*Steven Wilson - The Overview
Promocionado como un regreso al progresivo, este octavo álbum de Steven Wilson (57) propone dos temas en 42 minutos. Según el británico, el primer título Objects outlive us entreteje historias “sobre lo que le estamos haciendo al planeta”, mientras el corte homónimo aborda “estar perdido en el espacio”, suscribiendo a la larga tradición del space rock, un arco que cubre desde David Bowie pasando por Elton John hasta Kyuss, todos aleatoriamente inspirados en aventuras espaciales. Wilson registra avances vocales insoslayables -su flanco histórico- montando sólidas armonías por capas.
Obsesivo como siempre con el sonido, plasma una textura cálida y superior que difícilmente se encuentra en el robotizado promedio del rock actual, desplegando un lienzo que convoca la noción del progresivo en su era dorada (como si King Crimson no se hubiera separado en 1974) con las posibilidades actuales. Los saldos son dispares entre ambas composiciones. La primera resulta mucho más lograda en el carácter aventurero y verborreico del género, entre la emotividad melódica de efecto desolador (con enlace a esa tristeza por la vida urbana que embarga a Thom Yorke), y pasajes instrumentales virtuosos condicionados a ese ánimo lúgubre. En la segunda pieza no marida bien la combinación de una electrónica sin chispa sometida a la letanía del spoken word, y segmentos musicales a la estela de Pink Floyd.
*Bon Jovi - Slippery when wet (deluxe edition)
El tercer álbum de Bon Jovi publicado en 1986 fue un proyecto abiertamente diseñado para convertirse en un fenómeno de ventas, tras un par de discos de rock endurecido con reverencias explícitas a Bruce Springsteen. La banda hizo alianza con el compositor y productor Desmond Child -autor, entre varios éxitos pop rock, de I was made for lovin’ you de Kiss y I hate myself for loving you de Joan Jett & the Blackhearts-, para luego testear una treinta de canciones con adolescentes de New Jersey y Nueva York.
La operación resultó brillante en términos comerciales. No solo es el álbum más vendido de Bon Jovi, sino el de mayor rendimiento comercial en 1987, un año extraordinario de títulos memorables gracias a Guns N’ Roses, U2, Depeche Mode, Michael Jackson y Def Leppard. Esta edición suma una mezcla alternativa del éxito Livin’ on a prayer que palidece ante la oficial, una versión acústica de Wanted dead or alive, y cuatro cortes en vivo registrados en 1987. Este último material refleja el discreto rendimiento de la banda en directo, siempre complicada para recrear los chillones estribillos y con escaso cuerpo. El álbum, que consagró al hair metal como fenómeno de masas, no ha envejecido de la mejor forma. La impronta de Desmond Child resalta y la originalidad sólo aflora cuando Ritchie Sambora tiene espacio para solear.
*The 1975 - Still… at their very best (live from The AO Arena, Manchester, 17.02.24)
Si The 1975 fuera una banda chilena, encarnaría el espíritu de este gobierno por su notoria perspectiva de género. La discografía de cinco títulos se feminiza constantemente, desde un rock electrónico de carga emotiva y coqueta enmarcado en new wave, hasta decantar en el soul de ojos azules, bajo una constante de altos estándares sónicos de inspiración ochentera, adaptados al milenio. Esta última etapa condensada en Being funny in a foreign language (2022) producido por Jack Antonoff -el Midas del pop al que acuden Taylor Swift y Lorde-, bordea el paroxismo de una sensibilidad masculina súper conectada a las frecuencias femeninas.
En este generoso registro en vivo de 27 títulos las mujeres son protagonistas coreando de comienzo a fin un cancionero propuesto como el diario de vida de Matt Healy, la última estrella rock genuina en una era en que casi no existen bandas. Aunque curiosamente dejan fuera su primer éxito internacional Love me con fuerte aroma a INXS, el listado cubre todos sus títulos con un nivel de pulcritud y fidelidad que recuerda el peak en directo de Duran Duran hace cuatro décadas. Los interludios donde evidentemente se trata de videos proyectados en vivo, restan continuidad a la experiencia de un formato tradicional como el disco en directo. La edición de esos pasajes no habría estado demás.