Hace pocos días anunció que está en conversaciones con el Museo de Andy Warhol en Pittsburg para llevar el próximo año la obra del reconocido artista pop -aquella que revela su faceta más desconocida de cristiano practicante- a los Museos Vaticanos. Mientras, se prepara para el estreno en marzo de Juicio Final. Miguel Ángel y los secretos de la Capilla Sixtina, un novedoso espectáculo multimedia que a través de la tecnología -y una banda sonora compuesta especialmente por el músico británico Sting- promete revivir la creación de los frescos del oratorio en el Auditorio Conciliazione de Roma.

"Decidí realizar el proyecto porque resume dos aspectos que deseo continuar: tradición e innovación. Tecnología al servicio del arte. Será una presentación que tiene especialmente como objetivo que las generaciones jóvenes hablen de arte sacro, queremos conectarnos con los nativos digitales", cuenta a La Tercera Barbara Jatta (55), directora de los Museos Vaticanos, el conjunto museal más grande del mundo.

A poco más de un año a su cabeza, es notorio el dinamismo inyectado por Jatta a la institución. No ha sido fácil: el complejo se compone de 19 museos -entre ellos el Museo Pío Clementino, el Museo Etnológico y la Colección de Arte Religioso Moderno- que en total aúnan más de 200 mil obras de arte. Pero, sobre todo, ha tenido que enfrentarse a lo mediático que significa ser la primera mujer en el cargo, en un contexto donde sólo hombres habían ocupado altos rangos en el Vaticano desde su independencia en 1929. "Lamentablemente muchos todavía se imaginan a la iglesia como una institución masculina. Esa es la razón por la que (mi nombramiento) ha atraído tanto la atención de la prensa", dice.

Pese a que su nombre causó revuelo, Jatta trabaja hace más de 20 años en la institución: tras estudiar Letras en la Universidad de Roma La Sapienza y especializarse en historia del arte, llegó en 1996 a la Biblioteca Apostólica Vaticana, y desde 2010 dirigió su departamento de grabados. Los pasillos de la Santa Sede no le son ajenos. "Estoy segura que he sido elegida por mi profesionalismo y quiero recompensar a los que han confiado en mí, trabajando duro (...). Conciliación del trabajo y las relaciones humanas. En esas pistas quiero trabajar".

¿Cuáles han sido sus principales desafíos el primer año?

Tomé tres decisiones importantes por encima de todo. Mi llegada fue prácticamente simultánea a la presentación del nuevo sitio web (vaticanmuseums.va). Quería que contuviera un catálogo de todas las obras expuestas. Fue un esfuerzo necesario para mantenerse al día con otros museos internacionales. Lo segundo fue la reapertura de uno de nuestros sectores casi siempre cerrado al público: el Museo Gregoriano, una maravillosa colección de esculturas griegas y romanas. Y, por último, la apertura de una sala que se ha transformado en un pequeño lugar dedicado a la exposición de proyectos e investigaciones realizadas en los Museos Vaticanos. Un espejo de las actividades que desarrollamos.

Más de 6 millones de personas visitaron el complejo en 2017, ¿cómo afronta la conservación de las obras?

La salud de las colecciones está salvaguardada por nuestros restauradores, la oficina del conservador y el gabinete de investigación científica. Una red densa de instrumentos científicos está al servicio de expertos para intervenir rápido si hay anomalías. La prevención es esencial. No nos asusta cuántos pueden ingresar. Lo que nos importa es la calidad de la visita de nuestros huéspedes.

Diálogo con Chile y América

Desde la dirección anterior a cargo de Antonio Paolucci, parte de la colección de Museos Vaticanos recorre distintos países. La entidad proporcionó, por ejemplo, varias reproducciones al nuevo Museo de la Biblia en Washignton D.C. Y ahora se alista para la realización de la muestra De Pedro a Francisco, dos mil años de historia en el Antiguo Colegio San Ildefonso de México, que aborda la trayectoria de pontificados de la Iglesia.

Chile no ha sido la excepción. En noviembre se inauguró en el Centro Cultural La Moneda El mito de Roma, una exposición inédita en Latinoamérica -abierta hasta el 11 de marzo- que a través de 146 obras del Vaticano propone un recorrido desde la fundación de Roma en el siglo VIII a.C. hasta la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C.

Jatta visitó el país para afinar detalles y estar presente en la apertura de la muestra, que hasta hoy contabiliza más de 350 mil visitas. "Se trata de una impresionante y significativa selección de obras que ilustran la grandeza de la Antigua Roma a lo largo de los siglos. Estoy segura de que fue un estímulo importante para las generaciones más jóvenes. Visité la sección educativa del centro y quedé impresionada por la atención y la experiencia que se habían reservado para la oferta escolar de la exposición".