Esta noche Gabriel Boric entró a la historia. La elección del ex diputado por Magallanes marca varios hitos de contornos históricos: por primera vez desde la recuperación de la democracia, el gobierno será encabezado por una coalición de izquierda al margen de la exConcertación; durante su administración culminará el trabajo de la Convención Constitucional, que redacta una nueva Constitución para el país, y con 35 años, en marzo se convertirá en uno de los presidentes en ejercicio más jóvenes del mundo.

Desde luego, cada uno de esos hitos implica responsabilidades y desafíos. Gabriel Boric asumirá el gobierno en un escenario de alta complejidad económica, política y social. Apoyado inicialmente por la alianza Apruebo Dignidad, integrada por el PC y el Frente Amplio, eventualmente su triunfo no habría sido posible sin el apoyo de fuerzas de otros conglomerados, entre ellos de la exConcertación.

Así, el presidente electo enfrenta el desafío de ofrecer gobernabilidad al país en un contexto de fragmentación de la izquierda, con diferencias al interior del pacto electoral, así como con tensiones con los sectores más moderados identificados con la ex Nueva Mayoría. Del mismo modo, deberá administrar las expectativas por reformas sociales, cumplir su promesa de orden y restablecer las confianzas con el mundo empresarial.

Una tarea primordial y con sentido histórico será facilitar el trabajo de la Convención Constitucional, dar garantías para el plebiscito de salida y eventualmente poner en ejercicio el nuevo texto constitucional. Así lo piensa el investigador del Coes y doctor en ciencia política, Cristóbal Rovira.

¿Cuál es el principal desafío que se le plantea a Gabriel Boric como presidente electo?

Creo que Boric fue capaz de expandir su base de apoyo más allá del PC y el Frente Amplio. Logró convocar gente que no votó por él en primera vuelta, fundamentalmente gente más cercana al mundo de la centroizquierda que votó por Yasna Provoste y MEO, eventualmente algo de Parisi y de Sichel. Pero también hubo gente que no votó en primera vuelta. Por lo tanto, uno de los desafíos principales de Boric es cómo logra establecer alianzas que puedan sustentar su proyecto político, porque es evidente que ganó no sólo gracias al PC y al Frente Amplio, sino a otras fuerzas que lo apoyaron. Si él cree que puede gobernar solo con el PC y el Frente Amplio, está destinado a fracasar; necesariamente tiene que ampliar su arco, lo cual es evidente en el Congreso, donde no tiene mayoría, pero también tiene que establecer puentes y diálogo con muchos otros sectores sociales. Ese va a ser uno de sus principales desafíos. Y no es un reto simple, porque sabemos que el PC es el ala que lo tira más hacia la izquierda, que le va a poner ciertas cortapisas para tratar de negociar determinadas cuestiones. Y por otra parte, al interior del Frente Amplio hay bastante diversidad y ciertos sectores ven con mucha tirria a la exConcertación, a la cual necesariamente se tiene que acercar. Creo que Boric va a tener que hacer un trabajo de ingeniería muy importante, de cómo tender esos puentes y simultáneamente no herir a su coalición basal.

Boric tiene que armar gobierno y anunció que no va a haber cuoteo, pero va a estar sometido a las presiones de las fuerzas que lo apoyan. ¿Cómo se enfrenta esa tensión?

Creo que Boric debería establecer prioridades, decir hay determinadas cuestiones que para mí como Frente Amplio, como Gabriel Boric, son muy importantes y no las voy a ceder. Pienso que el Ministerio de Hacienda es clave, o sea, la figura a quien nombre en Hacienda eventualmente puede acercarlo al mundo empresarial, lo que actualmente está muy difícil o puede poner a alguien con quien no haya ningún diálogo posible. Es verdad que quizás no va a haber la vieja política de los cuoteos, como era con la Concertación o con la derecha. Creo que en ciertos puestos claves él va a decir aquí soy yo quien manda, pero eso no significa que en otras partes del gobierno puede haber más flexibilidad para poner a determinada gente. Pienso que es muy relevante que nombre a una o dos personas del mundo de la exConcertación- Nueva Mayoría que le ayude a tender puentes.

¿En ese sentido, Interior es otro puesto clave?

