Inflación anual en agosto llega a su mayor registro desde enero de 2016 y división de restaurantes y hoteles irrumpe presionando los precios

restaurante sandwish

De acuerdo al INE, el IPC del octavo mes del año subió 0,4%, ubicándose levemente por arriba del 0,3% que esperaba el mercado. Así, el acumulado del año llegó a 3,2% y en doce meses a 4,8%. Los analistas explican que hay presiones de demanda que están presionando los precios de los servicios, lo que valida el alza de tasas más agresiva que está ejecutando el Banco Central.


La inflación está en el centro del debate económico. La fuerte alza de 75 puntos base en la tasa de interés que realizó el Banco Central (BC), llevándola a 1,5%, generó varias reacciones. Unas a favor y algunas en contra.

Los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) parecen darle la razón al instituto emisor: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto subió 0,4%, levemente por arriba del 0,3% que esperaba el mercado. Con ello, el acumulado del año llegó a 3,2% y en doce meses a 4,8%, su mayor registro desde enero de 2016 y que supera con creces el rango de tolerancia del BC de 2% a 4%.

¿Qué pasó en el mes? De acuerdo al INE, nueve de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice y tres presentaron incidencias negativas.

Entre las divisiones con aumentos en sus precios destacó vivienda y servicios básicos (0,9%), con 0,132 puntos porcentuales (pp), y restaurantes y hoteles (1,8%), con 0,116 pp. Las restantes divisiones que influyeron positivamente contribuyeron con 0,159 pp en conjunto. A su vez, entre las divisiones que consignaron bajas mensuales en sus precios destacó bebidas alcohólicas y tabaco (-0,8%), que incidió con -0,038 pp.

Por producto, la carne fue el que más incidió en el mes con 0,061 puntos porcentuales y un alza de 2,9%. En el año acumula un incremento de 9,1% y 13,6% a doce meses. El segundo producto fue gas licuado, que tuvo una incidencia de 0,051 puntos porcentuales y una variación de 4,1%. En lo que va del año registra un salto de 19,2% y de 21,2% a doce meses. En tercer lugar, se sitúo alimentos consumidos fuera del hogar, lo que tuvo una incidencia de 0,048 puntos porcentuales y un alza de 1,5%. En el año acumula 3,4% y 5,3% en doce meses.

Presiones de demanda

El hecho de que la segunda división con mayor peso en el mes fuera restaurantes y hoteles llamó la atención de los economistas, quienes lo atribuyen netamente a la apertura que ha tenido la economía dado el control de la pandemia, y es una muestra de que se está reactivando ese sector que se ha mantenido rezagado por varios meses. Esto a su vez, significa que se mantendrán presionados los precios de esta división durante los próximos meses.

Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones sostiene que “lo anterior es una señal de que la normalización de la actividad, en un contexto de menores restricciones sanitarias, traerá incrementos en los precios de sectores económicos que se encontraban más rezagados, como son los servicios. Así, en un ambiente de alta liquidez de las personas, producto de las transferencias como el IFE ampliado y los retiros de fondos previsionales, aumentarán las presiones en la demanda, lo que sumado a una oferta que aún no se recupera del todo, genera como consecuencia alzas adicionales en los precios”.

Mientras que Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF, comenta que “el dato de inflación ratifica la aceleración de la inflación y continúa dando cuenta que en términos agregados los precios de los componentes asociados a la demanda siguen acelerando, asociado a la alta liquidez existente”. Asimismo, el economista destaca la recuperación en los precios de los servicios, “los que esperamos continúen acelerando en los próximos meses”. Y Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual, asevera que “la inflación de agosto estuvo marcada por el alza de servicios. Además, la segunda división que más contribuyó fue la de restaurantes y hoteles, lo que es reflejo de la alta demanda que enfrenta el sector tras la reducción de las restricciones sanitarias, así como también el reflejo de los mayores costos que enfrenta el sector para operar con los resguardos sanitarios pertinentes”.

