Convención Constitucional: la configuración de fuerzas que dejó en evidencia la primera jornada de votación del reglamento
Desmarques del Frente Amplio respecto de sus socios del Partido Comunista, apoyos cruzados entre Vamos por Chile y la centroizquierda y el rechazo de las posturas más polarizantes marcaron el inicio de la votación de las más de 340 indicaciones que se le hicieron al instrumento y que se seguirán revisando este viernes. Los movimientos de los distintos bloques, dicen en el órgano constituyente, son un elemento para proyectar las alianzas de cara a las amplias mayorías que se requerirán para la aprobación de las normas constitucionales.
Un hito crucial para el proceso constituyente se dio este jueves. A poco más de dos meses de la instalación de la Convención Constitucional, pasadas las 10.30, el pleno inició el debate en particular del reglamento que regirá su funcionamiento y que, una vez aprobado definitivamente, permitirá pasar a la discusión de las normas constitucionales.
La sesión, que se extendió por más de siete horas, estuvo marcada por la aprobación de varios artículos. Entre los más significativos -y que generaron mayor controversia durante la discusión- están la aprobación de una enmienda que confiere la calidad de “poder constituyente originario” a la Convención Constitucional; el rechazo de una modificación que buscaba reponer en el “objeto” del instrumento la expresión “República de Chile” y la ratificación de un mecanismo de renuncia y reemplazo que busca dar respuesta a la situación del convencional Rodrigo Rojas Vade, quien manifestó su intención de salir de sus funciones tras revelarse que había mentido respecto de su diagnóstico de cáncer.
Pero la jornada también estuvo cruzada por las “alianzas” y “movimientos estratégicos” que quedaron en evidencia a lo largo de la extensa votación. En varias oportunidades, los apoyos entre sectores desde la centroizquierda a la derecha permitieron dar luz verde, pero también frenar iniciativas impulsadas por sectores de la izquierda, principalmente aquellas promovidas por el Partido Comunista, los Movimientos Sociales, Pueblo Constituyente y Chile Digno.
Así quedó en evidencia, por ejemplo, respecto de uno de los artículos que para la derecha, el Colectivo del Apruebo, el Colectivo Socialista y el Frente Amplio era clave que quedara fuera del reglamento. Se trata de una norma que había propuesto el Partido Comunista -a través de la abogada Bárbara Sepúlveda- para que quienes optaran por abstenerse no fueran contabilizados como “votantes”, evitando que terminaran afectando el quórum de aprobación y se sumaran a los rechazos.
La fórmula no convencía a sectores de su propia coalición como el Frente Amplio, quienes terminaron incluso sumándose a una indicación de Independientes No Neutrales (INN) para eliminar el mecanismo del reglamento. La misma enmienda presentaría la derecha. Tal fue la coincidencia que ambas propuestas terminaron zanjándose en una sola votación, echando por tierra las aspiraciones de la izquierda.
Según distintas fuentes de la constituyente, en los 93 votos que estuvieron por aprobar -58 estuvieron en contra-, la supresión de la norma se refleja una mayoría que incluso podría proyectarse para la discusión de fondo. Además de 36 convencionales de Vamos por Chile -Ruggero Cozzi no votó-, se sumaron constituyentes del Colectivo del Apruebo, del Colectivo Socialista, el Frente Amplio, independientes y la representante Rapa Nui, Tiare Aguilera.
Misma configuración se dio para rechazar una propuesta del PC, Movimientos Sociales, Pueblo Constituyente, Chile Digno y escaños reservados que buscaba establecer como principio del reglamento la participación popular de carácter vinculante. A los rechazos, además de la derecha, se plegaron figuras como Fernando Atria (Frente Amplio), Ricardo Montero (Colectivo Socialista), los representantes del Colectivo del Apruebo Fuad Chahin y Agustín Squella e independientes como Mauricio Daza.
El desmarque de esos sectores de la centroizquierda provocó incomodidad en el Partido Comunista. En ese comité y el resto de la izquierda miran con “decepción” el rol que han asumido especialmente sus socios del Frente Amplio, pero también el PS en la Convención Constitucional, quienes han jugado como una especie de “bisagra”, permitiendo que se aprueben normas más moderadas, aun cuando tengan que sumarse a la derecha para lograrlo.
