Claves para entender una elección sorpresiva
Adiós a las fuerzas de la transición
Desde 1990 cuando Patricio Aylwin recibió la banda presidencial y hasta ahora dos coaliciones se alternaron el poder: la Concertación de partidos por la Democracia, que luego mutó en Nueva Mayoría y hoy en Nueva Pacto Social, pero que sellaba el entendimiento entre la DC y el PS, y la coalición de partidos de centroderecha hoy llamada Chile Podemos Más, pero que antes fue conocida como Alianza por Chile o Chile Vamos. Esta vez sus respectivos candidatos presidenciales –Yasna Provoste y Sebastián Sichel- fueron superados por abanderados de coaliciones nuevas -José Antonio Kast y Gabriel Boric- y es este hecho –quizás- el dato más relevante de los comicios presidenciales que se celebraron en las últimas horas: por primera vez en 30 años las fuerzas que sustentaron la transición a la democracia en Chile no estarán en el balotaje. Se abre un nuevo ciclo político en el país.
Las apuestas de los extremos: desaparece el centro político
Tanto Gabriel Boric por la izquierda como José Antonio Kast por la derecha representan a los bloques políticos y los partidos en los extremos del mapa político. Esta vez el electorado consolidó lo que –desde el estallido social de 2019- parece ser una nueva característica del país: la polarización. El abanderado de Apruebo Dignidad superó aunque discretamente lo obtenido por Beatriz Sánchez en 2017 (ella logró el 20,27% en la primera vuelta), sumando esta vez eso sí el respaldo del Partido Comunista, a ello se agrega que apenas superó la suma de votos obtenidas por él y Daniel Jadue en las primarias de julio. Kast -en tanto- consolidó la solitaria apuesta del Partido Republicano fundado en 2019. Las próximas semanas auguran –con todo- la moderación de sus propuestas para conquistar al centro político que sufrió su golpe más fuerte. También está en duda el destino de los votantes de Franco Parisi, quien sorpresivamente se impone en un tercer lugar. Boric desplegó su fuerza electoral en la Región Metropolitana y Valparaíso, mientras Kast tuvo su mejor desempeño en la mayoría de las regiones del sur, desde O Higgins hasta Aysén.
Ventaja de Kast
2,2% de votos –alrededor de 150.000 sufragios- separaron a José Antonio Kast de su más inmediato seguidor, Gabriel Boric, al cierre de esta edición con el 96,35% de las mesas escrutadas. Desde que la presidencial se empezó a definir en balotaje en la elección de 1999, ningún candidato que haya quedado en el segundo lugar en la primera vuelta se ha logrado convertir en el Presidente de la República. Este escenario se ha terminado convirtiendo en una “barrera sicológica” para el desafiante, en este caso Boric. Ni Joaquín Lavín (1999), Sebastián Piñera (2005), Eduardo Frei Ruiz-Tagle (2009), Evelyn Matthei (2013) o Alejandro Guillier (2017) lograron superar esa condición en sus respectivas campañas de balotaje. Hay que agregar que, en este caso, entre Kast y Boric suman menos de un 60% de los votos dejando en disputa un amplio electorado para los comicios del próximo 19 de diciembre.
El fenómeno Parisi
No pisó suelo chileno en toda la campaña, pese a su compromiso de hacerlo en la recta final de la primera vuelta. Al menos dos veces incumplió su promesa de llegar al país –está radicado en Estado Unidos- y, la última, atribuyó su ausencia a estar contagiado de covid-19. Aún en esas circunstancias inéditas en la historia del país, Franco Parisi alcanzaba al cierre de esta edición el tercer lugar en la primera vuelta con el 12,9%. El abanderado del Partido de la Gente enfrenta una complicada situación judicial en el marco de un conflicto con es ex pareja por no pago de pensión alimenticia y suma otros flancos. La explicación más evidente de la votación de Parisi parece ser la animadversión a la política tradicional, aunque con los días sin duda se sumarán nuevos factores dado su potente votación en el norte del país. Sobre su postura en segunda vuelta, el mismo señaló que haría “una encuesta digital” con el Partido de la Gente. Parisi obtuvo una gran votación en la zona norte del país consiguiendo el primer lugar en las regiones de Antofagasta y Atacama y la segunda posición en Arica y Parinacota y Atacama.
Senado empatado
Por primera vez desde el retorno a la democracia las fuerzas políticas en el Senado quedaron empatadas entre la izquierda y la derecha. De los 27 escaños en disputa -23 senadores no debían competir- 13 quedaron en manos de Chile Podemos Más y el Partido Republicano -que sumó a su primer representante en la Cámara Alta ni más ni menos que en la Región Metropolitana, Rojo Edwards. Los restantes 14 se dividieron entre las fuerzas de la centro izquierda: 8 de Nuevo Pacto Social, 4 de Apruebo Dignidad -donde el PC logró elegir a dos representantes por primera vez desde 1990- y dos independientes, Karim Bianchi y Fabiola Campillay. Así, el panorama es decidor: 25 representantes para la centro izquierda y 25 senadores para la centro derecha. Uno bien lejano a lo esperado y que superó las expectativas oficialistas.
Diputados con fuerte renovación y presencia femenina
La Cámara de Diputados que debutará en marzo de 2022 tendrá severas modificaciones respecto de la actual. En lo inmediato destaca la irrupción de dos fuerzas políticas que sorprendieron por la cantidad de representantes que eligieron: Partido Republicano y el Partido de la Gente. Pero también hay otras características que darán un nuevo aire a los futuros diputados: la alta presencia femenina, la derrota de varios incumbentes en carrera que augura una fuerte renovación parlamentaria y la profunda fragmentación de sus representantes, al cierre de esta edición lograron ser elegidas cartas de 22 partidos políticos.
Incierto cruce de apoyos
Las conversaciones de cara al balotaje entre los distintos abanderados y sus bloques estuvo lejos de quedar despejada. El Partido Socialista entregó su respaldo a Gabriel Boric -sin condiciones- y las directivas de Chile podemos más llegaron a saludar a José Antonio Kast. Pero los candidatos presidenciales mantuvieron suspenso. Sebastián Sichel se declaró disponible a conversar con el representante de Republicanos y Yasna Provoste no entregó respaldo a Boric y se declaró desde ya opositora a su eventual gobierno. Marco Enríquez-Ominami -hasta el cierre de esta edición- ha mantenido silencio.
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