"Tengo preparado lo que más o menos voy a decir si es que ocurre y si no, igual me iré de fiesta", dice con una enorme sonrisa el realizador chileno Sebastián Lelio desde una elegante habitación del Hotel Beverly Wilshire, que curiosamente se llama "Salón Champagne".
Lejos de asustarles, la etiqueta de favoritos en el apartado de Mejor Película Extranjera con Una mujer fantástica les resulta emocionante, sobre todo al tratarse de una entrega del Oscar que promete ser histórica (además el premio cumple 90 años) y en la que la protagonista de la cinta, Daniela Vega, presentará a los ganadores en una de las categorías.
"No puedo decir cuál será, porque es un secreto. Pero será muy divertida", dice Vega. " Esta invitación es un gran honor para mí. Una posibilidad enorme de seguir compartiendo la película con el mundo", añade por su parte la actriz, quien afirma que de todas las decisiones que ha tomado, la de seguir con vida ha sido la más difícil de todas.
"Porque vivo en Chile, porque no hay leyes que resguarden la identidad de género de las personas, porque hice mi tránsito hace 14 años y en un contexto muy diferente al actual, y porque sencillamente me atreví a hacer algo que nunca había visto que alguien más hubiera hecho", enfatiza Vega.
Antes del encuentro de ayer con la prensa internacional, el equipo de Una mujer fantástica llegó en la mañana a los llamados "cuarteles generales" de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood. Ahí fueron recibidos oficialmente por los miembros de la institución con el objetivo de registrar su participación en el evento de mañana en el Teatro Dolby. Luego vendría el encuentro con medios de varios países en el hotel Beverly Wilshire.
Hoy a las 10 de la mañana Sebastián Lelio y el resto del equipo se reunirán con los realizadores de las otras cuatro cintas nominadas al Oscar extranjero: la sueca The square, la rusa Loveless, la húngara On body and soul y la libanesa The insult.
Faltan unas horas para la entrega del Oscar, ¿cómo se sienten?
Daniela Vega: Yo siento cariño, siento mucho cariño.
Sebastián Lelio: Ha sido muy emocionante todo lo que ha pasado porque para mi sorpresa la película ha sido tan bien leída y tan bien comprendida, que llegar a esta instancia, como el Oscar, es una alegría gigante.
¿Sienten presión al estar como favoritos en la categoría de Mejor Película Extranjera?
DV: Creo que cuando recibes buenas noticias no deben pesar y estamos pasándola muy bien, disfrutando lo que estamos viviendo.
SL: A diferencia de los festivales, aquí los que votan son los miembros de una Academia y entonces son otros los factores, que son inciertos. Por eso prefiero ir paso a paso. Tengo preparado lo que más o menos voy a decir si es que ocurre y si no, igual me iré de fiesta con los mexicanos.
¿Qué piensas de las otras películas con las que compartes la categoría?
SL: Las cinco películas que están ahí, más allá de los gustos personales, todas tienen su potencia. Y estar en ese grupo es un honor que nos pone muy contento… y ya veremos.
¿Qué representa esta invitación a presentar uno de los ganadores?
SL: De alguna manera Daniela ha sido la embajadora perfecta entre el artificio cinematográfico de la película y la realidad misma. Creo que el gesto de la Academia de invitarla a presentar, es también parte de este desborde del cine que chorrea hacia la realidad.
¿Por qué creen que Una mujer fantástica ha logrado esa trascendencia?
SL: La película ha logrado resonar con esa fuerza porque estamos en un momento crucial de la historia, con un gran retroceso cultural y eso permitió a la cinta volverse tremendamente urgente. Si bien el tema transgénero está en el centro, aún cuando la película es una historia de amor confrontada a la muerte, resuena con los tiempos que corren porque la mitad de la humanidad pareciera estar a favor de que existen personas ilegítimas o amores ilegítimos, aún cuando no hay daño de por medio, y eso escandaloso. Y hay otra mitad a la que le emociona la idea de aventurarse a aprender vivir juntos. Y creo que en esa tensión Una mujer fantástica opera y resuena, no solamente con la realidad transgénero sino con todo lo que está fragilizado en un mundo tan brutal como en el que vivimos hoy.
¿Qué ha sido lo más complicado en todo este proceso?
DV: Seguir viva. Primero decidí ser mujer, después ser actriz y luego ser cantante. De a poquito uno va construyendo y descubriendo hacia dónde puedes ir y mirando lo que puedes llegar a ser.