El “voto avergonzado”: la gran incógnita que podría marcar el resultado de las elecciones en Brasil

Algunos investigadores sospechan que un número importante de los electores aún oculta sus preferencias de cara a los comicios del domingo. Una encuesta de Datafolha publicada ayer muestra que el 85% de los brasileños ya tiene decidido su voto. Lula tendría un 50% de voto válido, lo que impediría asegurar si la elección se decidirá en la primera vuelta. La abstención podría atentar contra el abanderado del PT.


Ocho de cada 10 electores brasileños aseguran que ya decidieron cómo votarán para presidente cuando se enfrenten a las urnas el próximo domingo, según revela la encuestadora Datafolha. Sin embargo, algunos investigadores sospechan que un número importante de ellos aún oculta sus preferencias, destaca el diario Folha de Sao Paulo.

En la opinión de estos expertos, es posible que algunos simpatizantes de los dos candidatos que han estado al frente de la contienda durante meses, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, aún se sientan incómodos para declarar abiertamente su opción a los institutos de investigación.

Algunos han llegado a describir este fenómeno como “voto avergonzado” o incluso “asustado”, es decir, los votantes no expresan su preferencia cuando se les pregunta en las encuestas por “vergüenza” o “miedo”, en línea con una teoría bien conocida de comunicación de masas como una “espiral de silencio” y se utiliza para describir la formación de opinión pública, explica el sitio en portugués de la cadena BBC. Según esta teoría, el individuo tiende a omitir su opinión cuando va en contra de la opinión dominante, por temor al aislamiento social.

Al respecto, Folha de Sao Paulo sostiene que una de las hipótesis es que los bolsonaristas ocultarían el voto debido al alto rechazo al presidente brasileño, repudiado por más de la mitad del electorado. Otra sugiere que a los lulistas les daría vergüenza reconocer la opción en ambientes donde el rechazo al Partido de los Trabajadores (PT) también es alto.

Hace poco más de una semana, señala el periódico paulista, cuando el Ipespe (Instituto de Investigaciones Sociales, Políticas y Económicas) preguntó a los votantes en una encuesta telefónica a nivel nacional si hablaban abiertamente de sus candidatos en conversaciones con extraños o en lugares públicos, el 38% dijo que evitaba declarar su voto a la presidencia.

Según el instituto, las mujeres y las personas de bajos ingresos y menor educación optan por el silencio. “Como Lula tiene una amplia ventaja en estos segmentos, puede ser una señal de que los bolsonaristas evitan abrir la votación entre ellos”, dijo a Folha el politólogo Antonio Lavareda, del Ipespe.

Ya a fines de agosto, esta vez en declaraciones a CNN Brasil, Lavareda ya había advertido sobre la posibilidad de subregistro de las intenciones de voto de Bolsonaro, especialmente entre los electores con menores ingresos y educación. “Bolsonaro ha crecido sostenidamente en encuestas recientes, llamando la atención la hipótesis de subnotificación de votos de Bolsonaro en algunos segmentos, especialmente aquellos con menores ingresos y educación. Este fenómeno se conoce como la ‘espiral del silencio’”, afirmó el cientista político en esa oportunidad.

Felipe Nunes, director del instituto de investigación Quaest, dice exactamente lo contrario: que hay subregistro de votos a favor de Lula. Y que eso se debe a la “vergüenza” que siente una parte del electorado al votar por el PT. Nunes afirma que tres estudios realizados por él y su equipo prueban este voto de “vergüenza o miedo”.

“Hemos realizado estudios que muestran que los votantes de Lula no tienen la misma facilidad que los votantes de Bolsonaro para expresar su preferencia por su candidato, lo que explicaría por qué vemos una diferencia tan grande en las calles, por ejemplo, en relación a las manifestaciones”, apunta Nunes.

“Les da vergüenza votar por Lula, o incluso miedo. Mucho por los escándalos de corrupción en los que estuvo involucrado el PT. El votante de Bolsonaro es mucho más verbal; ‘aparece más’, lo que da la falsa impresión de que los sondeos de intención de voto no están captando la voluntad de la gente”, explica.

Violencia política

Por otra parte, Márcia Cavallari, del Ipec, y Luciana Chong, de Datafolha, aunque reconocen la “espiral del silencio” como un fenómeno de opinión pública, sobre el que dicen que hay varios estudios, afirmaron que no encontraron evidencia de subregistro de votos en alguno de los candidatos. Señalaron, según BBC News Brasil, que esto sólo podrá comprobarse con certeza después de las elecciones.

