Columna de Daniela Lagos: The Pitt, un viaje por la urgencia

THE PITT

Si ER fue en los 90 la serie que se la jugó por hacer la medicina un poco más realista en la pantalla chica, The Pitt sube la apuesta con diálogos enteros de puras tecnicidades que poco se entienden pero que logran la intención de hacer sentir que se está viviendo un día en la sala de emergencias.



Noah Wyle tenía 23 años y un par de créditos secundarios en su currículum cuando llegó su gran salto a la fama, de la mano de una serie que se convertiría en una de las más longevas de la televisión estadounidense. ER, un drama que se extendió por 15 temporadas y fue revolucionaria en su tratamiento de la medicina en pantalla, mucho más real y verosímil que lo que se había visto hasta el momento.

John Carter era el nombre del joven practicante de medicina que interpretaba Wyle, un actor que tres décadas después está de regreso en la sala de urgencias, ahora como el jefe de turno a cargo de lograr salvar vidas, luchar contra sus propios demonios y también contra burocracias en The Pitt, serie recién estrenada en Max y que apuesta por un giro en su género.

Aquí la producción apuesta por alejarse de la estructura clásica de los dramas médicos, que resuelven algunos casos en cada capítulo mientras que el arco mayor de la serie es dado por lo que ocurre en las vidas personales de sus personajes, con una propuesta osada: una temporada de 15 episodios en que cada uno de ellos muestra lo que ocurre durante una hora de un mismo turno, partiendo a las 7 de la mañana y terminando a las 10 de la noche.

Así, en el primer capítulo se presenta el escenario de lo que vendrá. La sala de espera está llena con gente que necesita ver a los médicos pero que están con malestares que pueden esperar, mientras van entrando los casos más severos. Es un hospital en crisis, en un día en que llegan nuevos estudiantes y que además es el aniversario de la muerte de un querido colega. Es decir, la mesa está servida para el drama.

Luego vendrán 15 horas con casos que aparecen y desaparecen en cosa de minutos mientras que otros se mantienen y desarrollan por varios episodios, mientras nos vamos enterando, sin mucho apuro, de los dramas y demonios que también rondan la urgencia.

Y si ER fue en los 90 la serie que se la jugó por hacer la medicina un poco más realista en la pantalla chica, The Pitt sube la apuesta con diálogos enteros de puras tecnicidades que poco se entienden pero que logran la intención de hacer sentir que se está viviendo un día en la sala de emergencias. Una serie entretenida, jugada y bien realizada que logra mostrar algo nuevo dentro de un género que a veces se siente atascada en su fórmula.

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