Iban rumbo hacia la cárcel de Quillota bajo un cielo desafiante. Los soldados ya estaban avisados: por ningún motivo debían despegar sus ojos de los pasos de ese hombre al que apodaban el maestro del engaño y del disfraz, el mismo que antes los había burlado unas cuantas veces. Era 26 de mayo de 1818, y el abogado republicano convertido en guerrillero, Manuel Rodríguez Erdoiza, de 43 años, marchaba hacia su cruel designio.

Meses antes, el jurista había protagonizado un incidente menor y que sin embargo terminó costándole la libertad, primero, y días después la vida: montado en su caballo, ingresó al palacio de gobierno de la época para alzar la voz por el fusilamiento de los hermanos Juan José y Luis Carrera en Mendoza. Al tanto de los hechos, el Director Supremo, Bernardo O'Higgins, mandó a arrestarlo por "alborotador" y a encerrarlo en un cuartel militar, para luego trasladarlo a Quillota. Pero Rodríguez, quien además había liderado el proceso independentista, nunca llegó a su destino: hacia las afueras de Santiago, precisamente a la altura de Til Til, uno de sus guardianes, el teniente Antonio Navarro, le habría disparado por la espalda o fusilado aduciendo un intento de fuga.

En su libro Historia Secreta de Chile, el escritor Jorge Baradit recogió el hecho: "En el autoritario gobierno de Bernardo O'Higgins, que se entroniza inmediatamente después de la victoria de las armas patriotas en Maipú, se produce el asesinato de Manuel Rodríguez, el audaz guerrillero, quizás uno de los hombres más queridos en nuestro país", anotó. "Rodríguez se pone a las órdenes de San Martín en pro de la liberación de Chile, con sus montoneras y su guerra psicológica, preparando la invasión patriota por la cordillera de los Andes. ¿Y cómo le pagaron? Lo asesinaron cuando la Independencia ya estaba conseguida y él ya no era relevante. Manuel Rodríguez fue el primer detenido desaparecido de una dictadura, porque el destino de sus restos todavía no es claro y el gobierno de O'Higgins definitivamente fue una dictadura", se lee en las mismas páginas.

Las pistas de un crimen

A poco de cumplirse, el próximo 26 de mayo, 200 años de la muerte del patriota, diversas manifestaciones se aprestan a poner en relieve su figura. Desde la Cineteca Nacional, por ejemplo, el encargado de documentación y cine online, Marcelo Morales, cuenta que en mayo exhibirán "dos películas sobre Manuel Rodríguez: una es El húsar de la muerte, de Pedro Sienna (1925), y la otra Manuel Rodríguez, de Adolfo Urzúa (1910)". Aun cuando este último filme está incompleto, Morales subraya que se trata de "la primera película de ficción que se hizo en Chile".

La extensión cultural de la Biblioteca Nacional, en tanto, abrió ayer la muestra Queremos, podemos y debemos ser libres, que hasta mediados de abril exhibirá 13 ilustraciones de Marcelo Escobar, además de una serie de cartas entre O'Higgins y San Martín, mapas de batallas y grabados de la época. "Aunque está centrada en la Proclamación de la Independencia, se hará una mención especial al guerrillero", afirman.

Rodríguez volverá también a pisar los escenarios: la compañía chilena La Patogallina repondrá entre el 30 de marzo y 1 de abril su exitoso montaje El húsar de la muerte en Matucana 100. Estrenada en el año 2000, la historia narra las hazañas del guerrillero y su lucha por la Independencia de la patria, envuelta en una atmósfera que además rinde homenaje al cine mudo. "Lo especial para nosotros es que el montaje se enmarca dentro del ciclo de cinco obras que haremos con motivo de nuestros 21 años", explica Martín Erazo, líder del grupo y quien detalla que los 200 años de la muerte de Rodríguez son solo una coincidencia: "Ni lo habíamos pensado", aclara.

En el lugar de los hechos, en la localidad hacia el norte de Santiago donde fue abatido el rebelde prócer, la comunidad ya se está preparando para la fecha. Hugo Sagua, coordinador municipal del popular desfile en homenaje al caudillo independentista, anticipa que "este año sí pretendemos realizar un programa más abultado, pero que aún no tenemos del todo definido", cuenta.

A la tradicional procesión, que reunirá a efectivos del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros, además de organizaciones civiles y colegios de la zona, "en la iglesia de Til Til se realizará una oración por la patria", precisa Sagua. Durante el resto del año, en tanto, estará disponible la Ruta Patrimonial Manuel Rodríguez, que "llevará a los visitantes al lugar donde fue asesinato y se recreará la escena", concluye.