Elecciones alemanas: socialdemócratas consiguen leve liderazgo y CDU cae a mínimos históricos

Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, el SPD obtenían 25,9% de los sufragios, mientras que la alianza conservadora de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) de Merkel y su aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, conseguía 24,1%, según las proyecciones dadas a conocer por las cadenas de televisión.


La carrera por reemplazar a la canciller alemana, Angela Merkel, se encontraba muy ajustada, según las primeras proyecciones de los votos, con el Partido Socialdemócrata (SPD) a la cabeza en un punto porcentual o menos sobre la Unión Demócrata Cristiana (CDU), abriendo así un largo periodo de incertidumbre.

Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, los socialdemócratas (SPD) conseguían 25,9% de los sufragios, mientras que la alianza conservadora de la Unión Cristiano-Demócrata (CDU) de Merkel y su aliado bávaro, la CSU, encabezada por Armin Laschet, lograba 24,1% de los sufragios, según las proyecciones dadas a conocer por las cadenas de televisión. Las “pérdidas son amargas”, admitió Paul Ziemak, número dos de la CDU, que nunca había caído por debajo del 30% de los votos. De hecho en 2017, consiguió el 32,8%, por lo que era el resultado más débil en las elecciones federales de la posguerra.

Scholz afirmó que se trataba de un “gran éxito” y señaló que “muchos ciudadanos (…) quieren un cambio de gobierno” y que él sea “el próximo canciller”. De ganar, se convertiría en el cuarto canciller del SPD de la posguerra después de Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schroeder. Ministro de Finanzas en la “gran coalición” gobernante de Merkel, es un exalcalde de Hamburgo, donde nacieron Merkel y Schmidt.

Por otro lado, los conservadores, pese a su resultado “decepcionante”, también prevén formar el próximo gobierno, advirtió -no obstante- Armin Laschet. “Haremos cuanto podamos para construir un gobierno dirigido por la Unión” CDU-CSU, aseguró el candidato democristiano. Tras una campaña caótica marcada por salidas de protocolo. Su último traspié ocurrió justo ayer cuando al depositar su voto mostró la papeleta ante las cámaras, infringiendo la regla que marca que el voto debe ser secreto.

Con estos resultados, en los que ninguna colectividad consiguió una mayoría abrumadora, el partido con más votos necesitará el apoyo de otras dos colectividades para lograr una coalición con peso suficiente para gobernar. Esto no había sucedido desde los años 1950.

Según la cadena Deutsche Welle, tanto los socialdemócratas y los democristianos desean que la futura coalición gubernamental se forme “antes de Navidad”. “Alemania tiene la presidencia del G7 en 2022″, recalcó el líder conservador Armin Laschet, mientras que su adversario, Olaf Scholz, consideró que “debemos hacer cuanto podamos para que eso (la formación de gobierno) sea posible antes de Navidad, y un poco antes también estaría bien”.

Los resultados que se van perfilando en Alemania, dice France Presse, presentan un renacimiento inesperado del partido socialdemócrata, que hasta hace tan solo unos meses era considerado como muerto. Los resultados de las encuestas fueron recibidos con alegría en la sede berlinesa de la colectividad. Sin embargo, gran parte de los electores votaron por correo, por lo que estas estimaciones podrían cambiar durante la noche, a medida que avanza el escrutinio.

Posibles alianzas

Los Verdes, liderados por Annalena Baerbock, que durante un tiempo aparecían como favoritos, recabarían, según las encuestas, un 14,6%. De este modo, batirían su récord de 2009 (10,7% de los votos) y progresarían seis puntos respecto a las elecciones de 2017.

Los liberales del FDP, en tanto, quedarían cuartos, con alrededor del 11,5%, lo que les daría la llave del gobierno y haría del partido un actor ineludible para formar una futura coalición.

Por su parte, los ultraderechistas del AfD, cuya entrada en el Bundestag en las elecciones de 2017 fue muy comentada, confirmarían su permanencia en el tablero político de Alemania. Sin embargo, con 10,5% de los votos, este partido debilitado por sus problemas internos, registraría un leve retroceso respecto a los anteriores comicios (12,6%).

Baerbock, cree que los votantes han dado un mandato claro a los partidos para afrontar con mayor decisión la crisis climática, pero tras conocerse los primeros pronósticos reconoció la derrota. “Queríamos más. No lo hemos conseguido debido a nuestros propios errores”, dijo. Baerbock y el copresidente del partido, Robert Habeck, prefieren formar una coalición liderada por el SPD, pero no se cierran a otras alternativas. Su tripartito preferido sería el conocido como semáforo, por los colores que identifican a las formaciones: rojo del SPD, verde de los ecologistas y amarillo de los liberales.

Los últimos resultados sugieren que el partido de izquierda Die Linke seguirá estando representado en el Bundestag a pesar de no superar el obstáculo del 5% del país para ingresar al parlamento. Eso se debe a un vacío en la ley electoral, lo que significa que si un partido obtiene tres escaños a través de un “mandato directo”, los alemanes emiten dos votos, uno para la persona que quieren que represente a su distrito electoral, el mandato directo y otro para la lista de un partido, por lo que el obstáculo ya no se aplica.

De los resultados también se desprendió que, por primera vez, dos mujeres transgénero serán diputadas en el Parlamento, según informó Der Spiegel, y se prevé que Nyke Slawik se una a su compañera Green Tessa Ganserer.

Mientras que la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer de la CDU, perdió su candidatura para un mandato directo en Saarland, informó el periódico Frankfurter Rundschau. AKK, como es ampliamente conocida, obtuvo solo el 25,1% de los votos, mientras que su rival del SPD, Josephine Ortleb, obtuvo el 36,9%. Como cabeza de la lista de partidos de la CDU en el estado, del que una vez fue primera ministra, aún podría ingresar al Bundestag.

Según el diario El País, el FDP apuesta en cambio por la bautizada como la coalición Jamaica, llamada así por los colores de la bandera del país caribeño: negro, que representa a los democristianos de la CDU/CSU, verde y amarillo. Es decir, en principio el líder de los liberales, Christian Lindner, querría intentar hacer canciller a Laschet a pesar de su segunda posición tras los socialdemócratas.

En la mayoría de los sistemas parlamentarios, el jefe de Estado nomina a un partido para formar un gobierno, generalmente el partido que ha ganado la mayor parte de los votos. Pero en Alemania, todas las partes pueden embarcarse en lo que se conoce como “conversaciones exploratorias”.

En esta fase inicial, que no tiene límite de tiempo, nada impide que las partes mantengan conversaciones de coalición en paralelo, aunque la tradición dicta que el partido más grande invitará a los más pequeños a las discusiones.

Hoy los partidos realizarán reuniones de liderazgo. Los parlamentarios recién elegidos de cada partido también celebrarán sus primeras reuniones la próxima semana, y el SPD y la CDU-CSU planean reunirse el martes.

En tanto, Merkel seguirá siendo canciller mientras avanzan las conversaciones para formar una coalición, un proceso que podría ser muy largo. Esto porque aún se encuentra en la memoria de muchos que las conversaciones para formar una coalición en 2017 se prolongaron por tres meses.

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