"Te pareces a Marilyn Monroe", le dice Ramón a su nuevo amigo Carlitos, mientras éste hace un alto en medio del robo a una joyería y se prueba los aros más caros que encontró en la tienda. Carlitos tiene cara de estrella de cine. También de ángel: piel tersa, ojos grandes, cabellos rubios y ondulados como un querubín. No parece un asesino, pero dispara con la facilidad de un cowboy.
Además, nació con la puntería de un francotirador de guerra y donde pone el ojo, pone la bala. La muerte lo sigue en todos sus asaltos y es el mejor cómplice de Ramón Peralta, su compañero de fechorías.
Carlitos es en realidad Carlos Robledo Puch (1952), el hombre que lleva más años preso en Argentina. 46, para ser exactos. El crimen cometido: varios, demasiados. Para darle más contexto al caso se puede decir que el grueso de sus delitos está conformado por 11 asesinatos, 17 robos y una violación. Todos cometidos antes de cumplir los 20 años y sin antecedentes familiares que expliquen de dónde vino su afición al mal. Tal vez le cayó del cielo y por eso, además de su rostro y figura algo andróginas, lo apodaron "el ángel".
El caso de Robledo Puch, que fue a prisión en 1972, es uno de los más legendarios de la historia policial argentina y era carne de película. Fue lo mismo que sucedió con las diabólicas peripecias de la familia Puccio en los años 80, convertidas luego en la muy solvente El clan (2015) de Pablo Trapero. Ahora, el mismo grupo de productores (entre ellos Pedro Almodóvar) financió El ángel (2017), que ayer se estrenó en la sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes. Es la misma muestra (una de las dos oficiales, la otra es la Competencia) donde el año pasado se dio La cordillera (2017), con Ricardo Darín, Dolores Fonzi y los chilenos Alfredo Castro y Paulina García.
El ángel es dirigida por Luis Ortega, hijo del cantante Palito Ortega, y entre sus actores están Ricardo "Chino" Darín, el hijo del Darín conocido por todos, y el chileno Luis Gnecco, que interpreta a Héctor Robledo, el esforzado, gris y temeroso padre de Carlitos. Su madre está a cargo de Cecilia Roth y a su compinche Peralta lo representa el mencionado Chino Darín, como se lo conoce en Argentina, para diferenciarlo de su padre. Lo más importante, sin embargo, es que el personaje de Robledo Puch fue a parar a manos del debutante Lorenzo Ferro, de 18 años.
En El ángel, que se estrenará en Chile durante el segundo semestre, todo parte en el nuevo colegio industrial al que cambian a Carlos Robledo. Ahí conoce a Ramón Peralta (Chino Darín), un muchacho alto y bastante más fuerte que Carlos. Pero Peralta no cuenta con que Carlos es más atrevido y rápido que la mayoría de sus compañeros. Se hacen amigos y luego, en uno de los momentos más gloriosos y jocosos de la película, llegan a la casa de la familia de Peralta: papá (Daniel Fanego) anda con la pistola amarrada al pantalón corto y practica tiro en las paredes; mamá (Mercedes Morán) es encantadora y en más de una oportunidad se le insinúa a Carlos.
La casa de los Peralta es el negativo perfecto del hogar de los Puch. Donde en una reina el todo vale, en la de Carlitos todo es mesurado, monótono y vacío. El padre (Luis Gnecco) es un vendedor viajero que ya no tiene demasiada fe en su hijo, mientras que la madre (Cecilia Roth) no termina de convencerse de dónde vienen las motocicletas y los automóviles que a veces el chico lleva a casa. Son robados, por supuesto.
La película, que tiene una magnífica banda sonora de temas del rock y pop argentino de los 70, tiene humor y con aquel ritmo tragicómico se va tomando las andanzas de "el ángel" y sus cómplices.
Primero mata a un vetusto millonario de un balazo a quemarropa mientras le roban el dinero y las obras de arte de la mansión. Luego liquida a dos malandrines de bar que molestaron a su amigo a través de certeros balazos en el cráneo mientras dormían. Incluso le quemará la cabeza con un soplete a un socio que no le cae bien. Todo lo hará sin nunca inquietarse, sin temor, sin prisa, como poseído por un espíritu zen de la muerte.
La película recibió grandes aplausos en su primera función, y a la muestra de gala asistió el propio Pedro Almodóvar, el director Luis Ortega y los actores, a excepción de Luis Gnecco, que se encuentra filmando en Italia.
Candidata polaca
En la jornada de ayer en Cannes, además, se presentó la que es por consenso de la crítica la mejor película en competencia hasta hoy. Firme candidata a la Palma de Oro, Guerra fría del polaco Pawel Pawlikowski es una amarga historia de amor maldito entre el músico Wiktor (Tomasz Kot) y la cantante Zula (Joanna Kulig). Pawlikowski, que en 2013 había dirigido la ganadora del Oscar, Ida, aquí sigue los destinos de dos almas en pena, jamás adaptados a vivir sin el otro, pero constantemente forzados a la separación. Todo transcurre entre 1948 y 1958, siempre en blanco y negro y, casi por defecto, en invierno, entre Francia, Polonia y la ex Yugoeslavia.