Bernardo Larraín Matte asumió como presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) en 2017 y fue renovado en 2019 por un segundo período. El también director de Colbún aterrizó en el gremio industrial con la intención de generar cambios en la estructura y marcar un estilo distinto del más tradicional. Su idea apuntaba a pasar hacia una Sofofa que incorporara a generaciones más jóvenes y de alta participación en el debate público.

Para sacar cuentas y recordar su paso por la institución está el propio dirigente gremial, quien junto con destacar varios de las modificaciones durante su mandato, también se despide formalmente de la Sofofa y comparte una serie de lecciones aprendidas y reflexiones en su última carta publicada en la Memoria 2021 del gremio.

En su escrito, Larraín Matte hace un repaso por su gestión y realza lo “fortalecida en su rol público y en su institucionalidad” que ha salido la Sofofa. Hace hincapié en las instancias de diálogo y negociación que se gestaron en el último tiempo y destaca las iniciativas medioambientales en las que participó el gremio. Todo esto enmarcado en lo que él mismo define como “el debate de lo público”.

No obstante, y pese a los avances, el empresario reconoce que aún queda mucho camino por andar en “la evolución empresarial”. Por eso mismo, en sus reflexiones insiste en lo necesario que es que la empresa pase a ser un agente que conecte con la sociedad. Plantea también que “la representación gremial para los tiempos actuales debe ser menos unipersonal y más coral, en una lógica de red y comunidad de propósitos y voluntades”.

Manifiesta sentirse orgulloso de haber representado a los industriales durante estos últimos cuatro años y continúa diciendo que tras la experiencia como timonel se reafirmó su “convicción que -para todo empresario, director y ejecutivo- comprometerse y activarse en un gremio empresarial debiera ser parte esencial de su rol”. Esto, porque según define el mismo empresario más adelante, este tipo de plataformas gremiales son “una fuente inagotable” de aprendizajes para promover la adopción de las mejores prácticas empresariales, y se traducen también, en una especie de puente conector entre el mundo de la empresa y la sociedad.

“Ellas (las empresas) deben evolucionar y modernizarse con especial velocidad en tiempos como los actuales, de grandes cambios sociales, tecnológicos, políticos y económicos en Chile y el mundo. Este rol no es delegable en centros de pensamiento, instituciones académicas o partidos políticos, por cuanto sólo en el hacer empresa, en la interacción diaria y práctica de las compañías de todos los sectores de la economía y regiones del país, se forja la experiencia empresarial con que puede enriquecerse el debate público”, remarca el timonel de gremio.

Finaliza su escrito llamando a quienes quedan en el gremio a dar continuidad al trabajo ya hecho durante su período y remarca que la Sofofa requiere de la capacidad y vocación empresarial de cada uno de sus consejeros y socios para ser protagonistas de tres procesos fundamentales: la evolución empresarial, el debate sobre las políticas públicas para la recuperación económica y social, y finalmente el proceso constitucional.