Fue su primera colaboración con el director sueco Ingmar Bergman (1918-2007). Tenía solo 15 años cuando protagonizó algunos de los varios comerciales que el cineasta filmó a partir de 1951 para una marca de detergente. Uno de ellos, The Princess and the Hog Farmer Boy, mostraba a Bibi Andersson como una princesa de cuentos de hadas que agradecía con 100 besos a un joven granjero que le regala un trozo de jabón Breeze.
La actriz, fallecida anoche a los 83 años, fue uno de los íconos del cine sueco y particularmente de las películas de Ingmar Bergman. A lo largo de su carrera protagonizó 13 cintas del director sueco, entre ellas El séptimo sello (1957), Fresas salvajes (1957), y Persona (1966), siendo esta última uno de los filmes por el que mayor reconocimiento obtuvo. En ella interpretó a Alma, una enfermera encargada de cuidar a una joven mujer que queda muda (Liv Ullman). Ambas son protagonistas de una de las escenas más memorables del cine de Bergman, cuando en un primer plano los rostros de Andersson y Ullman se superponen. También protagonizó Tres almas desnudas (1958), rol por el cual ganó el premio a Mejor actriz en el Festival de Cannes.
Nacida en 1935 en Suecia, Bibi Andersson estudió en la Escuela de Teatro Dramático de Estocolmo y luego comenzó a actuar en el Teatro Malmö, donde Bergman dirigía algunas obras. Sin embargo, su debut en el cine en 1953 no fue de la mano del director sueco, sino que de Nils Poppe en la comedia Dum-bom.
Más que Bergman
En todas partes el nombre de Bibi Andersson resuena como el de una de las musas de Bergman, de quien también fue pareja. Junto a Liv Ullman, Harriet Andersson e Ingrid Thulin formaron un grupo de actrices que fue recurrente en las películas del sueco. Así, Bergman se transformó en un fantasma que le siguió toda la vida y hasta el día de hoy es el nombre al cual automáticamente se le vincula.
"Me doy cuenta de que para mí fue como una invitación a participar en algunas de las más importantes películas que se han hecho en nuestra época; lo que ocurre es que yo en aquella época no me daba cuenta. Que me asocien siempre con el cine de Bergman es un precio que hay que pagar", señaló la actriz al diario El País en 1991.
Pero Andersson tenía mérito propio, como actriz, directora de cine, teatro y televisión. Así lo reconoció también Jan Holmberg, director de la Fundación Ingmar Bergman. "Andersson a menudo interpretaba personajes simples y, a veces, mal escritos, pero tomaba esos roles y los hacía mucho más grandes", señaló a raíz de la muerte de la actriz.
Hasta poco antes de los 70, Bibi Andersson había actuado casi exclusivamente en películas suecas, pero posteriormente la lista de directores con los que trabajó se volvió más variada. En 1970 protagonizó The Kremlin letter, del director estadounidense John Houston. También trabajó bajo la dirección del ganador del Oscar, Robert Altman, y compartió elenco con actores como Paul Newman y Steve McQueen. Incluso filmó con el director chileno Helvio Soto, específicamente en Llueve sobre Santiago (1975), una cinta sobre el proceso que llevó al Golpe de Estado en 1973 y donde Andersson compartió elenco con Annie Girardot y Jean-Louis Trintignant.
Ya en los años 90, Andersson trabajó principalmente como actriz de televisión y dirigiendo obras de teatro, labor que realizó hasta que en 2009 sufriera un derrame cerebral. El accidente la dejó hospitalizada y con medio cuerpo paralizado hasta el día de su muerte.