Después de que algunos convencionales constituyentes se realizaran un examen PCR y tras caóticas jornadas para garantizar las condiciones técnicas y sanitarias en el edificio del Congreso en Santiago, pasadas las 10.30 de ayer se dio inicio a la primera sesión de trabajo de la Convención Constitucional.
El hito histórico estuvo marcado por la compleja tarea que tuvo la mesa liderada por Elisa Loncón y el vicepresidente Jaime Bassa para garantizar que pudiera iniciarse la labor del órgano que se instaló el pasado domingo.
“Esas condiciones no existían y las hemos levantado prácticamente en 24 horas”, afirmó Bassa, quien aseguró que fue el esfuerzo de una red de las instituciones públicas -como la Universidad de Chile y el Colmed- y no el gobierno, lo que permitió que pudieran sesionar y evitar así la “caída libre” del órgano constituyente.
El constitucionalista, además, dio cuenta a los 154 convencionales de las acciones que desplegó la directiva tras asumir el domingo. Se informó que se solicitó reclamar el gobierno del presupuesto destinado al funcionamiento de la Convención Constitucional, pedir a distintas reparticiones del Estado comisiones de servicio que puedan apoyar el proceso, además de suspender cualquier licitación que no haya sido aprobada previamente por la mesa.
Ampliación de la mesa y eventual impugnación
“No es que seamos débiles, pero nos daría mayor representatividad y nos permitiría fortalecer nuestro trabajo”. Así defendió Loncón la propuesta que hizo a las 15.30 al plenario -y a otras seis salas interconectadas en las que se dividieron los convencionales- para ampliar a siete el número de los integrantes de la mesa.
El planteamiento, si bien generó consenso mayoritario entre los distintos sectores, también provocó inquietud entre los independientes, por un lado, y la derecha, por otro. Mientras que los primeros aseguraron que la integración de la directiva no debía responder a “cuoteos políticos” sino que ser feminista, plurinacional, ecologista y descentralizada, los segundos requirieron que antes de votar se explicara la fórmula en que se elegirían y distribuirían esos cupos. Loncón, sin embargo, no accedió y afirmó que la propuesta debía construirse entre todos.
Asimismo, convencionales como Agustín Squella (independiente-PL), plantearon la necesidad de que no se votara por ampliar la mesa sino que por elegir un comité ejecutivo que apoyara y reforzara su labor. Esto, porque según él y sectores de la UDI, se estaría vulnerando el capítulo XV de la Constitución al modificar la composición actual de la testera.
“No podemos ni aprobar ni rechazar algo que no conocemos”, alegó Ruggero Cozzi (RN), mientras que Marcela Cubillos (UDI) aseguró a través de Twitter que Loncón “pide a convencionales votar a ciegas. Pide acuerdo para aumentar vicepresidencias pero dice ‘que después se decidirá cómo se eligen’. Hay propuestas alternativas presentadas pero no están dispuestos a ponerlas en discusión. Urgente transparencia en la conducción”.
En ese sentido, al cierre de esta edición, la mesa propició una confusa votación de la propuesta de esos sectores. “Votación de comité que colabore con las tareas de la mesa”, fue lo que se aprobó inicialmente (por más de 120 votos), escrutinio que fue anulado por los reclamos de representantes de la izquierda. Finalmente la votación se repitió, tras las disculpas de Bassa, y se ratificaron las dos planteamientos iniciales de la directiva: primero, la idea de ampliar la mesa, y luego el número de cinco nuevos vicepresidentes.
La primera moción fue aprobada a mano alzada por 127 votos, 11 abstenciones y 8 en contra. Mientras que la segunda se ratificó con 107 votos, 6 abstenciones y ninguno en contra. En esa ocasión, varios convencionales de Chile Vamos decidieron no participar.
De forma sorpresiva, además, la mesa de Loncón sometió a votación incluir, adicionales a los cinco nuevos cargos, dos escaños reservados para los pueblos originarios. Dicha moción fue votada por 117 convencionales, de los cuales 80 votaron a favor, 6 en contra y 31 se abstuvieron, aunque también generó molestia en distintos sectores porque no se había socializado previamente. Así, la mesa quedará ampliada a nueve integrantes.
