A siete días de su cuenta pública ante el Congreso Nacional, el Presidente Sebastián Piñera alista el que será el último discurso de su segunda administración.

El Jefe de Estado, según dicen en el gobierno, ha puesto especial dedicación a su mensaje y ha transmitido que será un hito relevante.

El Mandatario ya está trabajando en el primer borrador del discurso y, por lo mismo, pidió a sus colaboradores más cercanos que comiencen a presentarle ideas de foco, conceptos y posibles anuncios.

Así, el jefe del Segundo Piso, Cristián Larroulet; su exjefa de gabinete Magdalena Díaz; la jefa de comunicaciones, Carla Munizaga, y ministros del comité político han estado colaborando con propuestas en la materia.

Según fuentes de gobierno, el Jefe de Estado también ha pedido a excolaboradores que contribuyan para el texto de su última cuenta pública, entre ellos, al exasesor de Asuntos Internacionales del Segundo Piso Benjamín Salas, quien dejó en enero pasado el gobierno para ir trabajar a Estados Unidos en un estudio de abogados y posteriormente hacer un máster.

Salas llegó a Chile hace un par de semanas para acompañar a su mamá, la exministra Pauline Kantor, en la recta final de su campaña para ser constituyente y para tramitar su visa para continuar con su posgrado en el exterior, el cual comienza en septiembre.

El exasesor, de hecho, estuvo ayer en La Moneda con Piñera y otros asesores entregando ideas y colaborando con el trabajo para la cuenta pública. En el sector recalcan que se trata de una colaboración no formal ni remunerada. Salas no es el único excolaborador que en estos días apoya al Mandatario.

En el oficialismo aseguran que Piñera también recurrirá a sus exministros Andrés Chadwick y Gonzalo Blumel, quienes también contribuyeron en los discursos anteriores.

El speechwriter de Piñera, Jacinto Gorosabel, según comentan en Palacio, también ha propuesto algunas alternativas de texto. En paralelo, la Secom trabaja en imágenes de apoyo para que sean reproducidas durante la alocución de Piñera.

Según afirman en La Moneda, al interior del gobierno comenzó un incipiente debate respecto a qué debe contener el texto del Presidente.

Algunas versiones aseguran que algunos -como Larroulet- considerarían que debe hacer una “defensa” de lo que se ha hecho como gobierno, por ejemplo, en términos del manejo de la pandemia y la salida “institucional” que impulsó Piñera como una solución a la crisis del estallido social de octubre de 2019.

En La Moneda, de hecho, subrayan esos dos aspectos como piezas fundamentales del “legado” del Jefe de Estado que debería defenderse y para lo cual ya hay un equipo en La Moneda que está trabajando hace unos meses.

Otros en Palacio, en tanto, creen que en su última cuenta pública Piñera debería hablar más de futuro: reactivación económica y hacer algunos anuncios en materias concretas, por ejemplo, en seguridad y medidas económicas.

En Palacio dicen que recién se está iniciando el trabajo en la materia y están en el proceso de aportar insumos.

En medio de los preparativos de Piñera, el Senado informó ayer que la cuenta se realizará -a diferencia del año anterior que fue en horario prime- “a las 10 horas” y que debido a la pandemia “se omitirán las tradicionales ceremonias de honores a la llegada del Primer Mandatario, así como los saludos de las comisiones de pórtico y reja. En tanto, el Himno Nacional se interpretará con música envasada”.

Los preparativos del discurso que hará Piñera el próximo 1 de junio se ha visto cruzado por el ajuste ministerial que, según varias fuentes de Palacio, Piñera había estado preparando en los últimos días.

Un tema que la semana pasada comenzó a conversar con sus asesores más cercanos y que también socializó en la reunión que sostuvo -el jueves pasado- en su casa con la directiva de RN y el abanderado presidencial de ese partido, Mario Desbordes.

Ahí, según conocedores del contenido de la cita, Piñera les transmitió que seguía analizando los posibles cambios e, incluso, pidió a la colectividad que presentaran nombres como alternativas ante un eventual ajuste. De hecho, el partido propuso como opciones al alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien no consiguió la reelección en las elecciones pasadas; al actual jefe de bancada, Leopoldo Pérez, quien no irá a la reelección; entre otras alternativas.

La modificación en el equipo, afirman en el gobierno, apunta a cambios en el comité político, en donde algunos daban por descontada la salida de Karla Rubilar de Desarrollo Social y en donde Piñera estaba evaluando, incluso, hacer un ajuste en el Ministerio del Interior. Esto, debido a que el Mandatario, afirman en el Ejecutivo, buscaba un cambio para conseguir un comité político con mayor sintonía luego de las diferencias que trascendieron que hubo entre ministros al momento de acudir al Tribunal Constitucional para frenar el proyecto de tercer retiro de la oposición.

En los partidos de Chile Vamos, principalmente en la UDI y RN, transmiten que creen que se justifica un cambio en el cual se pongan personas con un rol político más fuerte debido a la etapa de campañas que se vienen. En oficialismo algunos transmiten que la UDI estaba impulsando el nombre del exministro y actual senador Claudio Alvarado.

La colectividad liderada por Javier Macaya, de hecho, se iba a reunir ayer con el Mandatario en su casa, cita que, al cierre de esta edición, aún no partía.

Como sea, ayer en La Moneda transmitían que la idea del ajuste en el equipo estaba en pausa, principalmente, porque, agregan, el Mandatario cree que no generaría un impacto real en el escenario político actual y algunos también lo atribuyen a que “escasean” los nombres.

De hecho, fuentes de gobierno transmiten desde el viernes que los ministros del comité político han señalado que Piñera comenzó a darles señales de continuidad asignándoles tareas para los próximos días. Con todo, hay quienes recalcan que si bien el Presidente no haría ningún cambio inminente, no descartan que pueda volver a reactivar el plan o haga un ajuste puntual.