“No puedo hacerme cargo de cuál es la razón que está detrás de mis compañeros de Apruebo Dignidad para presentar una indicación de ese tipo (...), pero claramente es tremendamente lamentable y un poco decepcionante saber que ellos entienden perfectamente el efecto que provoca y aún así deciden mantener las abstenciones”, afirmó Sepúlveda tras la discusión.
Ingrid Villena (Pueblo Constituyente) fue más dura. “INN, FA, PS, Colectivo del Apruebo en contra de mi propuesta de que las abstenciones no sean consideradas en el quórum. Ya saben quiénes quieren entorpecer el proceso y seguir con las viejas prácticas políticas”, acusó.
¿Se proyectan los 2/3?
Para varios en la Convención Constitucional los movimientos políticos que han quedado de manifiesto en las votaciones del reglamento podrían delinear, en parte, las alianzas que terminarán marcando en el futuro el debate de fondo.
“Los extremos se han ido atrincherando y esa es una mala fórmula. Acá, quienes van a tener mayor viabilidad en sus propuestas son quienes tienen mayor capacidad de diálogo y entendimiento. Creo que hoy día se empieza a asentar la necesidad de que la capacidad de generar acuerdos y dialogar de manera amplia, desde el domicilio político de cada uno, sin renunciar a lo que uno es, es lo que va a terminar primando”, afirma Fuad Chahin (Colectivo del Apruebo).
Para Ricardo Neumann (UDI), en algunas de las votaciones de este jueves “quedaron en evidencia tres tercios; un primer tercio de una izquierda antidemocrática, poco institucional, que de manera totalitaria quiere pasar a llevar normas básicas (...); un segundo tercio de una izquierda un poco más institucional, que respetó el tema del derecho a abstención, pero que -lamentablemente- votó en contra de incluir el concepto de República en el reglamento de la Convención y votó también a favor, en parte, de declararse como un poder constituyente originario (...). Y un tercer tercio que está apegado a la institucionalidad, que es el tercio de Vamos por Chile”.
Y agrega: “Más que la típica visión de derechas e izquierdas, acá en la Convención se está dando un patrón de división entre un sector demócrata, que cree en las reglas institucionales de la democracia para ponernos de acuerdo entre personas que pensamos distinto, y los que no creen en el proceso. El PC, la ex Lista del Pueblo, gran parte de los escaños reservados, de hecho, no formaron parte del acuerdo del 15 de noviembre y están siendo consistentes con eso”.
Cristián Monckeberg (RN), en tanto, afirma que “más que alianzas entre centroizquierda y centroderecha, las coincidencias responden a que apoyaremos las buenas iniciativas. No por dar sombra son del mismo árbol. Estos apoyos transversales dan cuenta del diálogo, que permite ir conociendo los argumentos y con ello respaldar. Son buenas señales hacia el futuro, pensando en la discusión de contenidos, eso permite generar confianza para otras coincidencias”.
Con todo, en la centroizquierda destacan que tal como estuvieron disponibles para rechazar una norma que no compartían, se aliaron con la izquierda para dejar fuera del objeto del reglamento la expresión “República de Chile”, como impulsaba la derecha. Asimismo, el Frente Amplio y el PS votaron divididos la norma que fue aprobada y terminó confiriéndole a la constituyente un poder “originario”.
“El requisito de contar con 30 firmas de constituyentes para presentar indicaciones nos permitió generar alianzas amplias. La mayoría de las indicaciones que presentamos como Colectivo Socialista contó con más de 50 patrocinios de constituyentes; empujamos varias de esas indicaciones con diversos grupos y las votamos junto a amplias y transversales mayorías, con muy buenos resultados. Destacamos esto porque el espíritu de la Convención debe ser consolidar el diálogo y los grandes acuerdos como mecánica de trabajo y exigir el mayor de nuestros esfuerzos para lograrlos. Vamos a tener un buen reglamento general”, dice a su vez Ricardo Montero (Colectivo Socialista).
La convencional del Frente Amplio Constanza Shonhaut (Convención Constitucional) señala que “todo el proceso de elaboración y de votación de normas ha estado atravesado por un ejercicio colaborativo. La Convención no funciona en términos de bloques estáticos. Los apoyos son móviles y se van dando en torno a la discusión y la presentación de propuestas e indicaciones entre distintas fuerzas. Creo que esta primera etapa nos deja en buen pie para debates constructivos y para alcanzar las mayorías necesarias en los debates de fondo”.
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