Esquinazos de cueca, vals chilotes y una ronda de payas se tomaron el hall de la Cámara y luego el salón de honor del Senado. Pero en el acuerdo transversal para continuar el proceso constituyente, se avanzó poco.

De hecho, la cita que estaba programada para este jueves definitivamente se canceló, luego de que los tres partidos de Chile Vamos protestaran por la ventilación de un acuerdo que aún se estaba fraguando para avanzar hacia un nuevo órgano constituyente. En señal de molestia, la UDI, RN y Evópoli anunciaron que se restarían del encuentro del jueves y pidieron sacar al gobierno de las conversaciones.

Todo ello dejó las tratativas en una especie de punto muerto. Aunque los más optimistas preferían hablar de una tregua “dieciochera”.

Sin embargo, el tweet de la ministra vocera Camila Vallejo emitido el lunes pasadas las 16.00 -celebrando aspectos que no estaban contenidos en el acuerdo- era lo que más molestaba en la derecha, que además aprovechó de ganar tiempo para ordenar sus filas y también para subirle el “costo al gobierno”, para que “se hagan cargo” de la derrota del Apruebo y del triunfo del Rechazo.

Desde el oficialismo sospechaban que ello sirvió de excusa para que Chile Vamos se desmarcara, cuestionando un “paute” en las tratativas.

Como sea, el senador y timonel de RN, Francisco Chahuán, aclaró que los dardos de Chile Vamos no apuntaban hacia la ministra Secretaria General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, quien ha estado presente en las reuniones, sino que el problema han sido “las dos ministras que ponen plazos o celebran acuerdos que no existen”, refiriéndose a Vallejo y a la titular del Interior, Carolina Tohá. De hecho, fue Tohá quien señaló que esperaba bailar cueca con un acuerdo.

Recomponer el diálogo

Conscientes del ambiente dieciochero que también cambiaba la agenda y de que la derecha no se movería de su negativa, a la hora de almuerzo se reunieron en el comedor de la presidencia del Senado representantes de las fuerzas políticas de Apruebo Dignidad y de Socialismo Democrático.

Al encuentro encabezado por el titular del Senado, Álvaro Elizalde (PS), asistieron su par de la Cámara, Raúl Soto (PPD) y los senadores Jaime Quintana (PPD), José Miguel Insulza (PS), Claudia Pascual (PC), Juan Ignacio Latorre (RD) y el diputado Diego Ibáñez (Convergencia Social).

Según la versión que se transmitió luego a las bancadas oficialistas es que no había condiciones para mantener la cita del jueves, a pesar de que inicialmente algunos personeros del Frente Amplio creían que era posible reunirse, al menos, entre las fuerzas de izquierda.

Sin embargo, los asistentes en la cita del Senado concordaron que era mejor postergar el próximo encuentro a la espera de que decantara la molestia de la derecha y se calmaran los ánimos, aprovechando el receso de Fiestas Patrias. Así, de arribar a un acuerdo, una redacción final de reforma que habilite un nuevo proceso constituyente se daría en octubre y probablemente no habría elecciones de asambleístas antes de abril de 2023.

En todo caso, independiente de esa decisión, los representantes de la bancadas oficialistas coincidieron que tampoco era aceptable que Chile Vamos pusiera un veto al gobierno en las negociaciones, dada su calidad de colegislador y en vista de que las mismas autoridades del Ejecutivo habían dicho que su ánimo solo era acompañar el diálogo político.

Tras esta reunión, Elizalde y Soto se contactaron con Macaya, Chahuán y el senador Luciano Cruz-Coke, en representación de Evópoli, con quienes ya habían conversado el miércoles. Todos ellos se juntaron en la sala del Senado cerca de las 17.30.

Elizalde también informó de estas conversaciones al senador DC, Matías Walker y a la secretaria general de la Falange, Cecilia Valdés.

