Daddy Yankee, El Big Boss, El Jefe, el máximo líder de aquel fenómeno cultural llamado reggaetón, empezó a sonar en Chile en la década del 2000.

Su single Gasolina fue la llave que le permitió abrir las puertas del éxito en el país. En 2006, su single comenzó a sonar en las radios y rápidamente se convirtió en la canción esencial en las fiestas. También se escuchaba en la casa o en juntas con amigos.

“Fue un hitazo atómico, en todos lados le pedían, y aparte que era un exitazo transversal. La canción la empezaban a poner en todas las fiestas, en todos los targets, en los matrimonios. Es de esos exitazos que son transversales, no es de un nicho, no es de una generación, sino que lo bailaba todo el mundo”, explica Pablo Reveco, periodista y conductor radial.

Además de posicionarse en las radios internacionales y nacionales, “se convirtió en un símbolo de la música urbana: una mezcla de celebración, identidad popular y transgresión”, comenta Ignacio Molina, periodista y autor del libro Historia del Trap en Chile.

El universo de Daddy Yankee introdujo el reggaetón a Chile.Fue un fenómeno absoluto, lo cambió todo, cambió lo que veníamos escuchando, cambió lo que hemos escuchado desde ahí en adelante, no fue un hit más. Por ejemplo tú me podrías mencionar a Aserejé, o El Baile del Gorila, o cualquier tema que a lo mejor nos tuvo todo un verano en el país escuchándolo. Ninguno de esos logró generar un movimiento completo, ninguno de esos logró que esos artistas se expandieran tanto en lo comercial como en lo cultural”, comenta Don Lota (Rodrigo Ruiz Garcés), periodista y director de la revista Alto en Flow.

Festival de Viña 2006, no te olvidaremos

En su gira del disco Barrio Fino, el cantante vino a Chile. “Soy de barrio, pero de barrio fino, aquí nació un joven que no sabía lo que le tenía deparado el destino, destino que lo llevó hasta la música, la que le ha dado grandes privilegios y satisfacciones, pero ninguno tan importante y tan significativo como el cariño y respeto de su público. Check the Sound, evolorevulu, evolución en cierta forma, vanguardia, en Viña 2006, Daddy, usted tiene la última palabra”, dijo Sergio Lagos -en la emblemática presentación del cantante en la Quinta Vergara- y dio paso al Big Boss.

En un trono plateado descendió Daddy apoteósicamente desde el techo de la Quinta Vergara hasta llegar al escenario, al que ingresó con su estilo gangster: un pañuelo blanco en la cabeza, camisa holgada, zapatillas blancas, reloj de lujo y muchas joyas. “Quiero ver a todos los chilenos con las manos arriba conmigo ahora”, dijo el Big Boss antes de comenzar a cantar Big Daddy, canción con la que abrió su show.

En el show cantó sus clásicos más reconocidos como Tu príncipe, Gasolina y Lo que pasó, pasó. Daddy fue reconocido por el público y se llevó de vuelta a Puerto Rico las antorchas de oro y de plata y una gaviota de plata.

Lo que se vio en el público mientras transcurría su show representó totalmente la locura que fue su presentación en la Quinta Vergara. Personas desmayadas, gente peleando con los guardias y la audiencia coreando y gritando las canciones de Daddy.

“Fue una legitimación del reggaetón en el ámbito cultural chileno. Antes, el género estaba más asociado a lo marginal, pero verlo triunfar en un evento tan tradicional como Viña del Mar marcó su aceptación masiva. Las ovaciones del público fueron un reflejo de que ya había cruzado todas las fronteras sociales”, comenta Molina.

En ese show hubo momentos que se instalaron en la cultura pop, como el momento en que instó al público a prender la pantalla de sus teléfonos -que en ese tiempo no tenían flash- para alumbrar la Quinta Vergara. “Celulares de lao a lao. Parabrisas, limpiaparabrisas”, que se tocaban en fiestas masivas.

“Daddy Yankee logró conectar con los jóvenes chilenos, especialmente en sectores populares, donde la música urbana ya tenía una fuerte presencia. Sus temas se convirtieron en el alma de eventos como las fiestas pokemonas y reuniones de amigos y familiares, en un contexto donde muchos buscaban una identidad propia, ya sea a través de una estética, un sonido o un referente”, contextualiza Molina.

La despedida sin calma

Otro hito importante del cantante son sus conciertos de despedida en 2022. Si bien luego del Festival volvió a estar en Chile, la gira de promoción de Legendaddy superó en fervor del público a las demás.

Daddy Yankee

Cuando comenzó la venta de entradas para sus tres shows en el Estadio Nacional, agendados para los días 27, 28 y 29 de septiembre, estas se agotaron en menos de 24 horas y el cantante gracias a eso marcó un récord.

Pero muchas personas no lograron comprar entradas para ver al Big Boss y eso llevó a desatar la locura total el 27 de septiembre en las afueras del Estadio Nacional, lugar en que se presentó Daddy Yankee.

Un tumulto de personas intentó ingresar al estadio y la seguridad del recinto se vio sobrepasada. El poder de convocatoria se hizo notar y alrededor de 4000 personas ingresaron sin entrada al lugar. Carabineros tuvo que intervenir y hubo tres detenidos.

“Nos hemos visto obligados a tener que cerrar de forma intermitente los accesos de Avenida Grecia, debido a personas que actuando de forma ilegal han agredido a personal de nuestros equipos de seguridad, validación de entradas y producción”, declaró Bizarro Live Entertainment, tras los disturbios que se generaron en el estadio.

Los días siguientes se reforzó la seguridad en los conciertos el Big Boss. Su presentación fue la presentación del nuevo disco y un repaso por sus grandes éxitos.

En ese mismo contexto se instaló una estatua del cantante en el Estadio Nacional, que luego fue llevada al Subcentro de Escuela Militar. Muchos fans se fotografiaron junto a la estatua en el Estadio Nacional y también llegaron hasta Las Condes para ver la figura inspirada en Daddy, la leyenda del reggaetón que cambió la música en Chile y el mundo.

Sigue leyendo en Culto: