“Estoy muy emocionada, muy contenta, porque represento el sentir de mucha gente que es una desconocida, una ‘NN’, y que de pronto aparece en estos cargos para ejercer el poder político”.

Así resumía la tarde de ayer la convencional de Movimientos Sociales Constituyentes (MSC), María Elisa Quinteros (40), su inesperada llegada a la presidencia de la Convención Constitucional.

A las 16.36 su nombre concitó los exactos 78 votos que requería para convertirse en la sucesora de Elisa Loncón en el cargo, el que liderará durante los próximos seis meses y hasta que el 5 de julio próximo el organismo proponga un nuevo texto constitucional. Tras los resultados, la dirigenta dio un punto de prensa en el que entregó sus primeras definiciones y aseguró que entre sus prioridades estará impulsar la consulta indígena y comunicar bien el proceso para lograr que la propuesta de nueva Constitución se apruebe en el plebiscito de salida. Asimismo, no se cerró a evaluar una eventual prórroga. “Son tiempos de cambio, son tiempos de diálogo y de encuentro”, sostuvo.

Los respaldos -que se contabilizaron en un noveno intento de votaciones sucesivas que comenzaron el martes y en las que no se logró arribar a un nombre de consenso- los aseguró un acuerdo transversal que contó con la venia de su propio colectivo, Pueblo Constituyente, Coordinadora Plurinacional, escaños reservados, Independientes No Neutrales (INN), Chile Digno e independientes. De este quedaron fuera dos fuerzas centrales de la Convención: el Frente Amplio y el Colectivo Socialista, que el martes enfrentaron la primera jornada de los comicios con un acuerdo en torno a la PS Ramona Reyes, que consideraban carta casi segura para presidir el órgano.

El voto clave, y que terminó sorprendiendo a algunos colectivos, fue el del Luciano Silva (RN). El convencional -tras gestiones del PC- decidió varias horas antes que se desmarcaría de la carta de Felipe Mena (Vamos por Chile) que impulsó su sector para respaldar desde un inicio la opción de la odontóloga y dirigenta sindical.

“Fui el único de mi sector y pedí anoche, a las 23.30, a los otros sectores que la apoyaran a ella, porque era un nombre que podía resultar de consenso: es una persona tranquila, es una persona decente, una persona que escucha”, explicó Silva tras el resultado.

La votación selló una jornada de más de 24 horas de incertidumbre, que fue calificada por varios como un “bochorno” y cuyos efectos políticos aún están por verse. El nombre de Quinteros no estuvo sobre la mesa hasta la madrugada de este miércoles, cuando surgió como una alternativa luego de que la carta original de Movimientos Sociales, Cristina Dorador, terminara dando un paso al costado. Pasadas las 2.00 la científica anunció su decisión tras ser la carta más votada, quedando a solo seis apoyos de lograr la mayoría absoluta.

Según trascendió, la fallida apuesta de Dorador tuvo su origen en una pugna entre los pueblos originarios. En la Coordinadora Plurinacional -que integra a dirigentes como Natividad Llanquileo (mapuche), Wilfredo Bacian (quechua), Isabel Godoy (mapuche), Francisca Linconao (mapuche) y Eric Chinga (diaguita)- aseguraban ayer que la mayoría que se conformó en torno a la científica solo se dio con el compromiso de una vicepresidencia para Chinga. Sin embargo, habría sido la carta de Rosa Catrileo, y que impulsaban Loncón y el resto de los escaños, la que terminó frustrando la posibilidad de un consenso transversal.

Así, con el pasar de las horas, Quinteros lograría el apoyo mayoritario de los colectivos con alta presencia de independientes y movimientos sociales. En esa lógica, comenzaría a cuajar un acuerdo que no se cumplió del todo: que ellos asumieran la presidencia con la odontóloga y que los partidos políticos buscaran un acuerdo paralelo para integrar la vicepresidencia ejecutiva.

Las heridas que dejó la caída de otras figuras como Patricia Politzer (INN), Ramona Reyes (Colectivo Socialista) y la insistencia del Frente Amplio por Beatriz Sánchez, sin embargo, no permitieron que las negociaciones por la vicepresidencia diera sus frutos.

