De Columbine a Boulder: Tiroteo masivo en Colorado reaviva el debate sobre el control de armas en Estados Unidos
El del supermercado en Colorado se encuentra entre al menos siete tiroteos masivos que hubo en el país en la última semana, incluidos tres incidentes sólo el sábado.
“No sé qué pasó en el supermercado, pero sí sé que es más fácil obtener un arma en este estado que obtener una licencia de conducir o votar”, dijo a The New York Times Kevin Daly, dueño de un restaurante y cervecería dentro del centro comercial de Boulder, Colorado, donde ocurrió el mortal tiroteo que terminó con 10 víctimas fatales.
El sospechoso del último tiroteo masivo que golpea a Estados Unidos es Ahmad Al Aliwi Alissa, un hombre de 21 años que usó un rifle AR-15 y fue acusado de 10 cargos de asesinato en primer grado, aunque se desconocen los motivos del ataque.
Una página de Facebook que parecía pertenecer al sospechoso decía que nació en Siria en 1999, pero los agentes de seguridad afirmaron que había pasado la mayor parte de su vida en Estados Unidos. El FBI conocía su identidad, porque estaba vinculado a otra persona que estaba siendo investigada por la oficina.
Colorado ha sido escenario de varios tiroteos fatales en los últimos años, entre los que destacan al menos seis. El 20 de abril de 1999, dos estudiantes ingresaron a la escuela secundaria Columbine en Littleton, donde mataron a un profesor y a 12 de sus compañeros, y después se suicidaron.
El 20 de julio de 2012, un hombre ingresó a una proyección de medianoche de una película de Batman en un cine abarrotado de Aurora, y después de lanzar granadas de gas lacrimógeno a la audiencia, abrió fuego contra ellos, asesinando a 12 personas e hiriendo a 58, mientras que otras 12 resultaron heridas en el caos que se generó. El atacante fue detenido en el estacionamiento del cine.
El 31 de octubre de 2015, un hombre con un rifle semiautomático disparó y mató a tres personas al azar en una calle residencial de Colorado Springs. Luego fue asesinado a tiros por agentes de la policía.
El 27 de noviembre de 2015, un hombre entró a una clínica de Planned Parenthood, en Colorado Springs, armado con un rifle de asalto, y mató a dos civiles y un policía que lo confrontó. Otras nueve personas resultaron heridas durante el asedio de cinco horas, antes de que el atacante se rindiera.
El 31 de diciembre de 2017, un hombre se enfrentó con la policía en un tiroteo desde un departamento en Highlands Ranch, un suburbio de Denver. Un oficial murió y cuatro resultaron heridos antes de que la policía matara al atacante.
El 7 de mayo de 2019, dos estudiantes entraron a una escuela en Highlands Ranch y dispararon contra otros estudiantes. Un alumno que atacó a uno de los jóvenes armados recibió un disparo mortal y otros ocho estudiantes resultaron heridos por disparos. Los dos asaltantes fueron capturados por la policía.
Debido a la pandemia, el 2020 tuvo la menor cantidad de asesinatos en masa en más de una década, según una base de datos de Associated Press. Sin embargo, esa anomalía ya se ha revertido en 2021. El de Boulder se encuentra entre al menos siete tiroteos masivos que hubo en Estados Unidos en la última semana, incluidos tres incidentes sólo el sábado.
La masacre en Boulder volvió a poner sobre la mesa el debate sobre el control de armas, que no era prioridad en la agenda de la administración de Biden.
“No necesito esperar un minuto más para tomar medidas de sentido común que salvarán vidas en el futuro”, dijo hoy el Presidente demócrata, asegurando que trabajaría por un mayor control de armas mientras avanza en paralelo en otras de sus políticas.
“Esto no es, no debería ser, un tema partidista. Es un tema estadounidense”, señaló Biden. “Tenemos que actuar”, agregó.
Durante la ceremonia de juramentación de William Burns como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la vicepresidenta Kamala Harris se refirió al tiroteo como “absolutamente trágico”, pero ignoró una pregunta sobre el futuro del control de armas.
“Después de años de ignorar este problema y gobernar en base de antinomias de cabildeo de armas, el Senado debe ahora actuar con urgencia para fortalecer las leyes de armas de nuestra nación para proteger mejor a nuestras comunidades. El simple hecho es que las leyes sobre armas funcionan: los estados que han promulgado leyes más estrictas sobre armas tienen tasas significativamente más bajas de violencia armada”, dijo a través de un comunicado Winnie Stachelberg, vicepresidenta ejecutiva de Asuntos Externos del Center for American Progress.
“La administración Biden también debe tomar acción ejecutiva para apoyar estas medidas y fortalecer la supervisión regulatoria de la industria de las armas”, agregó Stachelberg.
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