El debate en torno a Netflix y las salas de cine alcanza nuevos ecos. La discusión se abrió luego de que se conociera la intención de Steven Spielberg de modificar las reglas del Oscar, con el fin de excluir de los premios a las películas por streaming. El director no quiere que se repita otro fenómeno como Roma, nominada a 10 Oscar, ganadora de tres y que estuvo muy cerca de llevarse la estatuilla a Mejor película. Pero su postura encontró reacciones en contra, y ayer Netflix intervino con una declaración por Twitter.

"Amamos el cine", dice el mensaje de la plataforma. "Aquí están algunas cosas que también amamos: Acceso para personas que no siempre pueden pagar, o viven en ciudades sin teatros; permitir a todos en todo el mundo disfrutar de estrenos al mismo tiempo", y "proporcionar a los cineastas otras formas de compartir su arte", dice. Y agrega: "Estas cosas no son mutuamente excluyentes".

Spielberg ha resaltado la diferencia entre las películas de streaming y la "experiencia cinematográfica" en las salas. En una entrevista a fines de 2018 dijo que las cintas de plataforma, si son buenas, eventualmente pueden postular a un "Emmy, pero no al Oscar". Y en la competencia recién pasada, apoyó abiertamente a Green book contra Roma.

Como miembro de la Junta de Gobernadores de la Academia, el director de E.T. quiere proponer un cambio en su próxima sesión, en abril: ampliar el período de exhibición en salas de los filmes para postular al Oscar. Hasta ahora, el mínimo es de una semana en cines de Nueva York y Los Angeles.

La primera en reaccionar el viernes fue la realizadora Ava DuVernay, quien postuló a Mejor documental en 2017 por 13th, producida por Netflix. A través de Twitter, DuVernay pidió a la Academia escuchar a directores como ella. Desde entonces se han sumado numerosos actores al debate, entre ellos Paul Schrader, guionista de Taxi driver y director de El reverendo, aplaudido filme con Ethan Hawke sobre un pastor en crisis de fe.

"No tengo animadversión hacia Netflix", escribió Schrader en su muro de Facebook. "Los modelos de distribución evolucionan. La idea de apretujar a más de 200 personas en una sala oscura y sin ventilación para ver una imagen parpadeante fue creada por la economía de la exhibición, no por ninguna noción de la 'experiencia cinematográfica'. Netflix permite que muchos largometrajes financieramente marginales tengan una plataforma y eso es algo positivo", anota y luego recuerda que su filme El reverendo fue rechazado por Netflix, Amazon, Sony Classics y Focus, y que encontró un camino de distribución exitoso gracias a la productora A24. "¿Hubiese encontrado El reverendo esta aprobación pública si Netflix la hubiese tomado y la hubiese tirado en su despensa?", se pregunta. "Improbable".

A su vez, el director de The Florida Project, Sean Baker, lanzó por Twitter una propuesta de salida al conflicto: "¿No sería genial que Netflix ofreciese una 'fila cinematográfica' en sus planes de precios? Por cada pago nominal, los miembros de Netflix podrían ver gratis las películas de Netflix en cines. Sé que gastaría dos dólares extra cada mes para poder ver películas como Roma o Buster Scruggs en la gran pantalla. Esto ayudaría a mantener satisfechos a los dueños de los cines y a los miembros del público que aprecian la experiencia cinematográfica".

La discusión está lejos de zanjarse aún, sobre todo cuando Netflix guarda bajo la manga un nuevo as: El irlandés, la nueva película de Martin Scorsese, con Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci. Sin fecha ni modelo de estreno definido, es por lejos uno de los filmes más esperados del año.