Así, el cargo terminaría en manos de Independientes No Neutrales con Gaspar Domínguez, quien obtuvo amplia mayoría, logrando 112 votos. El doctor de 33 años es reconocido por un perfil dialogante, aunque lo ubican a la izquierda de su bloque, además, representa a las disidencias LGBTIQ+ en la Convención Constitucional.

El convencional es uno de los cercanos a Quinteros en el organismo. Aunque se conocieron personalmente en la constituyente, Domínguez tenía referencias previas de ella, porque la nueva presidenta hizo su doctorado de Salud Pública en la Universidad de Chile, donde él hizo su posgrado.

Además, como ambos son trabajadores de la salud y comparten en la comisión de Derechos Fundamentales, les ha tocado trabajar de cerca.

El fallo de cálculo del FA y los socialistas

No se les vio festejar. Varios de sus dirigentes optaron por quedarse en los pasillos del ex Congreso y no salir a los jardines como todo el resto a celebrar que, al fin, la Convención tenía nueva presidenta.

La razón era evidente: tanto el Colectivo Socialista como el Frente Amplio no contaron con que Quinteros lograría en una primera ronda los 78 votos que requería y, por lo tanto, al no haber logrado un acuerdo previo ambos instalaron sus cartas: los primeros con Roberto Celedón (Independiente-FRVS) y los segundos, nuevamente, con Sánchez.

“Habíamos llegado al acuerdo con esos sectores (PS y FA) de que María Elisa Quinteros fuera apoyada, sin embargo, la votación se dio como ustedes la vieron. En la primera ronda en que se definió la presidencia, esos partidos no concurrieron. No entendemos bien lo que ocurrió, tenemos que ir a conversar, porque teníamos entendido que este era un nombre transversal entre todas las fuerzas”, sostuvo Alondra Carrillo (MSC).

La idea, según fuentes socialistas y FA, era que en un eventual receso pudieran lograr acuerdo en torno a la alternativa que hubiese generado una mayor adhesión para integrar luego la vicepresidencia ejecutiva. Sin embargo, esa oportunidad nunca llegó y ambos colectivos terminaron la jornada sin respaldar el consenso mayoritario que logró el pleno.

“No compartimos la decisión que ellos adoptaron, nos parece que lo que debía prevalecer era un sentido de unidad y transformación, representado por la candidatura de María Elisa Quinteros. Hubo una lectura errada del Frente Amplio, no se actuó en consonancia con lo que los pueblos de Chile esperaban”, afirmó Marcos Barraza (PC) tras el desmarque de sus socios de Apruebo Dignidad.

Otro cálculo que algunos de sus dirigentes no proyectaron fue la postura que asumiría en la primera ronda Independientes No Neutrales, con quienes han forjado una alianza desde el inicio del proceso. Esa fuerza -con la que hubo un quiebre el día anterior cuando no estuvieron por apoyar a la exabanderada presidencial del FA-, se plegó de inmediato a la alternativa de Quinteros, sumando así al cómputo final que dejó a los socialistas y a los frenteamplistas en una compleja posición para negociar la vicepresidencia.

Aún es temprano, dicen en la Convención, para saber si el desorden que se evidenció en la centroizquierda, que contempló recriminaciones cruzadas y erosionó confianzas, sobre todo en el denominado bloque “bisagra”, tendrá un impacto en las relaciones futuras y si afectará la construcción de mayorías transversales para la aprobación de normas constitucionales.

“Esto inevitablemente producirá un reordenamiento de fuerzas acá”, sostenía ayer un convencional comunista, quien además no descartó que el rol que jugaron los socialistas tenga un efecto en las conversaciones que ese partido lleva adelante para su posible incorporación al gobierno de Gabriel Boric.

Desde la derecha también hicieron sus análisis. “Duro día para el Frente Amplio y el PS. Por primera vez una decisión clave (la presidencia y la vicepresidencia) no fue aprobada con sus votos. El PC, Lista del Pueblo, Movimientos Sociales e Independientes No Neutrales se impusieron. Al final, el PC ronca en la Convención”, sostuvo al final de la jornada Bernardo Fontaine (Independiente-RN).

Mientras que Hernán Larraín Matte (Evópoli) afirmó: “El PC fue desequilibrante articulando a Movimientos Sociales y Escaños. El FA-PS, en cambio, mostró un grave déficit de conducción y liderazgo. Son malas señales para la tarea de aprobar normas por 2/3 y construir la ‘Constitución de tod@s’”.