Al interior del gobierno admiten que la partida de María José Zaldívar como ministra del Trabajo es una gran pérdida, principalmente en lo que compete a la reforma previsional, pero tienen claro que no podían hacer mucho al respecto, y entienden las razones de su salida, que responde a temas personales.

“Sé que durante estos exigentes e intensos años de trabajo, María José Zaldívar tuvo que hacer muchos sacrificios personales, postergando en muchas ocasiones a su propia familia, pero con un norte que vale la pena: cumplir con su vocación de servir a todos los chilenos. Estoy seguro que su padre, Adolfo Zaldívar, se siente muy orgulloso de su hija María José”, dijo ayer Piñera tras anunciar el cambio.

Desde La Moneda reconocen que ya no tendrán a una protagonista importante en pensiones, porque, además, Zaldívar siempre tuvo muy buena relación y conversaciones fluidas con los senadores de oposición, especialmente con Carolina Goic (DC), pero también con el senador Juan Pablo Letelier (PS). Destacan que la ahora exministra comunicaba bien todos los temas.

Sin ir más lejos, ayer en una sesión de la Comisión de Trabajo del Senado donde se votaba en particular la reforma previsional, y la que fue la última sesión a la que asistió Zaldívar como ministra; la senadora Adriana Muñoz (PPD), luego de ver trascendidos en prensa de una inminente salida de Zaldívar, dijo: “Ya tuvimos el cambio del ministro de Hacienda, y hoy tendremos el cambio de la ministra del Trabajo, con la cual hemos establecido una muy buena fuente de acercamiento y conversaciones, (pero) siento que hay poco sustento para seguir tramitando artículo por artículo en esta propuesta”.

Por su parte, la senadora Goic respondió: “La ministra es, y lo podrá refrendar ella, hasta el minuto en que esté nombrada ministra, es la interlocutora (...) Sin perjuicio de compartir que efectivamente en esto siempre hemos reconocido en ella, no solo su capacidad técnica, su capacidad de diálogo, hemos lamentado públicamente que parte importante de los esfuerzos que se han hecho por avanzar no se han podido materializar y lo complejo que es que existan cambios de interlocutores”.

No solo tuvo buena relación con los senadores, también con el actual ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, con quien trabajó codo a codo ya desde febrero. Ambos se tenían plena confianza, y en las sesiones no veían necesario ir juntos al Congreso, ya que cada uno podía hacer solo el trabajo, señalan fuentes conocedoras.

En lo que respecta al tercer retiro del 10%, desde el gobierno aseguran que ahora el que ha tomado más relevancia en esta materia es el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Juan José Ossa.

El mismo Presidente también destacó el rol que jugó Zaldívar en el año y medio que estuvo como ministra. “Quiero comenzar expresando mi profunda gratitud, y haciendo un público reconocimiento a María José Zaldívar”, dijo el Mandatario.

Y agregó: “He sido testigo privilegiado del sentido del deber, del compromiso y de la entrega con que María José ha enfrentado cada una de las tareas y misiones que le ha tocado asumir. Y también soy testigo personal de su constante disposición y voluntad para escuchar, dialogar, para buscar y encontrar acuerdos”.

El año y medio de Zaldívar

La ministra del Trabajo llegó a liderar la cartera luego de que, tras el estallido social, el Presidente Sebastián Piñera realizó un profundo cambio de gabinete que dejó fuera al exministro de la cartera, Nicolás Monckeberg.

En ese momento, Zaldívar sonaba como la carta perfecta para asumir el nuevo cargo, dado que en su calidad de subsecretaria de Previsión Social, era quien mejor conocía la reforma de pensiones que en ese momento se discutía en la Cámara de Diputados.

Así, por su perfil altamente técnico, pero con una historia familiar política -es hija del fallecido exsenador y exembajador Adolfo Zaldívar y sobrina del histórico DC Andrés Zaldívar-, era considerada una buena mezcla para sacar adelante de una vez por todas la reforma de pensiones, una de las demandas ciudadanas que se escuchó con fuerza en ese entonces, y que es prioridad para el Mandatario.

Esa era su misión inicial. Así fue como logró llegar a un pronto acuerdo en la Cámara de Diputados, con el que logró la aprobación del proyecto en enero de 2020. También logró la aprobación del alza en las pensiones solidarias, cuestión que en un inicio venía en la reforma previsional, pero se decidió separar e ingresar una ley corta dada la presión social de ese momento.

Sin embargo, meses después de haber asumido, la llegada del Covid-19 cambió por completo la agenda de María José Zaldívar. La reforma de pensiones se congeló y su gestión se centró netamente en atender la emergencia, donde el ámbito del trabajo era prioritario en medio del alza del desempleo.

En paralelo, siguieron durante todo 2020, a puertas cerradas, las conversaciones con los senadores por la reforma previsional, pero nunca hubo acuerdo. A esto se sumaron iniciativas que más que subir pensiones, las bajaban: los dos retiros del 10%.

Así, el principal motivo por el cual decidió asumir el liderazgo de la cartera, se esfumaba: cada vez se veía más difícil sacar una reforma, y con la salida del ahora exministro de Hacienda, Ignacio Briones, esto se hacía cada vez más evidente.

Con este telón de fondo, en enero Zaldívar ya había solicitado al Presidente dejar el cargo, justo cuando la partida de Briones era un secreto a voces. En ese momento, Zaldívar salió a decir mediante su cuenta de Twitter que “el Presidente @sebastianpinera me ha encargado seguir encabezando el trabajo de la Reforma a las Pensiones y así lo haré, como Ministra del Trabajo y Previsión Social”.

Pero más allá de la falta de acuerdo en pensiones, uno de los temas fundamentales para Zaldívar, desde que asumió el cargo, era poder conjugar este trabajo con su vida familiar, cuestión que cada vez era más difícil. Sus cercanos comentan que comenzaron a notar un desgaste personal de la ministra ya en el segundo semestre del año pasado.

Pero las pensiones seguían siendo una prioridad para la titular de la cartera, y pese a que veían que llegar a un acuerdo cada vez era más difícil, empezaron a idear un plan B: el alza en las pensiones solidarias que anunció el gobierno el mes pasado. Ya con eso en marcha, ahora sería trabajo del nuevo titular de la cartera seguir con este proyecto.