El brutal accidente que cambió la vida de Daniel Scioli

<P> El 4 de diciembre de 1989, la lancha en la que competía volcó y Scioli perdió su brazo derecho.</P>




"Fue un punto de inflexión muy fuerte en mi vida". Así recordaba en diciembre pasado Daniel Scioli el accidente que casi le costó la vida y en el cual perdió su brazo derecho. Se produjo el 4 de diciembre de 1989 cuando el actual candidato presidencial del oficialismo argentino corría en su lancha, en los 1.000 kilómetros del Delta del Paraná. Y los hechos le dan la razón, ya que después de eso ganó sus ocho títulos mundiales, ingresó en política, ha sido diputado, ministro, Vicepresidente del país y gobernador de la provincia de Buenos Aires (la de mayor peso político en Argentina), y ahora está disputando la segunda vuelta para llegar a la Casa Rosada ante el opositor Mauricio Macri.

El accidente se produjo por una "ola negra" -la pronunciada estela que deja el paso de las embarcaciones en el agua- tras el cruce de un barco pesquero. La lancha de offshore de Scioli, un catamarán, pasó por ahí a 160 kilómetros por hora y, por el impacto con el agua, el motonauta perdió el control de la nave y volcó. Producto del impacto, salió volando y chocó con la hélice, la que le amputó el antebrazo derecho. El hecho ocurrió a la altura de la localidad de Ramallo, a unos 70 kilómetros de Rosario.

Scioli se había adentrado en el mundo de las carreras de lanchas, casi por casualidad. Cuando tenía 25 años un amigo lo invitó a dar una vuelta en su lancha, en Punta del Este (Uruguay). Le gustó tanto el paseo que le compró la embarcación a su amigo. Claramente no tenía problemas de dinero, ya que su padre era propietario, entre otras cosas, de un canal de televisión y de una cadena de tiendas de electrodomésticos.

Pero Daniel Scioli no se contentó con eso. Días después, en enero de 1986, se animó a participar en una competencia en Mar del Plata. Se trataba del Campeonato Sudamericano, en la clase III-4 litros, la categoría más pequeña de lanchas de offshore. La embarcación recién adquirida la bautizó como "Semillita 19". Corrió, pero terminó en el último lugar. Volvió a competir en Guernsey, Inglaterra, en un campeonato mundial, donde logró el segundo lugar. Y en 1987 le compró al ingeniero italiano Fabio Buzzi un catamarán petrolero Frigidaire Turbo, la lancha que Scioli bautizó como "Argentina", que fue pintada por el reconocido artista Pérez Celis, y que sería la que protagonizaría el accidente.

La primera etapa de los 1.000 kilómetros del Delta del Paraná, que se corrió el domingo 3 de diciembre, Scioli lo hizo en compañía del entonces Presidente Carlos Menem. Al día siguiente retomó su lugar el copiloto fue Luca Nicolini.

Tras desencadenarse la tragedia, un piloto de un avión de la revista Gente que transmitía la carrera vio el accidente y dio aviso a los servicios de emergencia. Pero la lancha que conducía Roberto Casavecchia y Cristian Buller, que venía detrás, fue la primera que llegó al lugar. La lancha se hundió, mientras Scioli flotaba y se desangraba en las aguas del Paraná.

Casavecchia y Buller lograron subir a los accidentados a su catamarán, y ahí el primero le aplicó un torniquete a Scioli en lo que quedaba de su brazo derecho, para contener la hemorragia, acción clave que posibilitó mantenerlo con vida. Todo el tiempo consciente, Scioli repetía una y otra vez "yo quiero vivir, no me quiero morir". Fue llevado hasta un muelle donde tenía 3 de presión y cuando ya había perdido mucha sangre. Fue recibido por los equipos de emergencia, quienes lo llevaron en helicóptero hasta el Hospital Interzonal de Rosario, como relata Mariano Confalonieri, en su biografía de Scioli, El candidato.

Con un enorme espíritu de batalla y luego de siete meses de rehabilitación, en los que no cedió ante una predecible depresión, Scioli no sólo volvió a correr en lanchas y ganar, sino que aprendió -con la ayuda de una profesora- a escribir con la izquierda, a comer con una mano (tiene un tenedor-cuchillo especial) y hasta hacerse solo el nudo de la corbata. "En esas situaciones límites hay que sacar lo mejor de adentro, tener una fuerza física y psicológica muy grande para hacer la rehabilitación, aprender a escribir con la otra mano... Y el deporte me ayudó. A partir de ahí soy un agradecido a Dios y la vida, pude reencontrarme con mi hija, casarme y comenzar mi carrera política", aseguró Scioli al cumplirse 25 años del accidente.

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