Adrian Smith, el arquitecto estadounidense que construirá la torre más alta del mundo

<P>Para 2017 se construirá en Arabia Saudita el Kingdom Tower, que tendrá 1.001 metros de altura.</P>




Eran el símbolo máximo del poderío financiero de EEUU y en sólo dos horas se derrumbaron. La caída de las Torres Gemelas, tras el atentado terrorista de Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001, desmoralizó, por varios años, a cualquier arquitecto que osara otra vez levantar edificios de altura en Nueva York. La mayoría lo consideraba un riesgo innecesario, como si en la altura pudiese leerse una demostración de soberbia. A 10 años de la tragedia, el fantasma de las Torres Gemelas se ha disipado. Así opina, al menos, el estadounidense Adrian Smith (67), quien en los últimos años se ha convertido en uno de los arquitectos más famosos del mundo gracias a sus construcciones que han batido récord de altura.

En 2005, Smith fue contratado por el multimillonario Donald Trump justamente para levantar en Chicago otro de sus condominios, el Trump International Hotel and Tower, que se transformaría en el edificio más alto del mundo. "El mismo Trump prefirió darle a su torre menos altura debido a los atentados, aunque siguió estando dentro de los diez edificios más altos. Mi esperanza es que en los próximos años se construyan más edificios altos en EEUU", cuenta Smith a La Tercera. Advierte, eso sí, que tras los atentados de 2001 los arquitectos son más conscientes a la hora de construir en altura, proyectando, por ejemplo, escaleras más anchas para escapar fácilmente en caso de peligro.

La semana pasada la figura de Smith hizo noticia, luego que el príncipe árabe Alwaleed bin Talal, anunciara que la oficina del arquitecto, Adrian Smith + Gordon Gill Architecture, se haría cargo de la construcción del Kigndom Tower, el edificio de 1001 metros, que se transformará en el edificio más alto del mundo cuando termine de levantarse en 2017. El rascacielo, que incluye un hotel y oficinas de lujo, se emplazará en Jeddah, la principal ciudad puerto, a orillas del Mar Rojo, de Arabia Saudita y reemplazará a Burj Khalifa, que se alza hasta hoy como el edificio más alto, con 828 metros. Fue construida en 2010, en Dubai, por el mismo Adrian Smith.

Estéticamente muy similares, tanto el Burj Khalifa como la Kigndom Tower tienen un diseño triangular que ofrece una menor resistencia a los vientos. "La diferencia entre ambos es pequeña, pero radica en que la Kingdom Tower tiene su base en tres 'piernas' que ascienden de manera lisa, terminando en tres alturas distintas, las que tienen un efecto aerodinámico más eficaz para los vientos", explica Smith.

Sin límites

El arquitecto se graduó en 1969 de la Universidad de Illinois e hizo su carrera al alero de la oficina de arquitectos Skidmore, Owings & Merrill, donde trabajó desde 1980. Con ellos levantó la Torre Willis, que con 442 metros se convirtió, en 1973, en el edificio más alto de Nueva York, superando a las Torres Gemelas. Y el Jin Mao, que en 1998 se convirtió en el quinto edificio más alto de China, con 492 metros.

En 2006, Smith decidió dejar la compañía para instalar su propio negocio junto a su socio Gordon Gill. Ha sido todo un exito y hoy son reconocidas como una de las oficinas más importantes al privilegiar en sus construcciones el rendimiento, la eficiencia energética y la sustentabilidad. "Nos interesa usar fuentes de energía renovables: viento, sol y energía geotérmica. También nos preocupa contribuir lo menos posible a las emisión de carbono. Son los edificios, no los automóviles, los que más generan gases de efecto invernadero que causan el cambio climático. No podemos ignorar eso", dice Gordon Gill, socio de Smith.

Así, la Kingdom Tower incluye sistemas de energía eólica y solar y un sistema de péndulo para que la estructura no colapse. La costrucción costará nada menos que US$ 4.600 millones. Para Smith, construir en altura es más que una opción estética. "Los edificios altos son importantes por varios motivos. Permiten mucha densidad demográfica en una pequeña área, siendo eficientes en terreno y estructura. Además cuando son especiales pueden traer mucho orgullo a la ciudad, definen horizontes y generan mayor riqueza a sus países", señala el arquitecto.

Eso explicaría por qué en las últimas décadas países ricos y con gran población, como ocurre en Asia, optan por levantar este tipo de construcciones. Así lo prueban algunos de los edificios más altos del mundo: Pentominium en Dubai, tiene 516 metros de altura, Taipei 101, ubicado en Taiwán alcanza los 509 metros, mientras que las Torres Petronas en Malasia, se empina sobre los 450 metros.

¿Qué tan alto puede llegar a ser un edificio?

Esa es una pregunta más que nada filosófica. El dinero es un factor restrictivo: los edificios súper altos suelen ser súper caros y tardan mucho en construirse. En términos de diseño la mayor limitación son los ascensores. Sólo se puede llegar a cierta distancia (550 metros) con uno, y luego hay que cambiarse a otro. Pero, digamos que la altura de un edificio no tendría límites.

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