Llegó en tren a Santiago, y fue recibido por una multitud de personas en la Estación Mapocho. En la década del 30, Domingo Zárate Vega, un campesino del norte de Chile, se autoproclamaba como el nuevo mesías. Fue llamado el Cristo de Elqui, y en su camino sumó adeptos y detractores. Incluso puso en alerta a la Iglesia Católica.
Años más tarde, Hernán Rivera Letelier lo hizo personaje de sus libros La reina Isabel cantaba rancheras (1994), y El arte de la resurreción (2010), con el que ganó el Premio Alfaguara. Ahora, ambas obras literarias inspiran la ópera El Cristo de Elqui, la nueva producción del Teatro Municipal, con música de Miguel Farías y libreto del sociólogo y ex precandidato presidencial Alberto Mayol.
Fue en 2013 cuando Farías comenzó a dar vida al proyecto. "Había leído El arte de la resurrección y me pareció que tenía que ser una ópera", comenta el compositor, quien ya había creado la ópera Renca, París y Liendres, presentada en el Teatro del Centro Cultural de Carabineros en el 2012.
La llegada de El Cristo de Elqui al Teatro Municipal es un hito en la medida que Chile no tiene una fuerte tradición en la escenificación de producciones locales. Es más, la última vez que el Municipal acogió una ópera chilena fue en el 2008, cuando se dio Viento blanco, pero fuera de la temporada oficial. La ópera de Farías y Mayol se presenta desde este sábado en el Teatro Municipal.
Cuando Frédéric Chambert llegó a dirigir el Municipal en el 2016, se reunió con Farías, quien le propuso la ópera. De ahí en adelante, comienza un trabajo que involucró a Alberto Mayol como libretista, quien recibió las sugerencias de Chambert para lograr una primera versión. "En un principio le entregue más de 30 páginas de libreto, y él me dijo que tenía que llegar a 13", recuerda Mayol sobre esa etapa.
Dividida en cuatro actos y un prólogo, la ópera aborda al personaje del Cristo de Elqui desde distintas perspectivas. El rechazo por parte de la Iglesia Católica, la popularidad que adquiere entre los marginados de la pampa, y el juicio al que es sometido por el pueblo. Envuelve temáticas como la fe y el orden social dentro de la pampa salitrera del siglo XX. "El libreto entra en el drama del personaje, de saber si es o no es Cristo, pero también en los conflictos sociales: cómo enfrenta al poder administrativo de la Iglesia", explica Mayol.
Bajo la dirección artística del argentino Jorge Lavelli, el montaje cuenta con un elenco de 13 solistas, entre los que destacan el barítono Patricio Sabaté, en el rol del Cristo de Elqui; y la mezzosoprano Evelyn Ramírez, como la reina Isabel. Además, se suma un coro de 60 personas, y alrededor de 50 músicos de la Orquesta Filarmónica de Santiago.
"Los personajes le dan caracter y estructura a las obras, entonces ampararte en personajes que ya están bien construidos como los de Rivera, ayuda mucho", comenta Mayol. En tanto, la sonoridad que Farías da a la ópera, va más allá de lo clásico. "Trato de instalar la voz de la pampa, no sólo a nivel contemplativo, sino que también en los silbidos del viento, y en los sonidos de las salitreras, como las rancheras, o la música de la radio", explica Farías.
En ese sentido, desde lo clásico se revisitan los sonidos populares, e incluso el jazz. Instrumentos de cuerda evocan los sonidos del norte de Chile, mientras que trompetas y percusiones dan vida a los sonidos de la cumbia y la ranchera. "La ópera trata de asemejar ese ambiente, no solo el sonido natural, sino que el de las salitreras también", dice Farías.