Pablo Krögh muere de cáncer a los 50 años y deja trabajos inéditos en teatro y cine

<P>El intérprete de cintas como <I>Dawson, isla 10</I> murió ayer producto de un cáncer de lengua.</P>




Ayer a las 5 AM, en una cama del Hospital del Salvador, Pablo Krögh murió sin que nadie se lo esperara. El actor de 50 años, quien padecía un cáncer a la lengua, había llegado al recinto tras una hemorragia que los doctores lograron controlar horas antes. Con la segunda no pudieron, lo que le provocó un paro respiratorio.

Su departamento en La Reina no dio abasto para recibir el último adiós de sus amigos. Hombre sencillo y riguroso, había pedido privacidad a su familia. "No se pudo cumplir, era un actor demasiado querido", dice la productora y amiga Piedad Noguera, "además es algo que nadie esperaba".

Fue tan repentino que para hoy estaba organizada una fonda a beneficio en el Teatro Cariola, la que se realizará aunque sin los humoristas, contó Daniel Alcaíno, uno de los organizadores.

La lucha contra el cáncer había comenzado en 2012. A pesar de haber perdido el habla como consecuencia de su primera operación, Krögh experimentó una mejoría que lo impulsó a llevar adelante los ensayos de El supermercado de tus sueños, obra ganadora del Fondart. Le grababan los ensayos y se los llevaban a su casa, los revisaba y enviaba sus instrucciones. La obra se estrenaría en los próximos meses, pero desde ayer no tendría fecha segura.

El montaje lleva el título del programa de concursos que Canal 13 emitió entre 1995 y 1997 y que hizo conocido a Krögh en una faceta distinta, como conductor de televisión. Aunque participó en teleseries (La Quintrala, Infieles), donde destacó con luz propia fue en el teatro, como actor y director.

A los 22 años y tras estudiar fotografía, Krögh llegó a la Academia de Teatro de Fernando González. "Arriba y abajo del escenario dialogaba muy bien, con honestidad, con transparencia. Y sobre todo, era un niño entusiasta, de una vitalidad que conservó hasta el final", cuenta González.

Actor de carácter, sacó brillo a su rostro severo y su profunda voz en las obras Edipo Rey, de Sófocles, y Rinconete y cortadillo, en el Teatro la Batuta. Alejandro Trejo, parte de aquel colectivo formado por actores como Julio Milostich y Mateo Iribarren, recuerda que en ese grupo, "donde todos éramos bien pelusones, me llamó la atención lo estudioso que era Pablo. Siempre puso la cuota de rigor".

Su sensibilidad creativa explotó con el nuevo milenio, cuando en 2001 escribió e interpretó el monólogo Reflexiones sobre una vida absurda o te necesito tanto padre, y al año siguiente funda la compañía El Lunar, poniendo en escena obras de Benjamín Galemiri, Iñigo Ramírez de Haro y sobre todo, de Jorge Díaz. Su sociedad con Díaz duró hasta la muerte del dramaturgo, en 2007, y tuvo sus puntos más altos en El Quijote no existe (Premio Altazor como Mejor Actor en 2006) y la trilogía Náufragos de la memoria, que puso en escena las obras Pájaros en la tormenta, La mano inocente y Exit.

Durante la última década, el cine se fijó en el talento de Krögh. Participó en más de una docena de largometrajes, entre ellos, Coronación (2000), de Silvio Caiozzi; Machuca (2004), de Andrés Wood; El cielo, la tierra y la lluvia (2008), de José Luis Torres Leiva; Dawson, Isla 10 (2009), de Miguel Littin; La noche de enfrente (2012), de Raúl Ruiz, y Gloria (2013), de Sebastián Lelio.

Su trabajo en cine que aún falta por conocer es Patagonia de los sueños, de Jorge López, que se convertirá en una serie para televisión, y Volantín cortao, película de estudiantes de cine que estuvo en Locarno. Sus restos serán despedidos hoy a las 16 horas, en el Parque del Recuerdo.

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