George Harris: el difícil arte de no hacer reír

FESTIVAL VIÑA 2025: Primera Noche
George Harris: el difícil arte de no hacer reír

En una accidentada noche, el comediante venezolano no sacó ninguna risa, se enfrascó en una (arrogante) pelea verbal con el público y pasó a la historia como uno de los espectáculos humorísticos más lamentables que se han visto en la Quinta Vergara.


Fernando Alarcón, un viejo sabio de la comedia, dice que en Viña los primeros cinco minutos de actuación son fundamentales. Durante ese periodo, el humorista debe entrar con lo mejor de su repertorio, porque ahí se juega parte del destino de su show. George Harris, el comediante más polémico del último tiempo en presentarse en la Quinta, no lo tomó de esa manera. Es más, parece que nunca se enteró de los códigos humorísticos en Viña.

Hay consideraciones ciertas. El venezolano afincado en Miami entró a la Quinta Vergara con un ambiente caldeado, tribunero, donde desde temprano -o, más bien, varios meses- se azuzó una rivalidad entre los venezolanos versus los chilenos. Había que tener valentía para subirse al escenario, sí. Importan sus opiniones políticas cuando debes salir a hacer reír, no. Lo único trascendente es tener gracia, ser ocurrente o contar una historia que tenga un remate cómico.

George Harris wsp
Las razones del fracaso de George Harris en Viña 2025

Pero Harris no hizo nada de aquello que era importante. Durante sus accidentados cuarenta minutos de actuación no sacó ninguna risa -un récord difícil de igualar- y constantemente entró en una fricción verbal con el público, con una altanería absurda –”ojalá tengan la carrera que tengo yo”, “soy un artista internacional”, dijo-, recordando a Jani Dueñas, otro de los más lamentables shows de la última década.

Hacer reír para un auditorio venezolano o centroamericano en Miami es distinto que para el público chileno. Lo primero que debes tener en cuenta es lograr una conexión cultural con el país donde te presentas.

La organización -más bien, Bizarro, la productora a cargo de la parrilla festivalera- se equivocó rotundamente cuando lo contrató a partir de sus shows en el Movistar en septiembre pasado. Esa concurrencia era eminentemente venezolana, con otra manera de enfrentar el humor. Esos shows, además, apelan a la nostalgia, a reencontrarse con la identidad patria. La Quinta Vergara es otra cosa. Los modismos locales no cuentan ni tampoco cientos de personas con banderas de ese país porque más allá del apoyo -algo siempre positivo-, no preparan el libreto. Y si el guión es pésimo, como ocurrió con Harris, peor aún.

George Harris

Durante las dos veces que volvió al escenario, los animadores tampoco ayudaron. Karen Doggenweiler, quien hizo olvidar con su manejo y experiencia los años de María Luisa Godoy, falló al decirle a Harris que a los chilenos “no nos ganan en la pelea”. Rafael Araneda tampoco lo hizo mejor al insistir que el venezolano volviera a actuar cuando era más que evidente que el comediante tenía un espectáculo pobrísimo, abúlico, sin chispa y miserable en su expresión humorística.

Cuando el show de Harris avanzaba sin ninguna mueca de risas y las pifias eran cada vez más ensordecedoras, lo más gracioso del venezolano eran los memes que se viralizaban en redes sociales en torno a su presentación. Una noche no define una carrera, dijo Araneda antes de despedir al comediante. Pero es una señal de atención cuando se contrata a un humorista. Harris quedará en la memoria histórica del festival de Viña. Fundamentalmente, por su descollante capacidad de no hacer reír.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.