A un día de cumplir dos meses hospitalizado y tras superar 15 días de coma inducido, entre el 24 de diciembre y el 8 de enero, el expresidente de Argentina Carlos Saúl Menem falleció ayer, en el Sanatorio Los Arcos, en Buenos Aires. Los últimos días del político peronista, que cumplió 90 años internado, estuvieron marcados por largas jornadas de mejoras y recaídas, visitas de familiares y diálisis intermitentes. Así, Argentina despide a una de las figuras más polarizadoras del último tiempo, que deja un legado de polémicas.

“Mi papá se fue, cumplió una misión en esta vida, se fue luchando hasta último momento, como hizo toda su vida. Se fue agarrado de la mano de mi mamá”. Con esas palabras, la hija del exmandatario, Zulemita Menem, confirmó ayer el deceso, mientras la prensa argentina se agolpaba en las afueras del centro médico.

El cuerpo del senador por La Rioja (2005-2021) será trasladado al Salón Azul del Congreso, el más importante del Legislativo y donde recibirá los honores en un velorio, que estará marcado por las restricciones de aforo y distanciamiento social debido a la pandemia del Covid-19.

Según el diario argentino Clarín, el acceso al salón de la capilla estará abierto durante toda la noche al público que quiera acudir a despedirse, pero por pedido de la familia el funeral estará cerrado a la prensa y será transmitido por la señal de Senado TV.

“Podrías haber estado de acuerdo o no con sus políticas, pero fue una gran persona, un gran amigo, una persona que no sabía de rencores, bronca, divisiones. Estoy muy orgullosa de su apellido y siempre lo voy a llevar con mucho orgullo”.

Zulemita Menem, hija del expresidente Carlos Menem

La familia Menem señaló que el expresidente será enterrado en el cementerio islámico de La Tablada, para estar cerca de su hijo, Carlitos Menem Junior, quien murió el 15 de marzo de 1995, a los 26 años, cuando un helicóptero que piloteaba junto a un amigo, cayó entre cables de alta tensión.

Después que los medios argentinos revelaron la noticia, el Presidente Alberto Fernández informó que el país vivirá tres días de duelo nacional y utilizó su cuenta oficial en Twitter para enviar sus condolencias a la familia.

Posteriormente, se sumó a las reacciones el expresidente argentino Mauricio Macri (2015-2019) y la vicepresidenta y exmandataria, Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).

“Lamento profundamente la muerte del ex presidente Carlos Saúl Menem. Nos deja ante todo una buena persona, a quien recordaré con mucho afecto. Mis condolencias a sus familiares y amigos”.

Mauricio Macri, expresidente de Argentina

“Ante el fallecimiento del ex presidente Carlos Saúl Menem quiero expresar mis condolencias a su familia y a sus compañeros y amigos”.

Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina

Desde Santiago, el Presidente Sebastián Piñera enfatizó que “Carlos Menem, marcó la década de los 90 en Argentina y fue un buen amigo de Chile. Mi solidaridad a su familia y al pueblo argentino y que Dios acoja su alma”.

Afectado por una diabetes y por una serie de dolencias, Carlos Saúl Menem vivió dos hospitalizaciones en los últimos meses. El 16 de diciembre fue ingresado por complicaciones causadas por una falla renal, que lo dejaron en estado grave, mientras que una infección urinaria habría sido fatal para su estado de salud.

El deceso del abogado de la Universidad Nacional de Córdoba y exgobernador de La Rioja (1983-1989) no dejó a ninguna persona indiferente, Menem fue “amado y odiado” entre los argentinos.

Según el diario argentino La Nación, la muerte del expresidente se produce 10 días antes de la fecha en que debería haber enfrentado un juicio oral, acusado de “autoría inmediata”, por la explosión de una fábrica militar en la localidad de Río Tercero, en 1995, que dejó 7 fallecidos y más de 300 heridos, caso vinculado con las armas vendidas ilegalmente a Croacia y Ecuador.

Justamente, el municipio cordobés de Río Tercero anunció ayer que resolvieron “no adherirse al duelo nacional y no rendir homenajes a Carlos Saúl Menem”, añadiendo que en la conmemoración del 25 aniversario de las detonaciones, el 3 de noviembre pasado, se “declaró persona no grata a Menem”.

Otra de las controversias que marcaron el historial político de Menem, incluye, en 2004, una estadía de 9 meses en Santiago con su entonces segunda esposa, Cecilia Bolocco, cuando la Justicia de Argentina ratificó un pedido de captura internacional contra el exmandatario por no asistir a diversas citaciones judiciales en el marco de una investigación por una cuenta bancaria por US$ 600 mil en Suiza.

“Carlos Menem se caracterizó por la ambivalencia. El bien y el mal encarnados en una misma persona. Sus dos presidencias también se inscriben esa lógica. Para muchos la primera logró estabilizar al país y poner en funcionamiento a los servicios públicos, defectuosos por décadas. Mientras que la segunda trajo el costo social de esa inclusión de la Argentina en el mundo. La ambigüedad tiene quizás su punto más polémico con el indulto a los responsables de los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico militar en la Argentina, periodo durante el cual Menem estuvo preso. Tal vez sea ese punto el que más cuesta digerir a la hora de enumerar los atributos positivos y negativos de su figura. Porque sin duda, Menem fue una persona carismática como pocas, con un estilo bíblico y un magnetismo capaz de convertir la política, el deporte y la cultura pop en un mismo hecho. Será recordado por lo bueno y por lo malo”, señala a La Tercera, Shila Vilker, analista política argentina y directora de la encuestadora Trespuntozero.

Para el politólogo argentino, Nicolás Solari, el exjefe de Estado argentino (1989-1999), que, tras conocer al mandatario Juan Domingo Perón y su esposa Evita Perón, comenzó a militar en el Partido Justicialista que incluso presidió entre 2001-2003, el gobierno de Menem estuvo marcado por la “corrupción y la pobreza”.

“Carlos Menem fue, junto a Alfonsín y los Kirchner, uno de los personajes más importantes de la Argentina postdictadura. Fue el artífice de la modernización de la Argentina en el plano económico, lo que tuvo a su vez fuertes consecuencias políticas y sociales. Para la dirigencia, Menem fue un político de raza: constructor de poder, negociador versátil y comunicador carismático. Para la opinión pública, Menem terminó siendo más denostado que admirado. La corrupción y la pobreza fueron un a marca de su gobierno que continuó acentuándose en los años posteriores. Su figura se fue apagando con los años y su fallecimiento no generará las pasiones que cargaron sus 10 años de gobierno”, finaliza Solari.