Ocupaba la silla número 7. Era su puesto vitalicio del que solo sería reemplazada con su muerte. Pero el jueves pasado, Sara Danius (56) abandonó su cargo como secretaria permanente de la Academia Sueca, que cada año entrega el Premio Nobel de Literatura.
"Me habría gustado seguir, pero hay otras cosas que hacer en la vida", señaló Danius, quien durante los últimos tres años dio a conocer a la prensa el autor premiado con el mayor galardón de las letras, entregando sorpresas como el nombre de Svetlana Aleksiévich (2015), Bob Dylan (2016) y Kazuo Ishiguro (2017).
"Esta decisión es efectiva inmediatamente", agregó Danius antes de subir a un taxi en Estocolmo, Suecia, donde el escándalo ha traspasado los señoriales pasillos de la Academia. Su alejamiento es la quinta dimisión tras una denuncia de acoso sexual contra el esposo de una de las académicas.
La crisis provocó la intervención del rey Carlos XVI Gustavo, quien señaló que se podría recurrir a una ley estatal para cubrir las vacantes. "La hostilidad que ha surgido en la Academia Sueca es profundamente lamentable y puede dañar seriamente su importante deber", comentó.
Todo se desencadenó cuando el diario sueco Dagens Nyheter publicó acusaciones de 18 mujeres contra el fotógrafo y director de teatro francés Jean-Claude Arnault (71), quien las habría agredido sexualmente entre 1996 y 2017. Algunas de las denunciantes son miembros, esposas e hijas de integrantes de la Academia. Arnault es el marido de la escritora Katarina Frostenson, quien ocupaba la silla número 18 de la Academia desde 1992.
La institución abrió una investigación contra ella, ya que además a Arnault se le acusa de haber filtrado los nombres de los Nobel de Literatura concedidos a los franceses J. M. G. Le Clézio en 2008, y a Patrick Modiano en 2014.
Eso no es todo. Se investigan también los vínculos entre el centro cultural Forum, de propiedad de Arnault, y algunos miembros de la institución, ya que la Academia financiaba en parte las actividades de Forum.
Finalmente Katarina Frostenson decidió renunciar esta semana a la Academia Sueca. Varios medios, eso sí, hablan de su expulsión tras una reunión de tres horas. Un escándalo que produjo la renuncia de otros tres miembros: el historiador y escritor Peter Englund (silla n° 10), el traductor y escritor Klas Östergren (silla n° 11) y el especialista en historia de la literatura Kjell Espmark (silla n° 16).
Así las cosas, el escritor sueco Anders Olsson (68), miembro de la Academia desde 2008, asumió el puesto de Danius, "de manera provisional" como secretario permanente.
El caso derivó en una batalla feminista arrastrada por el movimiento #MeToo. Desde ayer frases indignadas y fotos de blusas invadieron las redes sociales suecas. Ante la salida de Sara Danius, por ejemplo, la ministra de Cultura sueca, Alice Bah Kuhnke, envió un mensaje de apoyo a través de su cuenta de Instagram, donde aparece con una camisa de cuello alto con un lazo, parecido a los que suele llevar Danius.
"Escándalo de abuso sexual envuelve al Premio Nobel de Literatura", tituló ayer sobre el tema el diario británico The Guardian. "Se trata de un gran escándalo que ha motivado una escisión muy fuerte", comentó el Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa.
Una nota del diario sueco Expressen entregó más datos del caso. Puntualmente sobre los supuestos abusos cometidos por Arnault. "La Academia ha sido informada sobre esto durante 20 años, a través de medios y cartas, sin actuar. Esto significa que esta sombra cae en toda la Academia", señala.
Más divisiones
Cada año, el mes de abril es decisivo para la Academia Sueca. Es cuando se estudian entre 15 y 20 nombres para seleccionar entre las postulaciones para el Nobel de Literatura, que entrega un millón 100 mil dólares. En mayo la lista se reduce a cinco finalistas, y entre junio y septiembre los integrantes leen y debaten. Finalmente, se anuncia al ganador en octubre. Son en total 18 miembros de la Academia fundada en 1786. Hoy hay cinco menos.
Pero hay que tener en cuenta que existen dos miembros, las escritoras Kerstin Ekman y Lotta Lotass, que desde hace años ya no acudían a ninguna votación por discrepancias previas.
Por tanto hay que llenar cupos. Sillas vacías. La ley a la que alude el rey de Suecia en sus estatutos impide que se obligue a permanecer en una institución a alguien que no quiere estar en ella.
Entonces los que renuncien podrán ser reemplazados. Tras los alejamientos sonaron las alarmas debido a que la Academia no tenía la mayoría de miembros para seleccionar el próximo Nobel.
Pero lo más seguro es que pronto las sillas numeradas se vuelvan a ocupar.
Mientras una tormenta sin precedentes se cuela por los pasillos de la Academia, afuera corre la mala leche. El exsecretario y actual miembro del organismo, Horace Engdahl, amigo del acusado Jean-Claude Arnault, señaló que Sara Danius había sido la peor en la historia del cargo.