Como una especie de catarsis. Eso fue lo que hizo el martes en la noche, en su casa, el Presidente Sebastián Piñera con tres de sus ministros del comité político: Rodrigo Delgado (Interior), Juan José Ossa (Segpres) y Jaime Bellolio (Segegob).

La íntima cita se produjo cerca de las 20.00 en la comuna de Las Condes, solo unas horas después de que La Moneda comenzara a procesar una de sus derrotas más duras, luego de que el Tribunal Constitucional (TC) no acogiera a trámite el requerimiento del gobierno con el que se buscaba frenar el proyecto de tercer retiro previsional de la oposición.

La decisión del organismo -en la que argumentaron ministros que el escrito del gobierno carecía de fundamentos- echó por la borda la estrategia de La Moneda. Y obligó a Piñera a promulgar la moción de la centroizquierda, retirar su proyecto propio de retiro y anunciar el envío de uno nuevo -el que aún no se ingresa al Congreso- con miras a mantener su idea de entregar un bono de 200 mil pesos para las personas que ya no tienen fondos en sus cuentas previsionales, dejar establecido el reintegro de fondos y un impuesto para el 10% de mayores ingresos.

Así, según quienes conocieron del contenido del encuentro entre Piñera y sus ministros, el Mandatario analizó el complejo escenario político que enfrentan, la resolución del TC y el cómo salir de la crisis. Además, cada uno de los secretarios de Estado habría realizado su diagnóstico sobre el complejo escenario que enfrentan.

Piñera, según afirman fuentes de gobierno, estaba sorprendido y molesto por el fallo por varias razones. Primero, porque rentas vitalicias era “absolutamente inconstitucional”, dicen en el gobierno, y eso debería haber asegurado que, al menos, se acogiera a trámite. En segundo lugar, porque tanto el Mandatario como algunos de sus ministros quedaron con la sensación de que el organismo cambió los criterios a última hora y no fallaron ajustándose a derecho.

En ese sentido, en Palacio deslizan que el TC “cedió” a presiones ciudadanas y que, por lo mismo, el ministro Iván Aróstica en sus declaraciones públicas, previas al dictamen, hizo alusión a las ayudas económicas y a que “nosotros hicimos veladamente un llamado a legislar en favor de la ciudadanía. Vamos a ver si las partes lo han cumplido”.

La reunión entre Piñera y sus ministros, además, se produjo en un escenario en que el comité político -del que forman parte también Karla Rubilar (Desarrollo Social) y Rodrigo Cerda (Hacienda)- ha sido duramente cuestionado desde la semana pasada. Y luego de que el propio Piñera, en el punto de prensa que realizó el martes, al ser consultado sobre si respaldaba a los ministros, no reafirmara la continuidad del equipo ministerial, dejándolo en vilo. Sobre si hablaron de un cambio de gabinete -cuestión que varios parlamentarios del sector plantearon públicamente-, algunos en el gobierno dicen que es obvio, pero otros recalcan que es un asunto que no discutió con ellos.

Como sea, este miércoles, tras la cita, Bellolio y Delgado intentaron dar señales de normalidad y de que es un equipo que continúa trabajando. Ambos dieron entrevistas en distintos medios, descartaron que hayan renunciado o que Piñera les haya pedido sus cargos.

“Ninguno de nosotros ha presentado la renuncia ni se nos ha solicitado. Nosotros vamos a seguir trabajando con todo lo que tenemos hasta que el Presidente nos pida otra cosa”, dijo Bellolio en radio Infinita.

La evaluación del ajuste y el factor electoral

A pesar de todo esto, en Palacio aseguran que el Presidente Piñera está evaluando un ajuste en su equipo ministerial. En ese sentido, las mismas fuentes sostienen que el Jefe de Estado aún no tiene un diseño claro, pero que está abierto a esa opción y que, probablemente, recogerá opiniones durante este fin de semana. Incluso, algunos no descartan que se concrete una modificación durante la próxima semana.

En el gobierno y en Chile Vamos transmiten que hay una sensación de “congelamiento” e “inamovilidad” del Ejecutivo. De hecho, este miércoles en las pautas diarias internas que se envían a los medios de comunicación, solo tres ministros tenían actividades relativas a otros temas de gobierno.

En los partidos de Chile Vamos no hay una voz unánime sobre si se debe hacer un cambio o no. En la UDI y Evópoli el diagnóstico es que hay un problema grave al interior de la coalición, que solo agudiza la situación de crisis de La Moneda, debido a que no hay un orden, no apoyan legislativamente al gobierno y lo critican abiertamente en público.

“En medio de la situación que estamos viviendo, nos parece que no es conveniente un cambio de gabinete. Más que un cambio de nombres tiene que haber es un cambio de actitud del gobierno”, dijo el presidente de la UDI, Javier Macaya.