“Tanto el miedo como la propensión a la autocensura del voto son mayores entre los votantes de Lula que entre los de Bolsonaro. Así, además del voto ‘avergonzado’ -debido a la incapacidad de los votantes de Lula para expresar su preferencia en un ambiente que exige una posición socialmente deseable contra la corrupción-, identificamos la autocensura también causada por el miedo a la intimidación social o incluso a la violencia”, concluye Nunes en un artículo, escrito en colaboración con Frederico Batista, profesor de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte e investigador visitante en Quaest.

En los últimos meses, Brasil ha sido escenario de episodios muy violentos y hasta asesinato de electores de Lula por parte de seguidores del presidente, destaca el diario La Nación. Periodistas como Vera Magalhães, columnista del diario O Globo y de la radio CBN, fueron atacadas públicamente por aliados de Bolsonaro, generando un ambiente casi de terror entre algunos brasileños. Las medidas del gobierno para flexibilizar la compra de armas aumentaron este miedo, ya que muchos temen que ante un altercado en la calle o en cualquier otro lugar con un elector de Bolsonaro el episodio pueda tener un desenlace fatal.

Pero, por otro lado, Chong destaca que nunca ha habido tanta convicción en el electorado, que empezó a expresarla a principios de este año. Según Datafolha, solo el 18% dice que todavía puede cambiar su voto. En las elecciones de 2018, el 34% estaba considerando cambiar en este punto de la carrera, a solo unos días de la primera vuelta.

En otros años, el engagement solo empezaba a crecer con propaganda electoral en radio y televisión, y muchos votantes dejaban la decisión para última hora. “No veo ninguna señal de votación vergonzosa en esta elección”, dice Chong. “Si existe tal cosa, es residual”, agrega, citada por Folha de Sao Paulo.

En tanto, la revista Veja dice que el “gran temor” de Lula el próximo domingo es “la ausencia en las urnas provocada por la polarización de las encuestas”, según aliados del petista. “Hay una evaluación entre los aliados del PT de que las encuestas no han podido mapear adecuadamente esta porción desilusionada del electorado que no votará”, sostiene.

De ahí la estrategia de campaña del PT de reforzar el discurso de la presencia en las urnas el domingo con el lema “no dejen de votar”. “Muchos votantes se avergüenzan de admitir en la encuesta que no votarán. El tamaño de esta parte del electorado es una incógnita”, comenta un aliado de Lula citado por la publicación.

Voto válido y abstención

Según la última encuesta de Datafolha revelada este jueves, Lula tiene un 50% de votos válidos, contra el 36% de Bolsonaro. Dada esta situación, no es posible decir si la elección se decidirá en la primera vuelta, apunta la encuestadora. En una eventual segunda vuelta, el petista tiene un 54% de las preferencias, mientras que el actual mandatario, un 39%.

Datafolha destaca que el 85% de los electores dice que ya está completamente decidido sobre el voto para presidente, mientras que el 15% afirma que la decisión aún podría cambiar. La semana pasada, los porcentajes fueron de 81% y 18%, respectivamente.

Folha de Sao Paulo sostiene que de todos los factores que podrían contribuir a una definición de las elecciones presidenciales en la primera vuelta del domingo, el que más ha desafiado a los expertos es la disminución de las tasas de participación electoral, que han ido cayendo desde 2010.

Según el Tribunal Superior Electoral, el 20% de los electores habilitados para votar no acudió a las urnas en las elecciones de 2018, cuando fue elegido presidente Jair Bolsonaro. En 2006, cuando fue reelecto Lula, el 17% no votó.

Este año, los analistas apuntan a la abstención como un factor que podría reducir las posibilidades de victoria de Lula en la primera vuelta. Para sellar su triunfo el domingo, el petista debería obtener más del 50% de los votos válidos, excluyendo los votos en blanco y nulos del cómputo.

Al respecto, Folha señala que un problema mayor para el PT es el tema de la abstención, que tradicionalmente afecta más a los votantes de bajos ingresos, que constituyen la fuerza de Lula en esta campaña. No hay forma de predecir esta tasa, dada la imprevisibilidad de los factores, y según reveló Datafolha la semana pasada, el 3% de los votantes admitía no ir a las urnas.

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