Antes de convertirse en el guitarrista clave de La Ley, Pedro Frugone vivió una serie de experiencias que moldearon su identidad musical y lo prepararon para el éxito internacional. Su historia está marcada por una infancia inquieta, bandas que sirvieron de trampolín y desafíos al integrarse a una de las agrupaciones más influyentes del rock latino: La Ley.
Nacido un 12 de marzo de 1968, el guitarrista llegó en un momento delicado de la banda, pero con su sonido y nuevas propuestas entre los integrantes, llevaron a La Ley a la fama internacional, al punto de ser la única agrupación chilena en ganar un Premio Grammy al Mejor Álbum de Rock, Urbano o Alternativo Latino por el disco Uno.
En el marco de su cumpleaños número 57, esta es la historia del músico antes de su llegada a la icónica banda que marcó el Chile noventero.
Inicios musicales
Frugone tuvo una niñez marcada por la rebeldía, pasando por más de diez colegios debido a problemas de disciplina. En entrevista con Culto hecha en 2024, recordó su paso por la escuela y confirmó que se portaba mal en clases.
“Me tenían mala”, mencionó, y cree que el ambiente de la dictadura en el que creció no era el mejor para una personalidad como la suya. “Había una huevada militar en el ambiente que se sentía en el mundo cívico y pasaba al mundo académico, y todos querían reprimir”.
Sin embargo, esa energía encontró un canal de expresión en la música. Desde temprana edad, junto a su hermano Archie, formó bandas como Viena, con la que dio sus primeros pasos en la escena musical chilena. Su pasión por la guitarra lo llevó a perfeccionar su estilo, inspirado por el rock británico y el sonido alternativo que luego definiría su carrera.
Aquella agrupación tuvo un fugaz pero importante paso en la escena musical local, imponiendo hits radiales como Niña engreída y Salón de emociones. La primera aparición significativa de Viena fue en el programa Martes 13 de UC-TV, gracias a la influencia de Florcita Motuda. Sin embargo, su estética no convencional causó controversia entre los directivos del canal, quienes les pidieron moderar su apariencia. La negativa de los músicos y su presentación en vivo con maquillaje provocaron su expulsión permanente de la programación del canal.
Más tarde, las tensiones internas entre los miembros de la banda se intensificaron, lo que llevó a su separación en 1988. Claudio Millán, líder del grupo, expresó su frustración y decepción, alegando que se sentía ignorado en su papel de liderazgo y que estaba insatisfecho con la gestión de promoción de EMI.
Pedro Frugone cree que “faltó visión a la gente de los sellos y, sobre todo, la gente de las radios”, para afianzar la efervescencia pop rock que en Chile lideraban Los Prisioneros. “Hubo realmente un abandono bestial y cero cariño”, señaló en aquella entrevista.
Antes de unirse a la banda liderada por Beto Cuevas, Frugone era integrante Anachena, conjunto que consolidó su presencia en el rock nacional. Estas experiencias fueron cruciales para el desarrollo de su identidad creativa y le brindaron la madurez necesaria para asumir un reto mayor: formar parte de La Ley en un momento clave para la banda.
Desafíos en La Ley
En 1994, tras el fallecimiento del guitarrista y fundador de La Ley, Andrés Bobe, Frugone fue convocado para reemplazarlo. Sin embargo, su ingreso no estuvo exento de dificultades.
Antes de unirse a la banda, el guitarrista era miembro de Anachena, banda bajo contrato con BMG Ariola Chile. Al incorporarse al grupo de Cuevas y compañía, surgió un conflicto contractual debido a su compromiso previo con el sello discográfico. Para resolverlo, Warner Music, nueva discográfica de La Ley, negoció una indemnización con BMG, liberando al músico de sus obligaciones anteriores.
Durante la grabación del álbum Invisible (1995), hubo tensiones con el productor Humberto Gatica debido a diferencias creativas, lo que llevó a Pedro Frugone a ausentarse temporalmente de algunas sesiones de estudio. Sin embargo, su aporte terminó siendo fundamental para la evolución del sonido de la banda, consolidando una nueva etapa de madurez musical que los llevaría al reconocimiento internacional.
El álbum fue lanzado el 28 de julio de 1995, marcando un hito en la carrera de La Ley al consolidar su presencia en la escena musical latinoamericana. Este disco, considerado por muchos como la obra cumbre de la banda, incluyó éxitos como El Duelo, Día Cero y Cielo Market, que alcanzaron los primeros lugares en las listas de popularidad.
La gira promocional de Invisible se extendió por casi dos años, llevando al grupo a presentarse en importantes escenarios de América Latina y Estados Unidos. Además, lograron llenar el Auditorio Nacional de México en dos ocasiones. Además, en 2008, la revista Rolling Stone Chile incluyó este disco en su lista de los mejores álbumes chilenos de todos los tiempos.
En la entrevista ya mencionada, el guitarrista comentó que tiene toda la disposición para volver a los escenarios junto a los otros miembros de La Ley: “Lo estamos hablando, estamos hablando siempre con Rodrigo. Somos buenos amigos. Entonces sí, yo creo que podría ser. Creo que estamos cerca. Si es que La Ley vuelve a hacer una gira, no sé si todo sería con ellos, pero una parte con ellos sería la raja, y yo estoy luchando para que así sea”.