Una postura similar tienen algunos en Evópoli. En la colectividad liderada por el diputado Andrés Molina no creen que una modificación en el equipo ministerial resuelva el problema de fondo. Apuntan a que hay una dificultad en el estilo de liderazgo de Piñera -al que cuesta convencer, dicen, y delega poco-, y también una complicación profunda al interior de la coalición, debido a que está muy “desordenada”.

En RN, en tanto, el diputado Jorge Durán sostuvo que “no sacamos nada con hacer un cambio de gabinete. El Presidente es el que define los criterios del gobierno y las decisiones finales no son culpa de Karla Rubilar, Jaime Bellolio o Rodrigo Delgado. El que tiene que cambiar es el Presidente y darles más libertad y campo de acción a sus ministros”. Su par Camilo Morán agregó: “El Presidente más que un cambio de gabinete, necesita un cambio de estrategia, aprovechar los recursos que hoy tiene con ministros con calle, como Rubilar y Delgado, y dejarlos trabajar”.

Con todo, el gran punto en el análisis hecho al interior de Palacio radica en la conveniencia o no de realizar un ajuste a tan pocos días de las elecciones del 15 y 16 de mayo.

Varios creen que no es conveniente, porque, de cambiarse el equipo, los nuevos ministros necesitarán un proceso de instalación y Piñera no quiere improvisaciones para esa jornada. Un segundo elemento, agregan las mismas fuentes, y “más importante”, es que la elección misma será una vara de medición que les puede ayudar a dejar la crisis atrás o empeorarla. Esto, porque de tener buenos resultados electorales en el sector, el foco se desviará. Además, la atención pública estará en los nuevos constituyentes y el proceso que se inicia.

En cambio, en caso de tener resultados negativos para la coalición, por ejemplo, no alcanzar el tercio en los constituyentes, podría agudizar las críticas del oficialismo hacia La Moneda y dejar en una situación más compleja al gobierno. Y, en ese caso, se necesitaría un ajuste para “recapitular”.

Quienes creen que un ajuste es conveniente sostienen que los ministros quedaron muy debilitados, lo que dificulta el ordenamiento del sector y erigirse como interlocutores válidos para dialogar con la oposición. Ello, en un escenario en que en el parte del oficialismo quiere intentar amarrar un acuerdo con la centroizquierda en materia tributaria y previsional que permita darle gobernabilidad a lo que resta de administración de Piñera.

En este ambiente es que comenzaron a circular en el oficialismo nombres y posibles diseños de ajustes y enroques que apuntan a modificaciones menores o más amplias del comité político. Algunos de esos diseños dejan fuera a Delgado, Ossa y Rubilar; en otros los mantienen. Así, nuevamente algunos mencionan a Andrés Allamand, Alfredo Moreno y Baldo Prokurica como cartas para Interior; otros apuntan a Hernán Larraín para llegar a la Segpres. Respecto de Cerda, hay una especie de consenso en que se mantiene. Sin embargo, hay un diagnóstico común: hay pocas alternativas.

¿Y Larroulet?

Una interrogante es qué podría ocurrir con el jefe de asesores del Segundo Piso, Cristián Larroulet, respecto del cual se ha agudizado la presión por parte de RN para su salida. “De manera indeclinable debería hacerlo, pero no lo va a hacer”, respondió el martes en la noche el abanderado presidencial de RN, Mario Desbordes, en relación al tema.

Larroulet, quien es de los pocos que van quedando del círculo original con el que Piñera comenzó su segundo mandato, ha sido objeto de críticas por parte de RN durante todo este periodo, pues le atribuyen las decisiones “más negativas” que ha adoptado el gobierno y no tener una visión “real” de lo que pasa en el país. Esta vez se agregaron voces UDI.

Desbordes, en esa línea, agregó: “El ministro Delgado es buen ministro y ojalá sea escuchado de aquí en adelante. La ministra Rubilar tiene mucha experiencia (…). El ministro Cerda tiene muy clara la película, más que un cambio se necesita un giro en el gobierno”.

“A Cristián Larroulet le faltó mucha calle y complicidad con los parlamentarios de apoyo en Chile Vamos. Debe estar en profunda evaluación; porque le quedan 11 meses al gobierno para ver cómo termina cerrando el capítulo y cómo nos hacemos parte de las necesidades de la gente”, dijo el martes en radio Futuro el senador UDI David Sandoval.

Si bien en Palacio algunos transmiten que el “poder” de Larroulet es más bien un mito, reconocen que hacer un cambio en su puesto podría dar una señal de modificación más profunda en la estrategia. En esa línea, fuentes de La Moneda dicen que Piñera -con resistencia- no descarta un cambio ahí.