Giselle, la madre de los ballets tal como los conocemos hoy y la perfecta tragedia de la muchacha de pueblo que enloquece por un noble que no la corresponde. Giselle, la obra que antes de El lago de los cisnes y Coppélia definió cómo debían ser los retratos coreográficos de la Opera de París o del Bolshoi de Moscú. Giselle, la creación con música del francés Adolphe Adam estrenada en 1841 que a a partir de hoy presenta el Ballet Nacional Chileno, pero en una adaptación moderna a cargo de su director Mathieu Guilhaumon (1979). Se llama Giselle, contrapunto y revisita.
"Esta es una relectura del gran clásico", comenta el coreógrafo francés sobre su creación, que estará desde hoy al 5 de mayo en el Teatro de la Universidad de Chile. "Lo que hacemos es mantener los elementos que son insustituibles y vamos eliminando todo lo que nos hace ruido. De alguna manera, depuramos a Giselle. Pero la nueva mirada es desde el respeto y por la misma razón, por ejemplo, es la Orquesta Sinfónica de Chile (dirigida por François López-Ferrer) la que nos acompaña en vivo", explica Guilhaumon.
La historia de Giselle deriva de la tradición cuentística europea, pero también tiene entre sus fuentes escritos del poeta alemán Heinrich Heine y del novelista francés Victor Hugo. Para agregar más nombres a su génesis, hay que decir que el libreto fue desarrollado parcialmente por el poeta romántico galo Théophile Gauiter. "En nuestra versión se conservan los temas universales que trataba Giselle. Cuando veo un ballet clásico hoy en día siempre me cuestiono qué significa esa obra después de tantos años desde su creación", reflexiona Guilhaumon, que contó con la colaboración de la actriz Millaray Lobos.
"La pregunta que uno se hace es cómo salvaguardar la particularidad de algo y traducirlo de manera que nos permita darle una nueva vida, pero sin matar lo que antes estaba ahí", explica Lobos, quien el año pasado trabajó con Guilhaumon en la versión de La tempestad, de Shakespeare.
La historia de Giselle es la de la aldeana de nombre homónimo enamorada del duque Albrecht, que se hace pasar por un campesino. Albrecht está ya comprometido y Giselle muere de amor.
Desde la ultratumba se transforma en una de las Willis, espíritus nocturnos de vírgenes vengativas que aniquilan a los hombres que se internan en el bosque. Giselle querrá, a pesar de todo, que el veleidoso Albrecht se salve de las doncellas malignas.
Las entradas cuestan $ 10.000 y las funciones son a las 20.00 h.