Sí, absolutamente, porque va a estar todo el tema de seguridad ciudadana y de orden público, que es un talón de Aquiles que recién en la segunda vuelta lo empezó a tematizar un poco más. Y simultáneamente con una situación muy difícil de Carabineros, porque es una institución que está en proceso de reforma. Creo que ahí puede colaborar una figura de la exConcertación con experiencia, porque ese es el otro tema: el Frente Amplio tiene muy poca experiencia práctica en la política. Es distinto poner a alguien que no tiene ningún juego político o alguien que conoce cómo funciona el aparato por dentro.

En el último debate, Boric dijo que no puede haber desórdenes todos los viernes en Plaza Italia y que haría cumplir la ley. ¿Lo ve con disposición o capacidad real de controlar la calle?

A diferencia de José Antonio Kast, creo que el solo hecho de que Boric llegue a La Moneda, y el tipo de coalición que va a representar, va a hacer que los niveles de protesta no sean necesariamente exacerbados, como los tuvimos con el Gobierno de Piñera. El desafío de la calle va a estar presente, pero muchísimo menos al principio. Eso le va a dar, por lo menos al inicio, un nivel de respiro. Simultáneamente, tenemos el proceso constituyente, que canaliza a diversas voces de Chile. No obstante, creo que aquí el tema de fondo va a ser que la derecha le va a pedir orden desde el día uno, le va a decir demuéstrame que eres capaz de poner orden. Yo creo que él lo va a hacer, obviamente a su manera, no necesariamente sacando tanques a la calle. Lo que más complica del caso Kast es que la derecha se movió muy al extremo, entonces la oposición que va a tener Boric desde la derecha va a ser muy dura, mucho más dura de cómo ha sido la derecha últimamente.

En la segunda vuelta Boric mostró una actitud más conciliadora, de moderación, de diálogo. ¿Se va a mantener esa actitud?

Si uno analiza la trayectoria de Boric, y esta es una de las diferencias con José Antonio Kast, observa que es una persona que en los momentos clave apuesta al diálogo. Lo más evidente fue el tema del proceso constitucional, donde incluso se peleó con su partido. Creo que esos momentos son muy importantes, porque ahí te das cuenta del tipo de liderazgo que tienes al frente. Mientras que José Antonio Kast es justamente el opuesto. En Boric de segunda vuelta hay algo de estrategia política, es verdad, pero hay algo que tiene que ver con su ADN. Boric es una persona que cree que para poder gobernar y llevar a cabo reformas es necesario establecer grandes mayorías. Y obviamente aquí hay una delgada línea, porque si tú te juegas por esa dirección, tienes que tener ciertos principios, porque si puedes transar todo, en algún momento se desdibuja tu proyecto político. La delgada línea que Boric tiene que transitar es establecer estos puentes, mantener ese diálogo, sin olvidarse de cuál es el norte hacia el cual está apuntando, porque si no, va a perder parte de sus bases de apoyo. Seguramente va a tratar de hacer mucha pedagogía política, decir estas son mis convicciones, pero no no podemos llegar en 4 años, mi apuesta es que lleguemos en 10 años, y este es un paso, insuficiente, pero es un primer paso.

En este sentido, puede enfrentar un problema de expectativas. A fin de cuentas su proyecto es un proyecto de transformaciones.

Por cierto, es un periodo muy difícil. Además está el proceso constituyente en paralelo. Creo que las posibilidades reales de que hayan transformaciones más estructurales están supeditadas al cierre de ese proceso constitucional. En este sentido, creo que la apuesta uno, dos y tres de Boric debería ser cerrar el proceso constitucional de buena manera. Y si un presidente puede cerrar el proceso constitucional de buena manera, lo cual implica apoyar la convención, generar los canales de diálogo para que esa asamblea opere sin grandes problemas y mantenerse neutral frente a lo que allí suceda, y que ese plebiscito ojalá sea aprobado, ahí se abre ese nuevo Chile, por así decirlo. Creo que él debería jugarse por eso desde el día uno; ese podría ser su gran legado.

"Si Boric nombra a la persona correcta en Hacienda, alguien que ellos (los empresarios) vean como cercano, alguien como Andrea Repetto, se anota un gol de media cancha", dice Rovira. Mario Tellez / La Tercera

¿Cómo ve el desafío de gobernabilidad, con una izquierda fragmentada, el PC vigilante y las divisiones al interior del Frente Amplio?

