentencia decía que, además de la indemnización, la productora debía entregarle a Florence Balcome todas las copias y negativos de la película Nosferatu, con el fin de ser destruidos. Una vez que el material estuvo en sus manos, la viuda lo destruyó.

O eso creía.

Bram Stocker

Según National Geographic, algunas copias se salvaron y a finales de la década de los 20, la película llegó a Estados Unidos y se realizaron proyecciones de la misma tanto en Detroit como en Nueva York.

El director Friedrich Wilhelm Murnau falleció en 1931, en un accidente automovilístico, no sin antes dejar cintas como Fausto (1926) y Amanecer (1927). En tanto, Florence Balcombe, la viuda de Bram Stoker, falleció en 1937.

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