La accidentada votación generó acaloradas críticas por parte de la derecha, desde donde acusaron un actuar “arbitrario” por parte de la mesa. “Como le reclamaron a la mesa, cambiaron la pregunta después de que se votara y crearon vicepresidencias. Mesa administra con total arbitrariedad. Votamos primero una pregunta y después la cambian. Inaceptable”, acusó Cubillos.
Mientras el RN, Raúl Celis, afirmó que el actuar de Loncón y Bassa ameritan una impugnación ante la Corte Suprema, para la que se requiere un cuarto de la Convención Constitucional. “Esto amerita a lo menos evaluar una presentación ante la Corte Suprema porque en mi opinión se trata de votaciones completamente viciadas. Fue tomada por personas que no tienen el carácter de ministros de fe; segundo, nunca nadie supo quién votaba porque no hubo identificación de los nombres, además se propuso ampliar la mesa a cinco y después a otros dos. Después se derogó la de los cinco adicionales. El cúmulo de errores y desprolijidad de la mesa amerita evaluar un recurso ante la Corte Suprema”, afirmó.
Luis Mayol (RN), sostuvo, a su vez, que “no lo hemos conversado, pero a mi juicio están los requisitos y los vicios para poder recurrir a la Corte Suprema. No sé qué actitud se irá a tomar. Pero las circunstancias están para recurrir a la Corte Suprema”.
En el sector, al cierre de esta edición, buscaban los votos de figuras como Fuad Chahin (DC) -quien no se sumaría a una impugnación- y Rodrigo Logan (independiente). “Lo que sí voy a hacer es presentar un recurso de petición administrativa ante la CS, basado en el art.19 numero 14 de la CPR para solicitar un pronunciamiento. Le voy a preguntar a la Suprema y Contraloría si, uno, existe legalidad o vicio en la delegación de funciones a comisiones especiales; y dos, preguntar a la suprema respecto a la legalidad de acuerdos tomados por quórum de menos de 2/3”, dijo el último.
A su vez, Squella llamó a la derecha a no recurrir “para no provocar un debilitamiento interno”.
“Tenemos una dificultad y hay que reconocerlo”, dijo Bassa y admitió que “en el camino vamos a cometer errores”.
La Convención Constitucional, además, aprobó la creación de tres comisiones: de ética, de presupuesto y administración y de reglamento.
Al cierre de esta edición, Bassa y Loncón plantearon que no procede llevar lo ocurrido hoy a la Suprema pues aún no hay procedimientos ni reglamentos definidos
En busca de los nuevos integrantes
Ante el inminente reforzamiento, desde los distintos sectores presentes en el órgano constituyente ya empezaron a poner sobre la mesa algunas cartas para incluir nuevos integrantes.
La discusión se abrió en todos los sectores y con mayor fuerza en la izquierda, desde donde sostenían que la idea sería mantener la paridad, la plurinacionalidad y la representación de regiones. En Apruebo Dignidad -quienes ya cuentan con Bassa en la mesa- por ahora evaluaban levantar a una figura del Partido Comunista. Según fuentes de esa colectividad, se mencionaban a Bárbara Sepúlveda y a Valentina Miranda como posibles cartas.
En el Colectivo Socialista, en tanto, sostenían que podrían presentar a Ramona Reyes -a quien se consideró como carta a la presidencia previamente- o a algunos de sus representantes pertenecientes a las disidencias sexuales: Tomás Laibe y Pedro Muñoz.
El mismo debate se abrió en la Lista del Pueblo. Según fuentes de ese colectivo podrían volver a insistir con Rodrigo Rojas -quien alcanzó la segunda mayoría frente a Bassa- y también con Ivanna Olivares. Mientras que en la Lista el Apruebo miraban con buenos ojos impulsar al abogado Rodrigo Logan. Y otros movimientos sociales independientes plantearon el nombre de Elisa Giustinianovich.
En tanto, algunos constituyentes mencionaban también a Cristina Dorador. En Independientes No Neutrales -quienes impulsaron a Patricia Politzer a la presidencia- también evaluaron el tema, aunque aún no estaban inclinados a proponer un nombre.
En Vamos por Chile, por su parte, desde RN y Evópoli se mostraron abiertos a ampliar la mesa, colectividades que manejaban algunas alternativas como la Evópoli Geoconda Navarrete y el RN Harry Jurgensen.
Desde algunos sectores de izquierda como el PC y el FA transmitieron que no eran contrarios a que se incluyera un representante de la derecha en la mesa.