Al finalizar esas tratativas, Elizalde y Soto confirmaron que la cita se realizaría tras el receso festivo. “Hemos resuelto postergar la reunión que estaba programada para mañana (jueves), por una razón muy simple: porque el diálogo, para ser fructífero, requiere que concurran todos quienes forman parte de ese diálogo (...). Vamos a convocar a una reunión, a una sesión, la próxima semana. La fecha la confirmaremos oportunamente. Estamos haciendo las consultas, porque hay algunos parlamentarios que van a estar en sus regiones, esta semana es territorial y distrital”, precisó Elizalde.

No obstante, si bien personeros de la derecha y el oficialismo coincidían en que las reuniones de ayer ayudaron a bajar las tensiones y que las negociaciones se retomarían de todos modos las próxima semana, posiblemente el 23 de septiembre, la presencia del gobierno seguía siendo uno de los nudos pendientes.

Ello generó un entrampamiento en el diálogo que sostuvo Elizalde y Soto con los interlocutores de derecha. Al final, se acordó que al menos en la próxima cita no haya representantes del gobierno.

Otro punto que quedó sin resolver fue si se reducirá o no el número de participantes de en estos diálogos constituyentes.

Respuesta del Ejecutivo

En el Ejecutivo, y ante los cuestionamientos que levantó la oposición relativos al rol gobierno con las negociaciones, la ministra Vallejo sostuvo ayer que “si bien nosotros no somos un actor que negocia en ese espacio, no somos prescindentes, vamos a ser colegisladores, porque se van a requerir reformas muy importantes. Ese es nuestro rol y va a seguir siendo nuestro rol”.

“Como gobierno tenemos responsabilidad sobre todo en lo que sean avances democráticos. Por lo tanto, tenemos un rol que jugar, entendiendo que las y los protagonistas son los parlamentarios, los partidos políticos, que además han establecido un espacio de buena voluntad, de compromiso en torno a encauzar este proceso”, agregó.

En esta misma línea, la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), afirmó en Mega que “hoy el gobierno está en un rol de acompañamiento. Esto no es una mesa ni que convoca el gobierno ni que le pone la agenda, es una mesa que está convocada desde las dos presidencias de las dos cámaras”.

“Desde el gobierno, desde esta ministra, estamos en el grupo que estamos empujando para que esto resulte, entonces cuando hay un obstáculo y hay un momento en que provocó una tensión, lo que hacemos no es agrandarla y tratar de exasperar los ánimos, sino que desactivarla y seguir adelante y persistir”, enfatizó.

Ampliar los plazos

Dentro del oficialismo, el aplazamiento de la reunión fue tomado con mesura. Desde el PS, Paulina Vodanovic, presidenta de la colectividad, sostuvo que los plazos no son lo importante, en consideración de que “estamos habilitando una reforma constitucional para un nuevo proceso constituyente participativo y ciudadano, cuyas características es necesario conversar detalladamente”.

“Creo que se puede lograr un buen acuerdo dentro de unas semanas, sin presiones ni autoimponerse plazos”, agregó la timonel del PS.

Por su parte, el diputado Diego Ibáñez (Convergencia Social) sostuvo en un punto de prensa que “si ellos (Chile Vamos) están pidiendo más tiempo para poner de acuerdo a sus propios parlamentarios, nosotros no tenemos ningún problema, en la medida en que podamos dar certezas de que un órgano democrático vaya ser la fórmula”.

Aunque no son parte de las coaliciones oficialistas, el presidente del Partido de la Gente, Luis Moreno, justificó que “los plazos tienen que durar lo que tengan que durar. Creemos que apurar sería un error”.

Esta última colectividad, por lo demás, amplió hasta el martes 20 para responder su consulta interna. Con esos resultados, expondrán los mecanismos que consideran necesarios para continuar con el proceso. A priori, tienen dos exigencias sobre la mesa: que exista un plebiscito de entrada -algo que también han solicitado los republicanos- y que el voto sea obligatorio.

El Partido de la Gente, además, mantuvo una reunión con personeros de Chile Vamos la tarde del martes. Según cuentan quienes tuvieron acceso a esas conversaciones, se intentó incluirlos en la carta, en que anunciaron que se restarían de la reunión de este jueves. Sin embargo, el PDG declinó.