Fue en 1870, en la Opera de París, cuando se estrenó Coppélia, el famoso ballet con música de Léo Delibes y coreografía de Arthur Saint-León. La obra relata la historia del Doctor Coppélius, un inventor que crea una muñeca bailarina de tamaño real, de la cual se enamora un joven del pueblo.
El aclamado ballet llegará al Teatro del Lago de Frutillar en un nuevo formato y de la mano de su Escuela de Danza, que este sábado 2 de junio presentará un work in progress (trabajo en progreso) del montaje que debutará durante el mismo mes, el próximo año.
"Es un nuevo concepto que decidimos desarrollar principalmente porque pensamos que es importante incluir al público en los procesos creativos de las obras", explica Carmen Gloria Larenas, directora artística del Teatro del Lago. En esa línea, La fábrica de Coppélia, como han denominado el proyecto, se presentará en tres fechas donde mostrarán distintos avances del proceso de realización del montaje.
Serán 22 los bailarines que darán vida a algunos extractos de la coreografía en el primer avance del proyecto, que además tendrá un conversatorio tras la función con el coreógrafo a cargo, Esdras Hernández, y con el diseñador de vestuario Pablo Núñez, quienes explicarán su trabajo en la producción y las decisiones que tomaron con respecto a coreografía y vestuario.
La segunda fecha será el viernes 16 de noviembre, en el marco del aniversario del Teatro del Lago. A esta nueva puesta en escena se sumarán más bailarines del elenco, para dar a conocer un avance del primer acto, y el segundo acto en su totalidad. "Es el acto de la juguetería, el más lúdico que tiene Coppélia, donde están todos los muñecos y sucede en el taller del Doctor Coppélius", cuenta Larenas. Finalmente, en junio del próximo año el ballet tendrá su tercera parte y final, donde se presentará el montaje terminado.
El formato busca acercar al público a este tipo de obras, con el objetivo de que puedan comprender en su totalidad todo el proceso que implica la realización de la producción. "Pensamos que un formato como este permite al público perderle el susto, si es que lo tiene, a alguna de estas expresiones artísticas. Le permite aprender verdaderamente, y que la participación sea mucho más profunda. Que sientan la obra mucho más propia", añade Larenas.
Espíritu profesional
Se trata de la primera vez que el Teatro del Lago presenta Coppélia, y lo hace como proyecto vinculado a su área educativa. En su Escuela de las Artes cuentan con una rama vocal, una instrumental y otra de danza. Es en esta última donde participan más de 200 estudiantes, que en oportunidades anteriores han montado ballets como Cascanueces y Cenicienta. Sin embargo, y a pesar de ser en su mayoría niños y jóvenes entre los 5 y 18 años, el estándar de trabajo detrás de estas producciones no dista de lo profesional. "Ellos participan como protagonistas de un proceso creativo que completa su formación, los enfrenta a nuevos desafíos que son de profesionales", explica Larenas.
Al igual que en su producción anterior, Cascanueces, presentada en 2016, el elenco trabajó con el coreógrafo Esdras Hernández, quien desde fines de febrero de este año ha estado preparando la coreografía con los estudiantes. "Los niños de la escuela del Teatro del Lago están muy ávidos de aprender, y mi forma de trabajar con ellos ha sido como con cualquier otro profesional", comenta Hernández.
Basada en el cuento El hombre de arena del escritor prusiano E.T.A Hoffmann, Coppélia ha sido una pieza de danza relevante dentro de la historia. "Fue el primer ballet que empezó a usar danzas folclóricas y las hizo clásicas", explica Hernández. Además, destaca el carácter lúdico que tiene a lo largo de sus tres actos: "Es una cosa muy divertida, una historia de amor igual, pero muy cómica", añade el coreógrafo.
La producción del Teatro del Lago contará también con la participación del bailarín mexicano Gustavo Echevarría, solista del Teatro Municipal de Santiago. "Pensamos que era el bailarín más adecuado para enfrentar este desafío. El ha sido un profesional de lujo, ha sabido sumarse muy bien a los ensayos, al espíritu que hay entre los alumnos y la escuela", comenta Larenas. Una invitación que en producciones anteriores ya habían hecho a otros bailarines, con el objetivo de que los estudiantes puedan compartir con profesionales de más experiencia.