Creo que Boric tiene las condiciones, pero mucho depende del contexto. La aparición de José Antonio Kast y el hecho de que la derecha se haya plegado tan rápido a su candidatura, tiene un efecto: la capacidad de generar coalición en el mundo de la centroizquierda. Porque para la centroizquierda está muy claro el fantasma. Si la centroizquierda no hace coalición, va a terminar gobernando José Antonio Kast, lo cual es un retroceso en todas las líneas de qué es lo que quiere el mundo progresista. Eso le abre una ventana de oportunidad a Boric para tratar de decir ya saben que tenemos que ponernos de acuerdo, yo voy a tratar de marcar la pauta con un liderazgo que en la medida lo posible va a respetar las distintas diferencias. Esa radicalización de la derecha podría tener como efecto positivo que esa centroizquierda, que ha estado muy fragmentada, que tiene problemas de diálogo, se abra a establecer puentes. Creo que Gabriel Boric se va a jugar por esa figura, pero va a haber momentos difíciles, en que el PC va a tirar para un lado, que ciertas facciones del Frente Amplio que son muy anti Concertación van a presionar para el otro, y ahí va a estar el ñeque y el margen de maniobra de Boric.

El gobierno va a enfrentar una situación económica muy compleja y necesita transmitir tranquilidad. ¿Cómo podría manejarlo?

Es un momento difícil, debe hacerse cargo de un país que tiene un déficit fiscal mucho más grande, mayores presiones de gasto social, expectativas muy altas, y simplemente los recursos no alcanzan. Entonces hay que priorizar. Eso obviamente va a generar tensiones, pero es un proceso natural y hay que hacerlo. Creo que hay dos tipos de señales que son importantes. Una es la señal más macro al país: cómo sigue manteniendo su agenda progresista pero apegada a este gasto fiscal. Y la otra, tanto o más relevante, es la señal al mundo empresarial. Esto es particularmente relevante porque el mundo empresarial parece dividido en dos: un grupo ideológico, duro, que va a criticar a Boric independiente de lo que haga, porque no les gusta, y otro segmento del empresariado que es mucho más pragmático. En ese sector, si Boric nombra a la persona correcta, alguien que ellos vean como cercano, alguien como Andrea Repetto, se anota un gol de media cancha, porque es alguien que conocen y en quien confían. Y ese segmento más pragmático probablemente va a darle una oportunidad. Por eso la figura del ministro de Hacienda va a ser muy importante. Y esta es una de las cuestiones que Boric le va a decir al PC, esta es mi persona para el cargo y yo no les voy a pedir permiso. Pero a cambio de eso ustedes obtienen A, B o C. Imagino que va a haber una negociación de esa naturaleza, porque ahí se juega mucho.

Se ha acusado al Frente Amplio de cierta arrogancia juvenil. ¿Su juventud podría ser un problema para gobernar?

El mayor problema, más que la arrogancia, es la falta de expertise política. Yo creo que son personas muy bien intencionadas, creo que entienden parte de los problemas que tiene el Chile hoy día. Pero si tú te fijas en el núcleo del Frente Amplio, son personas de clase media alta que viven seguramente en Santiago Oriente. Personalmente, yo que me dedico a esto, no sé a ciencia cierta qué es lo que piensa y cómo vive una persona en Lo Prado o San Ramón, que tiene otra realidad. Uno de los problemas que tiene el Frente Amplio es cómo logra establecer una conexión con esos segmentos de la ciudadanía que quiere representar, pero que al día de hoy no los puede representar de buena manera. En este sentido, creo que nuevamente va a ser clave la cuestión de con quiénes gobierna, y aquí me parece que parte del mundo de la exConcertación tiene una determinada llegada a esos sectores. Pensemos en alguien como Yasna Provoste: es mujer, es de regiones, tiene trayectoria política. Si tú quieres saber qué es lo que está pasando en la Cuarta Región, creo que ella sabe mucho mejor que cualquiera en el Frente Amplio qué es lo que debería hacerse ahí. Sería muy importante abrirse a escuchar a ese otro tipo de actores, pero vincularlos también al aparato ejecutivo. Y también me imagino parte del mundo de la sociedad civil, porque tiene una experiencia que no necesariamente tiene una militancia política. Entonces, no es solo un tema de soberbia, sino sobre todo de abrirse a escuchar y reclutar a personas que van más allá de su núcleo de poder clásico. Yo creo que esa es parte del desafío que van a tener para poder ejercer gobernabilidad de buena manera.