Los secretos íntimos del monarca

<P>El camarín 1 del estadio CAP de Talcahuano fue testigo del silencioso trayecto de Huachipato hacia la corona del Clausura. </P>




El vestuario 1 del estadio CAP era, hasta hoy, una zona impenetrable. El secreto mejor guardado de Huachipato que, históricamente, delimitó el acceso al camarín en que el equipo que dirige Jorge Pellicer forjó la segunda corona del club, después de la que obtuvieron en 1974.

Se trata de un lugar pequeño, pero con todas las comodidades para un trabajo óptimo. Hay, también, tinas para hidroterapia, dos jacuzzis y camillas para masajes. En un espacio contiguo se ubica el del cuerpo técnico que, además, cuenta con un pequeño escritorio y teléfono.

Allí, el DT solía reunirse con sus colaboradores más cercanos, el ayudante Oscar Correa y el preparador físico Marcelo Rosemblat, después de cada entrenamiento, para planificar los partidos.

Los asientos y casilleros responden al estilo europeo y están numerados, aunque no asignados a jugadores determinados. Hay quienes, eso sí, tienen ubicaciones establecidas... José Contreras, Manuel Villalobos y Daniel González ocuparon entre las bancas 23 y 25. Son, además, los líderes del plantel, junto al portero transandino Cristian Muñoz y el lateral izquierdo Nicolás Crovetto. El "Tigre" no perdió ese sitial, pese a que en la última parte de la temporada fue relevado en la titularidad por Nery Veloso.

"En general, son los más escuchados. Manuel, por ejemplo, es uno de los jugadores más extravertidos del equipo, junto a 'Firuláis', y quien habló más cuando los resultados no eran buenos. Al 'Tigre' Muñoz se le respeta mucho por la experiencia que tiene, por lo que ha conseguido y porque, además, siempre prefiere el diálogo", explica una fuente que conoce al dedillo la convivencia siderúrgica.

En el otro extremo se sitúa Octavio Pozo. El volante, ex La Calera, es considerado uno de los más serios del equipo y conforma la facción de los "cementeros", con el zaguero Claudio Muñoz. A ellos se suma el defensor Omar Merlo, quien jugó en San Felipe. Los dos primeros se conocieron en el cuadro de la Quinta Región y de ahí desarrollaron una férrea amistad, a la que se sumó el argentino.

Tortas

El grupo debió sobreponerse a un duro golpe en el primer semestre: no llegaron a playoffs, algo que puso en riesgo la continuidad de Pellicer.

Hubo tradiciones que siempre se respetaron. Así, Villalobos compartía pasteles en el desayuno y, con su compadre José Contreras, eran los encargados de recordar y programar los cumpleaños de cada uno de sus compañeros.

Pese a que parece un personaje distante, Pellicer solía departir con sus pupilos y, por lo general, traspasaba la puerta de su camarín para dialogar con ellos.

Otro actor clave fue Braian Rodríguez, quien, con Veloso, era el encargado de poner la música, con un repertorio que incluía reggaeton y cumbias nacionales y uruguayas.

Anoche, en todo caso, Rodríguez y Veloso sólo se encargaron de bailar, en la cena realizada en el restaurante penquista Tiralomo. Ahí los encargados de amenizar la noche fueron, como siempre, Contreras y Villalobos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.