Por un período de un poco más de cinco semanas -desde el 25 de febrero al 5 de abril- el toque de queda se estableció desde las 23.00 hasta las 5 horas, un horario que también rigió entre agosto y diciembre del año pasado. Esa disposición horaria, hasta ahora, ha sido la más amplia en cuanto a libertad de movimiento nocturno en los casi 14 meses de impuesta la medida sanitaria y sin contar las excepciones que se han hecho para el plebiscito de octubre, Navidad, Año Nuevo y las elecciones del próximo fin de semana. Para estos comicios ya se definió que el toque de queda se postergará a la madrugada -2.AM- del lunes 17.
Sin embargo, y en medio de los anuncios de cara a los comicios, el ministro de Salud, Enrique Paris, no descartó que en los próximos días se comiencen a analizar cambios a la medida en el corto plazo. De hecho, el tema ya se comenzó a plantear en las reuniones Covid-19 de los lunes y los jueves en La Moneda. “Lo discutimos hoy día en la mesa Covid-19 con el Presidente y los otros ministros y se va a estudiar esa posibilidad de cambiar el toque de queda. Se anunciará oportunamente”, aseveró el jefe de Salud.
Consultado por La Tercera, el ministro Paris asevera que al igual que el carné verde, la restricción nocturna será tema de debate en las próximas semanas, una vez que se hayan resuelto las votaciones. “Lo estamos analizando para después de las elecciones. Todavía no hay nada definido, pero lo vamos a conversar. Cada uno tendrá que otorgar su punto de vista: desde el punto de vista de Prevención del Delito y también en materia sanitaria. Para nosotros sí ha sido (una medida) efectiva”, estima.
Acortar el horario
En el gobierno, la idea que corre con ventaja -como se ha hecho en otras ocasiones- es que progresivamente se vaya acortando la duración de la medida de manera proporcional a que la incidencia del virus vaya en retirada, para así llegar a cierto punto, acompañado de algunos indicadores sanitarios, en que no exista toque de queda. Más complejo sería asociar la restricción a ciertas fases del plan “Paso a Paso”, pues en una misma región existen comunas en etapas diferentes.
En el horizonte cercano también está la preocupación de que el 30 de junio se cumplen los 90 días de prórroga del estado de excepción constitucional aprobado por el Congreso. Y la incógnita que hoy ronda en la cartera sanitaria es si se optará por renovar la medida o no. Todo dependería de cuáles sean los indicadores sanitarios para ese entonces, como el avance del plan de vacunación o la incidencia de casos activos.
Sin embargo, ya no es solo la oposición quienes han marcado distancia de la restricción. Dentro del mismo oficialismo ya hay voces disidentes respecto de la continuidad de la medida. El candidato presidencial Sebastián Sichel difundió durante el fin de semana una propuesta para asociar un toque de queda “diferenciado” a la medianoche para aquellas zonas que se encuentren en Fase 2 (Transición) y la eliminación de la medida para quienes ya estén en Fase 3 (Preparación).
Vigilancia “focalizada”
En su calidad de exministro fue Jaime Mañalich quien el 22 de marzo de 2020 implantó por primera vez el toque de queda. “En febrero del año pasado se dictó la alerta sanitaria. Y como parte de esa alerta sanitaria, se le pidió a la gente que estuviera en su casa durante la noche. Desgraciadamente, eso no funcionó y fue una de las razones que motivaron el estado de excepción constitucional”, explica.
En su análisis, Mañalich cita que tanto la Corte de Apelaciones, y posteriormente la Corte Suprema, y en los casos de infracción a la norma que se han judicializado “han definido que una persona que transita en la calle en ese horario no comete un delito y queda circunscrito a la esfera solo de la alerta sanitaria”.
En ese contexto, el doctor señala que se debe realizar una “revisión profunda” de qué medidas son útiles para el combate de la pandemia y cuáles no.
“Independiente de que el Estado de excepción constitucional tiene que renovarse, si es que se renueva en junio, yo estimo que es una medida que requiere ser revisada profundamente. Lo más importante es encontrar un mecanismo efectivo con el cual impedir es que en las noches se junte mucha gente en lugares cerrados, sin ventilación. No sé cómo la mantención del toque de queda podría colaborar a las medidas sanitarias. Eso hay que revisarlo y focalizar la vigilancia. Una persona caminando o en bicicleta no tiene comparación en el riesgo a que personas se junten en bares y restaurantes”, comenta.
Desde el Consejo Asesor Covid-19, la epidemióloga María Teresa Valenzuela señala que hasta ahora, Salud no ha solicitado analizar modificaciones a esta medida, pero aborda que “la diferencia entre un toque de queda que se inicie a las 21.00 y las 22 horas no es lo que marca la diferencia, a pesar de que sabemos que da más cabida a que la gente permanezca más tiempo en contacto, lo que es relevante en términos de transmisión del virus. Pero personalmente creo que una hora no hace la diferencia y podría reconsiderarse esta situación. Esto puede tener un impacto positivo para la gente que trabaja a largas distancias de sus domicilios”, concluye.