Escultor Federico Assler gana Premio Nacional de Arte

<P>Desplazando a la pintora Gracia Barrios, quien era la favorita, el jurado presidido por la ministra de Educación, Mónica Jiménez, otorgó el galardón al escultor chileno que se caracteriza por trabajar con hormigón. Assler es conocido por sus gigantescas obras ubicadas en el Parque de las Esculturas de Providencia.</P>




"Un hombre de las montañas". Así se autodefinió el escultor Federico Assler al ganar el Premio Nacional de Arte. "El poeta del hormigón", como le dicen en referencia a su material de trabajo predilecto, vive rodeado de unas 300 de sus monumentales piezas de formas orgánicas en una casa-taller, en el Cajón del Maipo. Ayer demoró cerca de una hora en llegar al Ministerio de Educación, donde recibió el galardón, dotado de 15 millones de pesos, más una pensión vitalicia de 20 UTM.

Intensa y reñida fue la elección del premio. Una pintora de larga trayectoria, como Gracia Barrios, era la favorita. Sin embargo, tras una hora de deliberación, el jurado decidió entregarle el galardón estatal a un escultor. Hacía 12 años que un artista de ese rubro no lo ganaba; el último premiado del área fue Sergio Castillo, en 1997. El jurado presidido por la ministra de Eduación, Mónica Jiménez, destacó la honestidad del galardonado, quien incluso había apoyado públicamente a uno de sus contendores, el también escultor Mario Irarrázabal. Assler le dedicó el premio a su hijo Benjamín, quien en 2006 falleció, a los 24 años, atropellado por un camión. El estudiante de arquitectura ayudaba en la creación de sus gigantescas obras a su padre, quien incluso en mayo pasado entregó a la Universidad Católica una obra escultórica conmemorativa, titulada Estela para Benjamín.

Al momento de recibir el llamado telefónico que le comunicaba del premio, Assler preparaba maletas para viajar a Pucón, donde creará una obra en homenaje al obispo Francisco Valdés Subercaseaux, activo mediador por la paz entre Chile y Argentina durante los 80, en medio del litigio limítrofe. Asimismo, el escultor prepara una retrospectiva en el Museo de Bellas Artes, para celebrar su primera exposición allí, inaugurada hace 40 años. Otras de sus obras pueden observarse en el Parque de las Esculturas de Providencia.

Escultura para la gente

Assler nació el 24 de abril de 1929. Con estudios en Arquitectura, a los 20 años viajó a Italia, donde conoció las obras de Tintoretto, Miguel Angel y Leonardo. Antes de descubrir la escultura, se dedicó a la pintura e incluso, en 1965, diseñó la versión de El pájaro de fuego, de Stravinsky, para el Ballet Nacional. En 1968 fue nombrado director del Museo de Arte Contemporáneo, emplazado en esa época en la Quinta Normal, y durante su administración estuvo a cargo de la concurrida muestra De Cézanne a Miró, que se convirtió en la más visitada en la historia del país: fueron 220 mil personas.

En 1972 creó el conjunto escultórico del edificio Unctad, ex Diego Portales y futuro Centro Cultural Gabriela Mistral. Esa era la primera escultura hecha en Chile pensada en la participación de la gente. La idea era que las personas pudieran meterse dentro de la obra y sentarse en ella. Sin embargo, después de 1973 se prohibió al público acercarse a la obra, situación que se mantiene hasta hoy. El próximo año, la pieza recobrará su sentido original, al convertirse en parte del nuevo diseño del Centro Gabriela Mistral. Sólo en ese momento la ciudadanía podrá sentarse en ella y disfrutarla, tal como lo concibió su autor originalmente.

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