Era la primera vez que Frédéric Chambert se asomaba por la comisión de Educación y Cultura del Senado. El director del Municipal de Santiago expuso este miércoles en Valparaíso ante un grupo de senadores y agentes culturales su visión acerca de la Ley de Artes Escénicas. Se detuvo, desde luego, en la bullada ausencia de la ópera entre los nuevos fondos concursables y, específicamente, en la escasa formación de solistas, representados esa misma mañana en la Sala Pedro Montt del Congreso por el recién asumido presidente de la Asociación de Cantantes Líricos, Cristián Navarrete.

"Falta un espacio intermedio en el cual se enseña la actuación, la danza, el cantar, el posicionamiento y el orden en el cual abordar los roles para no destruir su voz, que es el gran problema de la historia del canto chileno", declaró el francés, quien asumió las riendas del Municipal en enero de 2016, tras la salida de Andrés Rodríguez. "En los últimos años hubo inmensos cantantes, (pero) pocos han sobrevivido después de los 40 años. No es normal. Cuando yo fui director adjunto en la Ópera de París (1998-2004), contraté cuatro a veces a Cristina Gallardo-Domâs, que era en la época una de las cantantes más importantes del mundo, no solamente de Chile. Cuatro años después, su carrera internacional había acabado", agregó.

Durante su intervención, Chambert aprovechó además de sacar a colación un desconocido episodio que involucra a la artista chilena, retirada de la ópera hace cuatro años. "El Metropolitan Opera de Nueva York le canceló el rol de Marguerite en Faust, y el maestro (Riccardo) Muti le había protestado un mes antes en la Scala (de Milán)", aseguró el director, quien añadió: "Y por qué, porque saliendo de las universidades, precisamente en el teatro que hoy tengo el honor de dirigir, les daban a cantar de todo. Pienso en una contralto, una mezzosoprano muy baja (...) y cantó Eboli (de Don Carlos, de Verdi), un rol absolutamente gigante para la voz y con agudos muy altos".

El eco de sus palabras, registradas y transmitidas por TV Senado, cruzó más de 10 mil kilómetros hasta llegar a oídos de la soprano chilena de 51 años, quien se encuentra radicada en Madrid desde el 2016. A la distancia, Gallardo-Domâs emitió ayer una declaración pública en la que no solo arremete contra Chambert, sino que además desacredita varias de sus afirmaciones.

"El director del Teatro Municipal (...) se ha referido a mi persona en términos y aseveraciones totalmente falsas", se lee en las primeras líneas del texto, que fue enviado por la misma artista a este periódico. "La primera afirmación carente de verdad es que él me habría contratado por 4 temporadas en la Opera de París. La verdad es que estuve contratada en París por 9 años, desde 1995 a 2004. Durante todos esos años, no fue el señor Chambert mi contraparte y jamás lo vi en el teatro al que hace referencia", continúa.

Sobre el episodio narrado por Chambert en la Scala de Milán, en tanto, Gallardo-Domâs niega que el director Riccardo Muti haya protestado por su rol en La traviata. "Actué en ese teatro durante 14 años, prácticamente todo mi repertorio. La traviata a la que él hace referencia (año 2002) no pude hacerla debido a una enfermedad", aclaró la soprano, quien hacia el final del texto agrega: "Las palabras del señor Chambert dañan mi honra y mi prestigio. Por todo eso, por el nombre de Chile en el mundo de la música y por el futuro de los cantantes nacionales, que han sido desplazados del Teatro Municipal, me siento en la obligación de hacer este desmentido público".

Disculpas y arremetidas

Al teléfono desde su oficina en el Municipal, Chambert intenta poner paños fríos a la discusión. "Lo primero que quiero decir es que si molesté u ofendí a Cristina Gallardo-Domâs, que es una inmensa artista y a la que tuve la suerte de conocer, contratar y de estar en la Opera de París cuando cantó varios roles, lo lamento muchísimo", señala. "Tuve la torpeza de nombrarla cuando pude solo haberme quedado a nivel de generalidades. Pero constaté simplemente que si bien hoy en día sigue cantando y grabando discos, su carrera sufrió un cambio en una época en que la artista aún era muy joven. Y a menos que sea por decisiones estrictamente personales, es algo absolutamente notorio", agrega.

Desde Madrid, Gallardo-Domâs replica: "No puedo entender con qué conocimiento de causa este señor pudo considerar acertado un comentario mío en esta materia sin siquiera saber sobre cómo fue mi formación académica", declara a La Tercera. "No veo que su intervención tampoco sea de aporte para que la ópera forme parte de la Ley de Artes Escénicas, ya que de paso me cita a mí como ejemplo de error sin siquiera tener bases sólidas y cometiendo en todas sus observaciones rotundos errores y cosas que nunca sucedieron en mi carrera".

Ud. viaja constantemente a Chile. ¿Qué le ha parecido la gestión de Chambert al frente del Municipal?

Me parece que su gestión ha traído más pesar y desastre. La ópera era y son dos elencos, y el segundo es llevado por cantantes nacionales, pero por lo visto para este señor el segundo elenco ha sido omitido absolutamente. ¿Son acaso solo las migas a las que los cantantes nacionales pueden acceder para tener una ínfima intervención en la ópera?

¿Concuerda con Chambert en que la formación es la gran deuda con los cantantes?

En el tiempo que estuve en Chile esas fueron mis máximas intenciones, pero las puertas de diversos conservatorios y teatros prefirieron hacer oídos sordos. Solo con el Teatro del Lago conseguimos por tres años hacer un trabajo corto pero intenso en el trabajo al que los jóvenes cantantes se ven enfrentados en su primer momento. Ejemplo de ello: conseguimos sacar jóvenes talentos que hoy se encuentran en la ópera de Viena. Sobre los comentarios muy desafortunados como infundados de los que hiciera uso el señor Chambert, al que no conozco para nada, encuentro que han servido solo para demostrar su profundo desconocimiento y parece solo coger voces de los pasillos para parecer conocedor de lo que se inventa.