Tomás Flores, economista de LyD, acota que “nuevamente el aumento del IPC estuvo sobre lo proyectado y se confirma la trayectoria ascendente que ha despertado todas las alarmas del Banco Central”.

No obstante, hay quienes piensan que hay indicios de moderación. Felipe Alarcón, economista de Euroamerica dice que “el IPC de agosto no es tan negativo como sugiere su lectura a primera línea, ya que contiene señales importantes de distensión en las presiones inflacionarias, tales como un significativo descenso en los indicadores de difusión inflacionaria, mientras que la variación del IPC sin volátiles llegó a sólo 0,2%. De igual forma, la inflación de bienes muestra una importante desaceleración respecto a julio (1,25% vs 0,22%)”.

Transables vs no transables

Otra de las discusiones en el debate público es cuál es el origen predominante de la inflación. Si es proveniente en parte importante de bienes importados, no se requería una reacción tan fuerte por parte del BC, argumentan algunos economistas.

La medición del INE se divide principalmente en dos: uno, el IPC transable, que muestra la variación que presenta el conjunto de productos que son susceptibles de ser comercializados internacionalmente. Por ejemplo, todos los bienes no perecibles entran en esta categoría. Posee 223 productos, que corresponden al 54,14% de la canasta IPC. Y segundo, el IPC no transable, que a la inversa del índice anterior, muestra la variación de precios que presenta el conjunto de productos y servicios que no son susceptibles de ser comercializados internacionalmente. Representan el 45,86% de la ponderación total del IPC, con 80 productos dentro de esta categoría.

Según el INE, el primero anotó una variación de 5,9% en 12 meses, su mayor registro desde octubre de 2014, mientras que el segundo un avance de 3,5%, el más elevado desde de 2017.

En el caso de los precios de los alimentos, el índice de la FAO registró una variación de 32,9% en agosto, mientras que en Chile la división de alimentos solo de 4,9%, lo que deja en claro que, al menos en ese ítem, no hay efectos internacionales.

Pero más allá de las ponderaciones, los expertos dicen que la inflación de servicios es la que genera más presiones en el largo plazo, por lo que eso es lo que hay que mirar. “Históricamente la inflación no transable, particularmente servicios, ha sido la que genera la mayor incidencia, así como mayor inercia inflacionaria. Y como se desprende de esas cifras, el mayor aporte a la inflación ha recaído hasta ahora por el lado de los bienes producto de las restricciones por el lado de la oferta y la amplia liquidez por el lado de la demanda”, argumenta Alarcón.

¿Actuó bien el BC subiendo la tasa?

Los economistas consultados se inclinan porque sí. Argumentan que la inflación más persistente y más difícil de manejar es la de servicios y esa se está acelerando. “Dentro de los indicadores analíticos, vemos que la inflación de servicios sin volátiles, que es la que sigue el Banco Central, se sigue acelerando. Ello es relevante puesto que este indicador está más correlacionado con el ciclo económico, por lo que la aceleración reciente es otro signo de que la economía habría cerrado sus holguras de capacidad, lo que apoya el diagnóstico del BC”, menciona Cruz. Por eso, dice que “la lectura del BC es correcta. La cantidad de estímulos en la economía es desproporcionada para la caída que experimentaron los ingresos”.

Consiglio argumenta que “más que el valor puntual de la inflación del mes, es el escenario completo de alto dinamismo en la economía local, junto a las restricciones de oferta, depreciación cambiaria, bajos inventarios, retraso en la entrega de mercancías y aumento en costos de producción, lo que explica la visión más restrictiva que ha tomado el Banco Central”.

Correa sostiene que “de alguna manera confirma que los precios se mantienen presionados al alza, y que las condiciones actuales de la economía requerirían un menor nivel de estímulos para que la inflación converja en los próximos años a la meta de 3%”.

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