Por poco queda fuera, pero como en toda contienda política, no se gana ni se pierde hasta el último minuto y voto contabilizado. Bien lo supo en noviembre del año pasado el militante demócrata cristiano y ex intendente de La Araucanía, Francisco Huenchumilla: al último suspiro de las elecciones parlamentarias, fue electo senador por la misma región. Al desplazar a Fuad Chahín, diputado de su partido, el abogado se convirtió, además, en el primer mapuche en llegar a la Cámara Alta en la historia del país.
Otros 20 años podrían pasar, según la ficción, antes de que otro hombre, el candidato Nahuelpan, aspire a ser el primero en entrar al Palacio de La Moneda con la banda presidencial. Así lo sugiere Los pueblos te llaman Nahuelpan presidente, el unipersonal coescrito por Roberto Cayuqueo (El pacto de Renv) y Constanza Thümler (Sonata para un cuervo) -quien además lo dirige- que este viernes 1 de junio llegará al Teatro del Puente, protagonizado por el actor Gastón Salgado (Martín, el hombre y la leyenda).
"Cuando uno se refiere al pueblo mapuche siempre viaja en el tiempo: si se quiere remitir a los años de gloria, a los de derrota o injusticia, suele visitar el pasado y rara vez se proyecta en el futuro", dice Cayuqueo (32), quien fue asesorado por el historiador Claudio Alvarado Lincopi para escribir el texto. "Queríamos hablar de lo mapurbe y lo warriache, e imaginamos que el discurso de las minorías -estudiantes, feministas, homosexuales y otros- impulsara una nueva fuerza política que en 20 años tuviera de candidato a un mapuche. Pero la sola idea tensiona tanto a chilenos como a mapuches, pues en ambos purismos podría verse como una contradicción".
La noche previa a la elección, Nahuelpan ("un mestizo y un mapuche de ciudad", según su autor) da entrevistas, prepara discursos y, en su esfera más íntima, es visitado en sueños por sus antepasados, haciéndolo dudar de la campaña que ha hecho. "Como buen político, él es un estratega y sabe de sus posibilidades reales de ganar, pero también está lleno de dudas", cuenta el autor, y añade: "Quienes cargamos con la evidencia del mestizaje, sabemos que él y otros están en una frontera constante. Nahuelpan no está ni al sur ni al norte del Biobío, sino que está siendo tirado por ambos polos. Y él piensa que con esto podría traicionar a su pueblo, pero al mismo tiempo sabe que su discurso de la diferencia podría hacer historia".