Cuando el 1 de marzo pasado entró en vigencia el nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap), varios ajustes se vivieron al interior de la recién inaugurada cartera. Para ser exactos tres fueron los grandes enroques de la nueva administración: el antiguo Consejo de la Cultura (CNCA) pasó a ser parte de la actual Subsecretaría de las Culturas y las Artes; la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) pasó a conformar la hoy llamada Subsecretaría del Patrimonio Cultural, y el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) fue absorbido por el actual Servicio Nacional de Patrimonio Cultural.

De este último quedó a cargo Angel Cabeza, quien desde 2014 ejercía como director de la Dibam y vicepresidente del CMN. Sin embargo, el arqueólogo de la Universidad de Chile no alcanzó a cumplir un mes en el nuevo puesto y este jueves anunció su retiro en un comunicado interno, dejando entrever los problemas administrativos de la nueva estructura.

"El 28 de marzo, de acuerdo a lo que estipula la legislación de Alta Dirección Pública, se me solicitó la renuncia no voluntaria", se leía en la misiva, donde no profundizó en las causas de su dimisión. "En razón de lo anterior, deseo informar y agradecer a todas las personas que laboran en distintos estamentos y zonas del país por su trabajo (...) en la gestión de esta institución", señalaba Cabeza, que el jueves se mantuvo inubicable en su teléfono.

La renuncia de Cabeza le fue solicitada por la ministra de Cultura Alejandra Pérez, tras revelarse su compleja situación dentro de la institución en una nota del sitio electrónico El Mostrador. En esta, se hace referencia a la poca prolijidad en el detalle de sus viajes -75 nacionales y 12 extranjeros- que superan los $ 38 millones, y al cuestionable registro de varios viajes, algunos de ellos duplicados en la misma fecha y por el mismo concepto a Isla de Pascua, según se detalla en el sitio Gobierno Transparente.

"Fueron 300 días de viajes", señalan desde la Asociación Nacional de Trabajadores del Patrimonio (Anatrap). "Solo podemos aportar que la gestión de Cabeza fue deficiente, que nos dejó como trabajadores al arbitrio, hoy esta institución (Dibam y CMN) no existe y al director jamás le importó", agregan .

Su mala relación con Emilio de la Cerda, actual subsecretario de Patrimonio Cultural, también sería motivo de queja de su gestión. Se relata incluso que habrían tenido un altercado por la oficina que ocuparía el nuevo subsecretario en la Biblioteca Nacional, quien al llegar a su primer día no encontró un lugar donde trabajar.

Al respecto, consultado por La Tercera, De la Cerda manifiesta: "Son temas propios de la instalación de una nueva subsecretaría. Nuestras oficinas definitivas serán en el Palacio Pereira que aún no está listo. Lo único que quisiera decir es que le deseo suerte en sus futuros desafíos al ex director de la Dibam".

Asimismo, las críticas en torno a su gestión patrimonial volvieron a surgir al recordar la autorización de Cabeza en 2006 de una masiva remoción de rocas con petroglifos de más de 7 mil años de antigüedad en el Valle de Pupío de Coquimbo. Tras el permiso se dio paso a la construcción del Proyecto de Desarrollo Integral de Mineral Los Pelambres, hecho que fue duramente criticada por el Colegio de Arquitectos que catalogó la acción como "la mayor intervención patrimonial en la historia moderna de Chile".

A las acusaciones se sumaría la búsqueda de Cabeza para encontrar apoyos en la Dirección Sociocultural de La Presidencia y así preservar su cargo, para lo cual habría contratado a profesionales como María del Pilar Cruz Hurtado, militante de Renovación Nacional desde 1997, quien actualmente ejerce como jefa de gabinete del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural.