La inflación podría cerrar el 2021 cerca del 7%, y por ello el Banco Central ha iniciado un proceso de alza de tasas de interés pocas veces visto. En la última reunión, el consejo del emisor decidió incrementar en 125 puntos la TPM, dejándola en 4%. Más allá de los efectos sobre el mercado, la decisión de la entidad también suele tener efectos sobre los productos que día a día utilizan las personas.
Hasta junio de este ejercicio, la TPM se encontraba en 0,5%, pero desde entonces el banco presidido por Mario Marcel ha concretado alzas de 350 puntos básicos. Y junto con estas decisiones, el costo del crédito también se ha incrementado.
En su último Informe Mensual de Estadísticas Monetarias y Financieras, el Banco Central detalló que, en noviembre, las tasas de interés de los préstamos de consumo y vivienda llegaron a 20,9% y 3,9%, una expansión respecto de los datos de octubre: 19,8% y 3,6%, respectivamente.
Pero sin duda, es en el mercado hipotecario donde el alza de la TPM ha tenido mayor impacto, a lo que se suma el de los tres retiros de fondos previsionales, así como los riesgos de nuevos retiros. Para diciembre de 2020 los préstamos para la vivienda tenían una tasa promedio de 2,39%, muy por debajo del 3,91% actual.
Sin embargo, esta nueva alza no necesariamente volverá a pegar sobre las actuales tasas de préstamos a largo plazo. Según Sergio Tricio, gerente general de Ruvix, la subida de la TPM estaba bastante internalizada por parte del mercado, por lo que “el impacto en los créditos, se ha dado ya previamente por la evolución de las tasas de mercado, más que la TPM”.
“Sobre créditos de más largo plazo el movimiento al alza de la TPM estaba prácticamente internalizado por el mercado. De hecho, la decisión de hoy por parte del BC no fue sorpresivo y se ajustó a las expectativas lo que llevaría a tener un menor impacto sobre las tasas del mercado de renta fija.”, dice Martina Ogaz, economista de EuroAmerica.
¿Por qué ocurre este? Los bancos entregan los créditos hipotecarios, pero para dichos préstamos los bancos emiten bonos a 20 o 30 años plazo, los que generalmente son comprados por AFP y compañías de seguro, cuyos tiempos de inversión también son a largo plazo. Pero los retiros de fondos habían presionado a estos actores del mercado para contar con más liquidez para pagar los giros, por lo que han comprado pocos instrumentos de este tipo. Eso empujo al alza las tasas que el mercado exige por estos bonos a largo plazo, a lo que se sumó el riesgo de la economía. Por ello, las alzas de la TPM ya estaban internalizadas.
El factor consumo
Mientras el mercado hipotecario ha visto una fuerte alza, en el mercado del consumo la subida se ha constatado en distintos tipos de productos.
Por una parte, los créditos de consumo en cuotas, según el Banco Central, cerraron en noviembre en 20,9%, poco más de un punto por encima de los registrados en diciembre de 2020, cuando se encontraba en 19,74%.
Pero en otros productos se han empinado con más fuerza. Ese es el caso de las tasas por sobregiro, pues según datos del instituto emisor, dicha tasa pasó del 6,58% en diciembre del año pasado, al 10,32% para noviembre de este 2021.
Y lo mismo ocurre para las tasas de las tarjetas de crédito. Entre el fin de 2020 y el mes pasado de este 2021, pasó de 6,64% a 8,36%, pero en los créditos rotativos, como son las líneas de crédito, subí sólo de 23,9% a 24,52%.
Las tasas a corto plazo se mueven más pegadas a la TPM, dice Martina Ogaz, por lo que está alza podría tener efectos. “En cuanto a las tasas cortas, estas podrían tener algún movimiento mayor al alza principalmente por el sesgo que deja el comunicado del BCCh, en el cual menciona que la TPM seguirá aumentando en el corto plazo, tasa que se mantendrá sobre el nivel neutral nominal durante gran parte del horizonte de política monetaria”, dice la ejecutiva.